El penúltimo Informe de Política Monetaria (IPoM) del año 2025, publicado la mañana de este miércoles por el Banco Central, dio cuenta de un escenario con noticias en ambos sentidos: por una parte, se mejora la estimación de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) para el año en curso y el siguiente, pero también se advierte de una inflación que será mucho más persistente en lo que resta del período y el próximo año.

Aquí, cinco claves para entender el nuevo panorama macroeconómico que delinea el instituto emisor.

En término de expansión del Producto, el emisor corrige al alza la parte baja del rango previsto para este año, pasando de un 2% a un 2,25% en comparación al IPoM de hace tres meses. El techo de crecimiento anticipado se mantiene en 2,75%.

Entre los argumentos, el instituto emisor expone un mayor dinamismo de la economía en la primera parte del año, en la medida que también ha ido dejando atrás factores puntuales que la impulsaron.

Las buenas noticias en materia de actividad se prolongan hacia el próximo año, ya que también se ajustó en 0,25 puntos base (pp.) tanto el piso como el techo proyectado para el PIB en 2026, a un rango entre 1,75% y 2,75% ¿Y el 2027? Se mantiene oscilando entre 2% y 3%, más cercano al crecimiento de tendencia de la economía.

En línea con un mejor desempeño de la economía, el IPoM mejora sustancialmente las perspectivas para los principales componentes del PIB, como la demanda interna, la inversión -medida como formación bruta de capital fijo, FBCF- y el consumo total y privado.

La demanda interna proyectada se revisa al alza en 1,1 pp. a un 4,3% este año, mientras que la mayor mejoría se notó en la FBCF, con un crecimiento estimado de 5,5% en el período, 1,8 puntos porcentuales de revisión respecto a tres meses atrás.

Tanto el consumo total como el privado también revisados hacia arriba en este IPoM: el primero en cuatro décima a 3%, y el segundo en cinco décimas, a 2,7%.

En el IPoM, el Banco Central detalla que los datos de la demanda interna fueron "más dinámicos" de lo previsto, especialmente en el segundo trimestre. En este sentido, resalta la aceleración de la inversión en ese período, lo que fue particularmente visible en el componente de maquinaria y equipos de la formación bruta de capital fijo, cuyo dinamismo se habría mantenido en el tercer trimestre, según muestran las cifras de importaciones de bienes de capital. La parte de construcción y otras obras de la FBCF ha seguido recuperándose paulatinamente.

"En gran medida, el repunte de la inversión ha estado apuntalado por el impulso de los grandes proyectos, a lo que se suman condiciones financieras algo más favorables y una mejora de la confianza empresarial. En el escenario central, la FBCF tendría tasas de variación de 5,5% en 2025, 4,3% en 2026 y 3,1% en 2027 (3,7; 3,6; y 3,3% en junio, respectivamente)", agregó el banco.

En cuanto al consumo privado, el informe revela que también creció más que lo anticipado, aunque la diferencia respecto de lo proyectado en junio fue menor que en la inversión. Según el documento, su avance ocurre a la par de una evolución favorable de algunos de sus fundamentos, observándose que los ingresos laborales -masa salarial real- han seguido aumentando, si bien a un ritmo menor que en meses previos.

"Esta composición contrasta una baja creación de empleo y un elevado incremento de las remuneraciones", agregó el documento.

Una de las novedades principales del IPoM es que el instituto emisor pone una nota de cautela respecto de la inflación, en circunstancias de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue más alto de lo esperado en julio (0,9% mensual y 4,3% en doce meses) y más bajo en agosto (0% y 4%, respectivamente).

Así, el IPoM revisa al alza en tres décimas la proyección para el aumento del costo de la vida para el cierre de este año, para llegar a un 4%. De la misma manera, se posterga hacia el tercer trimestre del 2026 el arribo a la meta de 3% de inflación que tiene el ente autónomo, en circunstancias de que el IPoM previo establecía dicho hito en la primera parte del próximo período.

La inflación total, expone el reporte, ha evolucionado acorde con lo previsto en el escenario central del IPoM de junio, aunque detrás de esa trayectoria se combinan "resultados dispares" de sus componentes, destacando que la inflación subyacente -que no considera precios más volátiles -ha superado lo esperado.

"En esta línea, el BC estima que entre fines de 2025 y la primera parte de 2026, la inflación subyacente superaría lo previsto en junio. Ello incorpora la mayor variación efectiva de los meses recientes, el efecto de los niveles más altos del gasto privado, presiones salariales aún elevadas y un tipo de cambio real (TCR) más depreciado que lo previsto en el IPoM pasado", señala el documento.

En línea con el comunicado de la Reunión de Política Monetaria (RPM) del martes, donde mantuvo la tasa de interés en 4,75%, el IPoM enfatiza la necesidad de cautela al analizar nuevos ajustes en la Tasa de Política Monetaria (TPM), justamente de la mano con una inflación que se niega a volver a la meta del 3%. 

"El IPoM plantea que el Consejo evaluará los próximos movimientos teniendo presente la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la convergencia inflacionaria. En el escenario actual, el riesgo de una mayor persistencia de la inflación requiere acumular más información antes de continuar el proceso de convergencia de la TPM a su rango de valores neutrales. Además, reafirma su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de dos años", cierra el texto.

Tal como ha sido la tónica en lo que ha transcurrido del 2025, el informe incorpora una mirada respecto al panorama internacional, que ha estado marcado por los aranceles aplicados por la administración estadounidense a distintos países y socios comerciales.

"El escenario externo continúa marcado por varios focos de incertidumbre. Aunque los impactos de los aranceles a nivel global han sido acotados hasta ahora, su desarrollo es incierto y se sigue estimando que sus efectos económicos serán negativos", parte señalando el IPoM.

El documento agrega que más allá de los acuerdos alcanzados, el arancel promedio estadounidense se ubica algo por encima de 15%, su máximo desde la década de los cuarenta.

A esto se agrega la inquietud que han generado las tensiones institucionales en ese país. Por su parte, los anuncios de un significativo aumento del gasto en defensa, especialmente en los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), han contribuido, por una parte, a elevar en el margen las proyecciones de crecimiento en algunas economías y, por otra, han incrementado los riesgos fiscales.

"Los anuncios arancelarios del Gobierno estadounidense han afectado la temporalidad de los flujos de comercio y la actividad en las principales economías. El adelanto de importaciones previo a la aplicación efectiva de aranceles incidió en la desaceleración de Estados Unidos en la primera mitad del año. Esto ha tenido como correlato un mayor empuje de las exportaciones en China y la Eurozona, que registraron resultados mejores a los previstos y también se vieron impulsados por un mayor gasto fiscal", agregó el IPoM.

Estos adelantamientos en el intercambio entre países han "dificultado" la lectura de los impactos que el conflicto comercial tendrá en la economía mundial en los próximos trimestres, complementó el banco.

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