La ganadería regenerativa, que se impone como una práctica agrícola sostenible y ética, pisa cada vez más fuerte en la producción sectorial del país. No solo por sus beneficios ambientales al producir carne y otros productos de origen animal, sino también por la expansión que genera dentro del mercado.

Si bien tiene dificultades para competir en términos de precios y volumen, ya sea por las barreras financieras o por el alto grado de tradicionalismo que impone la industrial, se trabaja en el fomento de su adopción e inclusión en la economía nacional. De hecho, se consolidan alianzas entre productores, organizaciones sustentables y consumidores para promover políticas y programas de apoyo.

De a poco, desde el negocio agropecuario incorporan la ganadería regenarativa, con el fin de crear una alternativa de consumo responsable y satisfacer las necesidades de aquel que es consiente de la salud y el medio ambiente en el que vive.

El sector ganadero se aleja de la naturaleza al necesitar de la deforestación, la emisión de gases de efecto invernadero y el uso intensivo de recursos naturales. Sin embargo, muchos eligen minimizar estos impactos y proponer nuevas productividades. Tal es el caso de Genética del Este, una empresa familiar que tiene experiencia en la cría de ganado bovino en distintas regiones de Argentina.

A lo largo de su historia, el foco estuvo puesto en analizar la gestión de los animales de manera integral y optimizar el vínculo entre estos, con el fin de recuperar los procesos vitales de los ecosistemas.

Con el paso de los años, bajo una sucesión de descubrimientos sobre la industria, lograron potenciar su capital genético y su propósito. "Los escenarios son complejos, pero ahora, más que nunca, requerimos la capacidad de tomar decisiones que atiendan simultáneamente las necesidades económicas sociales y ambientales de nuestro planeta", aseguran desde Genética del Este.

Su actividad requiere de una planificación previa al pastoreo, ciertas inversiones y un ganado adaptado. De esta manera, se puede ser parte de la solución a los problemas que devienen del cambio climático.

Los pastizales nativos, luego de los océanos, son el principal sumidero de carbono del mundo. En tanto, esto depende del ambiente (precipitaciones), pero también del manejo que se lleva adelante con los rodeos.

Ante ello, los expertos estadounidenses sugieren que la ganadería regenerativa podría hacer que la agricultura estadounidense se convierta en un sumidero capaz de absorber entre 0,3 y 1,1 Gt por año. "Si Argentina pudiera regenerar el 40% de sus pastizales, podría retirar del aire la totalidad de sus emisiones netas y reparar sumideros de manera simple y realizable", dicen desde la compañía.

"Se trata de la mejor estrategia para incrementar la biodiversidad, los niveles de producción de alimentos, rentabilidad y fortaleza de los sistemas productores de alimentos y servicios ambientales", agregan.

Los animales son llevados a pastar en diferentes áreas del campo, en lugar de mantenerlos en un solo lugar todo el tiempo. Esto ayuda a distribuir los nutrientes y las semillas en el suelo, lo que a su vez promueve el crecimiento de plantas y la recuperación de los suelos.

Además, los productores usan técnicas de manejo holístico, lo que significa que toman en cuenta la salud de todo el ecosistema en lugar de solo enfocarse en la producción de carne. Así es como los trabajadores promueven la biodiversidad en su campo, plantando árboles y arbustos nativos, y protegiendo la fauna silvestre.

Puntos claves:

Según Ezequiel Sack, fundador de Genética del Este, las trabas que suelen presentarse son diversas. Desde lo cultural hasta la infraestructura, así como también la falta de información que no lograr sensibilizar con las grandes diferencias existentes entre esta carne y la otra. "En ese sentido, no logramos "descomoditizar" la producción y poner en valor todas sus bondades como alimento fundamental para el desarrollo de las personas", suma.

Sack también nombra la ausencia de políticas provinciales, nacionales e internacionales, que provean incentivos y fortalecimientos a las innovaciones. "Por el momento, el apoyo lo encontramos en el reconocimiento de las comunidades donde llevamos a cabo nuestro trabajo". cierra.

Los suelos saludables y vivos son la clave para revertir el calentamiento global y sus efectos como la desertificación en la extensa meseta patagónica, las sequías o inundaciones y los graves perjuicios que esto ocasiona a las sociedades y economías regionales.