Debate por la deuda pública: crónica de un default anunciado (Parte XXX)

Luis Caputo naturalizó la evasión con una falacia. El hombre se cruzaba de piernas y explicaba que una “off shore” era lo mismo que una caja de seguridad. Mientras Aranguren que le compraba a su ex empresa Shell, y nos decía que vendió sus acciones, declarando que el dejaba su dinero en el exterior porque no confiaba en Argentina.

Inversiones no vendrían ni soñando, y los prestamistas empezaban a debatirse entre ganar un puntito más que en otro país y tragarse otro default potencial. El “peronismo de la política” decepcionaba a los ciudadanos pensantes no oficialistas que no veían ni diputados y senadores que denunciaran con ahincó las obscenas trapisondas. Solo estaban especulando política y electoralmente y pensaban en 2019. Si hubiera jueces y fiscales probos le deberían haber prohibido la salida del país a todo el Poder Ejecutivo. Los presuntos casos de corrupción eran generalizados.

La vocación de poder es imprescindible en la política, pero hay que saber algo más para ser oposición. Algunos avisamos. ¡Cuidado con Caputo si va de presidente al BCRA! Una congresista nos dijo: “Caputo no le dura un solo round ni al chavo del 8”. Pero Caputo fue al Congreso-cuando se le dio la gana-, fingió, inventó, embrolló-se les mofó en la cara a todo el país, y terminó la interpelación cuando él quiso. Dijo: ¡listo, vamos! Vienen a mi mente dos locuciones pensando en la naturalización de las guaridas fiscales-el dinero fuera del país y la mentira crónica-sistemática:

1) "No hay nada malo en la codicia. Yo quiero que ustedes sepan esto. Yo creo que la codicia es sana. Se puede ser codicioso y aun así estar bien con uno mismo"(Gordon Gekko-personaje-, Oliver Stone-director, Wall Street, 1987).

2) “Cuando vos seas gobierno hace lo que vos creas, pero no lo digas ahora en medio del debate” (Consejo de Duran Barba a Sturzenegger)

Resplandecía una yuxtaposición de ávidos del dinero y embusteros que se apoderaron del país. Gran parte de la ciudadanía empezaba a justificar la mentira de los políticos y la corrupción de los empresarios. La misma horda que lincha a un moto-chorro y estigmatiza a un niño que pide en la calle.

EL PERONISMO EN LA OPOSICION MIRABA EL CAOS

La oposición decía: “Hay 2019”. - ¿Que 2019 habría? - ¿Cuál era la esperanza del desastre que se estaba generando? – “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo”, dice Genesis en el primer capitulo del segundo verso. Hasta Platón creia que el universo siempre existió, pero al principio estaba en un estado de “caos” y “desorden”. En 2018 la Argentina era un país caótico donde los problemas podían detonar aun antes de octubre de 2019.

Hasta De la Rúa pensaba en mantener la gobernabilidad del sistema, y no en la reelección. El Macrismo ya se había olvidado de los incidentes de diciembre de 2017, como ahora su “economista de última instancia” que presenta un plan escabroso, cuya proyección puede encontrar a solo 3 días con los movimientos sociales en Puente Pueyrredón y Av. 9 de julio, recordando las peores jornadas de la primera Alianza. Porque cada vez que escuchábamos al gobierno hablar del triunfo de octubre, se olvidaban de decir que fue anterior a diciembre de 2017 y las 3 toneladas de Patricia Bullrich. Faltaba un año y medio para la elección presidencial y más de un año para las candidaturas, pareció un siglo el tiempo entre días.

Como se estaba en la posverdad, insistiendo con una campaña electoral-que de ser cierta-sería la más larga de la historia, la candidatura de Macri era una emanación de gas, como cuando un equipo dice vamos por la copa y está peleando el descenso.

La reelección y continuidad de Macri era una cortina de humo que pretendía esconder los problemas de fondo. Los ciudadanos estaban enfadados por los aumentos de tarifas eléctricas de hasta 1.400%, los despidos, el incremento de precio en los combustibles, gas, alimentos, remedios, autopistas, celulares, cable, colegios, prepagas. Inclusive la gente empezaba a preocuparse por el empleo. Lo sabíamos por la cantidad de currículums que estábamos recibiendo en nuestro banco de datos. Terminaron con más de 9% de desempleo y tomaron el gobierno con más de 6%.

