Las calles del barrio Santa Teresita, en la parroquia Pomasqui, al noroccidente de Quito se carcomen lentamente. Hace 15 días se generaron los primeros hundimientos y a la fecha ya existen cinco socavones.

Las dimensiones de estos orificios llegan hasta los dos metros de largo por uno de ancho y hacia el subsuelo alcanzan el metro y medio de profundidad.

Estas anomalías se identificaron en la calle Fernando Corral y la primera transversal, pero en un recorrido realizado por EXPRESO, el hundimiento de los adoquines se prolonga hacia otras áreas, poniendo en riesgo la seguridad de los moradores y de los vehículos del sector.

¿A QUÉ SE DEBE EL DESPERFECTO?

Alejandro Pérez, residente del sector, contó que este problema inició con un simple desperfecto en la conexión de agua potable.

“El daño se presentó hace más de dos semanas. Llamamos a la empresa de Agua Potable y se demoraron en llegar tres días. Hicieron el cambio de tubería y dejaron abierto sin arreglar. Después, con la lluvia se empezaron a hundir otras partes y es riesgoso caminar, más en la lluvia, porque el suelo se hace más blando y movedizo”, narró.

Desde la empresa de Agua Potable y Saneamiento de Quito se dijo que la próxima semana se dará atención a este pedido ciudadano.