Decenas de miles de trabajadores, entre ellos profesores, conductores de subte, médicos y funcionarios, llevan adelante una huelga este miércoles en el Reino Unido para reclamar un alza salarial coincidiendo con la presentación del presupuesto del gobierno conservador. Se trata de una nueva protesta, luego de la realizada a principios de febrero cuando se movilizaron medio millón de personas en la marcha más concurrida en 10 años.
Esta es una de las jornadas de movilización más importantes en el país que desde hace meses registra una ola de protestas. El Reino Unido está confrontado a un alza de los precios de la alimentación y la energía, con una inflación instalada por encima del 10%.
En Londres el metro estaba prácticamente sin actividad debido a la huelga de los conductores. Los médicos de los hospitales están por su parte movilizados desde el lunes. Los funcionarios también participan en la protesta.
Decenas de miles de funcionarios se ven obligados a pedir asistencia en bancos alimentarios y otros se "saltan comidas", denunció a la cadena Sky News Mark Serwotka, secretario general del PCS, el sindicato mayoritario del sector.
Además, muchos trabajadores protestaron por las condiciones laborales, la seguridad y las pensiones. Entre los grupos movilizados están los académicos, también los periodistas de la cadena BBC y empleados de ferrocarriles.
Ben Millis, un director de proyectos de la administración pública de 25 años, afirmó que el país es testigo de una "ola increíble de activismo".
"Los precios de todo han subido mucho, y ésta es la congelación salarial más larga (...) desde que hay registros salariales", dijo a AFP en medio de una manifestación en la que sonaron silbatos y tambores.
"Creo que la gente está empezando a sentir que algo tiene que cambiar y que tenemos que organizarnos", concluyó.
En paralelo a las protestas, el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, presentó el presupuesto donde estimó una inversión de 94.000 millones de libras (107.700 millones de euros) en dos años para apuntalar el poder adquisitivo.
Hunt afirmó ante el Parlamento que el Reino Unido no caerá en "recesión técnica este año", contrariamente a las previsiones anteriores.
La economía británica se contraerá un 0,2% este año debido a la debilidad de la actividad en el primer trimestre, precisó el ministro basándose en las nuevas proyecciones del OBR, el organismo público de previsión fiscal.
La definición habitual de recesión consiste en al menos dos trimestres consecutivos de contracción del Producto Interior Bruto.
"La economía británica contradice a quienes dudaban de ella", dijo con énfasis ante el Parlamento.
En respuesta a la presión de la inflación que está por encima del 10%, el gobierno anunció este miércoles que prolonga por tres meses un tope a los precios de la energía para los hogares.
El ministro de Finanzas añadió que según las previsiones del OBR, la inflación que está minando el poder adquisitivo de los británicos, pasará "del 10,7% del último trimestre del año pasado a 2,9% de aquí a final de 2023".
"Frente a la crisis del costo de la vida (...) hemos demostrado nuestros valores al proteger a las familias en dificultades", dijo Hunt en un discurso en el que destacó las ayudas energéticas y también los subsidios a las guarderías en un país que tiene uno de los sistemas "más caros del mundo".
El gobierno piensa implementar incentivos fiscales para la creación de guarderías y aumentar las plazas. "Para muchas mujeres, una pausa en su carrera implica un final de su carrera", admitió el ministro.
Coincidiendo con el discurso de Hunt ante el Parlamento cientos de funcionarios marcharon hacia el despacho del primer ministro, Rishi Sunak, en Downing Street coreando la consigna: "¿Qué queremos? ¡Un 10%¡¿Cuándo? Ahora", en referencia a un ajuste salarial por la inflación.