“Perseveremos en invocar el don de la paz para el mundo entero, especialmente para la atormentada Ucrania”, dijo el Papa Francisco en el “Regina Coeli”, la oración mariana que reemplaza la del Ángelus desde Pascua hasta Pentecostés.

Con buena voz y óptimo aspecto, Bergoglio de pie se asomó por la ventana de la biblioteca del Palacio apostólico para bendecir a los miles de fieles que esperaban la oración del mediodía en la plaza San Pedro, en un lunes feriado en Italia en donde se extiende la celebración pascual de la resurrección de Cristo.

Francisco, de 86 años, presidió todos los ritos de Pascua, una Semana Santa cargada de homilías en donde sólo faltó al Viacrucis en el Coliseo a causa del frío y las bajas temperaturas que se registraron en la noche del viernes en Roma. Los médicos que lo asisten quisieron evitar una recaída y por eso el Papa optó por seguir el rito de las 14 estaciones de la muerte de Jesús desde Casa Santa Marta, donde vive desde que fue elegido Pontífice pero que estaría pensando en dejar “a breve” para mudarse al departamento donde vivía Benedicto XVI, en el cual podría movilizarse más cómodamente y gozar de espacio para un uso cada vez más cotidiano y recurrente de la silla de ruedas, comentaron a Ámbito integrantes del círculo íntimo de Francisco.

En el rezo del Regina Coeli, el Papa Francisco habló luego de compartir la fe. “A veces pensamos que la manera de estar cerca de Dios es tenerlo cerca de nosotros; porque entonces, si nos exponemos y empezamos a hablar de eso, llegan juicios, críticas, tal vez no sabemos cómo responder ciertas preguntas o provocaciones, y entonces es mejor no hablar de eso. En cambio, el Señor viene mientras es anunciado. Esto es lo que las mujeres nos enseñan: Jesús se encuentra al testimoniarlo", dijo.