Con el paso del tiempo, el desgaste auto-infligido de los 9 meses restantes de 2018, seria progresivo e irreversible. Los críticos en el exterior tildaban al gobierno de ignorantes, incultos y superficiales. Recuerde la mirada de Putin a Macri cuando hizo un chiste. Escuchábamos en las canchas”, los espectáculos teatrales, los recitales, los subterráneos, la marchas, el “hit de verano”: “Mauricio Macri LPQTP”, incluyendo camino al Congreso en su sesión de Apertura; los ciudadanos estaban enojados.

Los desaciertos y filtraciones de escándalos de corrupción, generaron ciertos desbloqueos que mantenían cercados un sinnúmero de periodistas y pseudo-periodistas militantes. Macri habló de la disminución de la pobreza y el desempleo, omitiendo que los datos que presentaba correspondían al segundo semestre de 2017, comparado con igual periodo de 2016-el máximo-, cuando el dólar costaba $16,50 y la inflación no se había disparado. El asunto es que tampoco se decía que así no seguiría en los próximos meses, cuando la canasta básica alimentaria que mide el INDEC aumentaba solo en el primer bimestre del año más del 5% y los precios mayoristas se disparaban por encima.

Ya en voz baja se impulsaba una reforma del INDEC para darle otra cosmética a la metodología de medir la inflación, lo que junto con las renuncias de (Graciela Bevaqua, presuntamente perseguida por Guillermo Moreno-reincorporada por Macri- y ahora el director técnico del INDEC, Fernando Cerro) los aproxima cada vez más a todo lo que criticaban.

La consigna interna del gobierno era: “hay que llegar al mundial y rogar por San Messi”. Era la táctica que, junto con el debate sobre la despenalización del aborto, lograría dominar la agenda política, habiendo tornado a la izquierda funcional al liberalismo (Sir Isaiah Berlin, “Two concepts of liberty”). Con eso tenían todavía para tirar dos meses.

Los proyectos serian tratados por el Congreso en junio 2018. No se hablaba de la gestión de gobierno: del submarino y sus tripulantes, las muertes de ciudadanos no esclarecidas en concurso de gendarmería, los presos sin condena, las off shore de Caputo, los Panama Papers, la auto condonación de la deuda del Correo, la lista de friends & family del blanqueo modificado por Decreto, la plata afuera que tienen el presidente y los miembros de su gabinete, el desplazamiento de Abad de la AFIP y su desaliñada substitución, el déficit fiscal disparado por el incremento extravagante de los intereses de la deuda, el mismísimo y creciente endeudamiento, la caída proyectada del salario (15%) inflación (20%). La inflación no cedía.

Lo único que generaba alguna esperanza era el aparente cambio de actitud en los jueces, quienes especularon por un momento que, si en 2019 Macri no seguía, se les venía el mundo encima. Eso no sucedió, Macri sigue siendo “intocable”. En la última semana de abril se seguían sumando excarcelaciones. Sin demasiadas posibilidades de remover jueces y fiscales federales de primera instancia, Macri intentaba cubrir vacantes abiertas en la Cámara de Casación en las Cámaras de Apelaciones en lo Federal, pero no estaba claro cómo lo lograría. Además, la Suprema Corte había chocado con eso de que se eligieran jueces de otros fueros, sin acuerdo del Senado. Aquella Corte concertaba reformas para acelerar las causas de corrupción y al mismo tiempo acusaba a la AFI por haber filtrado las escuchas de Cristina Fernández.

El Peronismo se movía hacia la unidad, pero repleto de prejuicios y vanidades dignas de otras elites. Al mismo tiempo que se incrementaba la conflictividad laboral, iba tomando forma una CGT gorda cercana al gobierno. Los acuerdos salariales de algunos gremios se seguían cerrando en 15% formal (para establecer una nominalidad), pero con artilugios se llegaba a 20% o más. La gobernadora María Eugenia Vidal fracasó olímpicamente con los docentes, que mantendrían el paro que ella intentaba evitar. Había cuatro jurisdicciones que mantenían abierto el conflicto docente, dos de CABA y la Pcia. de Buenos Aires, con lo cual el problema alcanzaba a más de la mitad de los alumnos del país de la escuela pública.

En CABA, el frente de docentes, estatales, judiciales, subtes y recolectores, realizaban protestas rechazando las propuestas salariales. Los bancarios realizaban un nuevo paro en el banco Provincia y; mientras unos piqueteros alineados con la izquierda habían retomado la protesta en la calle reclamando contra la revisión de los planes sociales.

Todo era desorden y confusión, nos recordaba a San Pablo: “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz…”

(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani

Recomendar A Un Amigo
  • gplus
  • pinterest
Commentarios
No hay comentarios por el momento

Tu comentario