Palermo, el barrio más grande de la Ciudad de Buenos Aires, tiene mucho para ofrecer. Entre tanto, la gastronomía es una de sus estrellas. Desde bares, restaurantes, espacios veggies y hasta rooftops, la localidad cuenta con varios espacios que son un boom entre residentes y turistas. Pero hay algunos otros que pocos conocen, justamente por su condición de ser secretos, y que permiten desconectar -aunque sea por unas horas- de la rutina.
Son nada más y nada menos que los jardines ocultos en Palermo. Además de su condición secreta, se destacan por la cantidad de flora que hace que el espacio sea único. Sin contar sus exquisitos y abundantes platos.
Estos oasis en medio de la ciudad son una excelente oportunidad para salir “por un ratito” de la rutina y la vorágine porteña. Y conectar con la naturaleza y la buena gastronomía. Si no sabes por cuál arrancar, tranquilidad, te traigo una lista de imperdibles.
Uco Restaurant, perteneciente al hotel Fierro, ubicado en el corazón de Palermo Soho, tiene uno de los jardines verdes más lindos de la Ciudad, donde se puede disfrutar de la naturaleza y la propuesta gastronómica tanto sábados como domingos y feriados, desde las 13.
La propuesta gastronómica tiene que ver con el servicio de brunch, una opción para huéspedes y no huéspedes, que tiene cuatro pasos a seguir: paso 1, Fruta de estación fileteada (en plato), Yogurt casero con granola, Mini scon estilo inglés, Medialunas, Jugo exprimido de naranja y Veggie shot del día; entrada, Carpaccio de Bresaola casera ó Carpaccio de remolacha (opción veggie); principales, Desayuno Irlandés, Fish and Chips, Huevos del día; postre, Frutillas con sorbet de torrontés, Carrot cake con helado de queso crema.
Incluye Café espresso (Café de Árbol de Café Variedad Colombia) o té (selección de Heredia); Copa de vino Tinto/Blanco/Rosado (selección del sommelier) o un cocktail (Gin&Tonic / Vermuth Lunfa / Aperol Spritz).
Para Edward Holloway, chef de Uco, “el brunch es una comida única, un momento de tiempos extendidos, en los que te podes quedar horas en una mesa charlando con la familia o con amigos, sin necesidad de correr para cumplir con las obligaciones típicas de la semana”.
Los protagonistas de Soria Bar son el jardín y la terraza, conformados por jardines verticales y árboles. El 80% del lugar está descubierto, por lo que la mayorías de las mesas están al aire libre. Las noches de verano se destacan entre otras ya que permiten pasar un buen momento entre amigos a la luz de las estrellas, mientras que en invierno -para seguir disfrutando del lugar- instalan toldos y calefacción. Abre de martes a domingos a partir de las 19:30.
La coctelería de autor es uno de sus platos fuertes, sin contar el Sándwich de Gírgolas (con queso de cajú y espinaca, entre focaccias caseras), el plato Tirolesa (tiras de milanesa con colchón de verdes y salsa sweet chilli) y los Onigiris Rellenos (bolas de arroz rellenas de queso de cajú, espinaca y hongos). Y, conectado con la cultura de la Ciudad, Soria cuenta con musicalizadores, shows de bandas en formato reducido y DJ Set.
Hernan Buchino, dueño de Soria, dijo que el bar "tiene un espíritu muy berlinés, de esa Berlín veraniega, con muchos muebles viejos y plantas".
Congo Club Cultural es un centro cultural con un cálido salón y -lo más destacado del espacio y que funciona como restorán- un jardín selvático con livings de madera. Cuenta además con ambientación sonora de buena música en vivo, des-generada, que va desde el jazz, el afrobeat y el funk, a otros ritmos más latinos.
Su "hit" -como lo denominan- son las pizzas al horno de barro. También ofrecen tapas para compartir, sándwiches, arepas y hamburguesas. Todo cocinado en el momento con productos orgánicos. Todo acompañado de tragos de autor, cocktails clásicos, tonics, mojitos y caipis, que conforman la carta de bebidas seleccionada especialmente por el jefe de barra, Jonathan Silvero.
Y, para cerrar la experiencia, se suma la propuesta musical en vivo: desde bandas de jazz, voces destacadas de la escena local, jam sessions de hip hop, funk y soul, y los mejores vinilos y tracks que eligen los musicalizadores invitados para la ambientación sonora del lugar. Congo resulta ser la combinación perfecta para los amantes de la naturaleza y la música. Abre de miércoles a domingos desde las 19.
Charqui Restaurante se encuentra dentro del Hotel Palo Santo. Allí no solo se destaca la gastronomía, sino que además tiene un jardín que es un oasis en pleno barrio de Palermo. Al no dar a la calle, se crea un ambiente íntimo, cálido y seguro. Sin contar que otorga el marco ideal para disfrutar de un plan distendido, donde la cocina y el servicio son los protagonistas. Abre los martes de 12 a 16; miércoles a sábados de 12 a 23; y los domingos de 12 a 19.
Según Christian Puy, dueño, "La propuesta general de Charqui con respecto a los platos de la carta es combinar diferentes técnicas y sabores. Se destacan los ahumados caseros (en pastas, risottos, carnes y sándwiches) y la utilización y combinación de productos autóctonos como papines andinos, quinoa, cayote, entre otros".
A su vez, ofrecen un brunch de cinco pasos, combinados entre platos salados y dulces, más bebidas para compartir. Tiene toques distintivos basados en productos ahumados caseros que utilizan y en el hecho de que sus preparaciones son frescas y caseras.
Con paneles de vidrio del piso al techo, desde el resto-bar se admira el jardín. Un gran deck permite desayunar, almorzar o brunchear al aire libre en un oasis verde en el corazón de Palermo Hollywood, donde abundan las plantas nativas y exóticas, una gran variedad de flores y dos imponentes palos borrachos en su centro, creando así un espacio tranquilo y fresco. También cuenta con un hogar exterior para cuando las noches comienzan a refrescar.
A su carta de vinos y espumantes, se le agrega una lista de más de 50 vodkas importados que se mantienen a la temperatura ideal en un freezer exclusivo. La carta es diseñada por la Head Chef, Verónica Yarte.
En el caso del brunch, el resto-bar es uno de los pioneros del servicio allá por 2006. Actualmente, se sirve todo el día todos los días. Por otro lado, los jueves, viernes y sábado hay “Cenas tempranas”, en un ambiente cálido e íntimo para disfrutar de los atardeceres y nochecitas en el jardín.