Un contrato enterró las ilusiones de Yuliana y sus dos amigas

Yuliana Macías era cantante y una de las tres jóvenes que fueron encontradas, el pasado jueves 6 de abril, sin vida y enterradas una encima de otra, a orillas del río Esmeraldas, frente a la desembocadura de los ríos Cole y Canandé. Denise Reyna, quien también cantaba, y Nayeli Tapia eran sus mejores amigas.

Las tres eran inseparables, muy cercanas desde hace ya algunos años. Siempre andaban juntas, y así fue literalmente hasta la muerte. Según el parte forense, las tres jóvenes murieron por degollamiento y sus cuerpos estaban maniatados y presentaban signos de tortura.

El nombre artístico de Yuliana era ‘Siria, la Diosa Griega’ y su gran sueño era convertirse en una cantante famosa internacionalmente. También anhelaba ser DJ, según le contó a EXPRESO un amigo cercano a la artista. Hace algún tiempo también formó parte del grupo musical Las Diablitas Tas Tas, pero últimamente trabajaba como solista y de forma independiente.

Consternación, dolor e impotencia fue lo que se vivió la mañana de este sábado en la sala de velaciones del Sindicato de Choferes de Santo Domingo. “No encontramos palabras para explicar lo ocurrido”, dijo un familiar de Yuliana. Los cuerpos de Nayeli Tapia y Denisse Reyna fueron velados en otros sectores de la ciudad tsáchila.

Según Paulina Rueda, tía de Yuliana, ella salió de su casa el martes a las 20:00 y les dijo a los primos que iba a estar con unas amigas. Ese mismo día, a las 23:00 aproximadamente, Yuliana subió en su estado de WhatsApp una foto con Nayeli y Denisse. Eso fue lo último que supieron de ellas. “No sabíamos a dónde iba, solo dijo que iba a salir con unas amigas, pero cuando conversamos con los familiares de las otras chicas, nos dijeron que ellas habían salido a cantar, que las habían contratado para una presentación”, aseguró Rueda, quien denunció la desaparición de su sobrina.

Al siguiente día, el Viernes Santo, la tía de Yuliana recibió una llamada de la Policía diciéndole que viaje a Quinindé porque había novedades. Fue así como confirmó que se trataba de su sobrina. “Pedimos justicia. Yo he luchado por muchas mujeres y voy a hacer lo mismo por mi sobrina. No mataron a un perro, mataron a tres niñas que estaban empezando a vivir la vida. Vamos a dar con los asesinos para que paguen lo que tienen que pagar”, expresó Rueda, quien, además, se desempeña como coordinadora provincial del Observatorio Ciudadano Contra la Violencia de Género.

El informe forense determinó que la muerte de las tres jóvenes fue a causa de degollamiento. Pero, además, refiere que antes de ser asesinadas fueron torturadas. Sus cuerpos presentan golpes, cortes y habían sido maniatadas y tapadas sus bocas con cinta de embalaje.

Por el estado de putrefacción de los cuerpos, la policía presume que fueron asesinadas el miércoles, al día siguiente de su desaparición.

El coronel Diego Velasteguí, jefe del Distrito de Policía de Quinindé, presume que las jóvenes fueron asesinadas en el mismo sitio donde las encontraron, ya que en el lugar había rastros de sangre entre la maleza. Además, es un sitio de difícil acceso al que se llega únicamente por el río y en lanchas.

Fue un pescador que pasaba por la zona quien divisó que había cabellos que salían de un montículo de arena, que al ser escarbado por el perro que lo acompañaba, quedó aterrado.

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