Debate por la deuda pública: crónica de un default anunciado (Parte XV)

 Debate por la deuda pública: crónica de un default anunciado (Parte XV)

Era una tragedia que, en 17 meses, el Gobierno de Mauricio Macri, esponsoreado por las corporaciones y los medios no hubiera bajado la inflación, sino que la había disparado. Ahora en 2017 nos decían que iba a bajar en el último trimestre…habría que esperar.

El suplemento del diario LA NACION muy bien logrado, se había transformado en una revista de negocios, donde leíamos artículos de CEOs o emprendedores que expresaban su euforia basada en el potencial “ambiente de negocios, y las futuras” inversiones. Solo algunos periodistas tocaban temas importantes, pero “en modo soft”, sus condicionamientos tendrían. La recuperación de la economía no llegaba y se hacía difícil defender lo indefendible.

El BCRA procurando bajar las expectativas de inflación y la tasa de inflación efectiva, no hacía más que amplificarlas. Al mismo tiempo que el presidente decía que el déficit no se podía seguir sosteniendo, Nicolas Dujovne, aplicaba una extravagante política fiscal expansiva, financiada con deuda externa y “maquinita”.

"Los perversos piden dinero prestado y nunca pagan sus deudas...” (La Biblia PDT, Salmo 37:21a)

Una cosa era tener el gasto alto sin endeudamiento y sin desplome del PBI (Cristina Fernández de Kirchner), y otra era aumentar el gasto y la deuda con caída del PBI (Mauricio Macri). Los banqueros solían ser gente cuerda, antes de los “felices noventa”.

La pregunta que nos hacíamos era: - ¿Cómo le seguían prestando a una economía sin rumbo? – ¿Cobrarle tan caro justificaría el riesgo asumido? –

Martín Guzmán renegoció la deuda privada con un ahorro de 37 mil millones de dólares. Nos habían cobrado de mas y nos dieron el vuelto.

Esa estrategia de pedir prestamos externos generaba dólares baratos a cambio de emitir muchos pesos, pero a los pesos había que absorberlos o producían aumentos de precios-según el catecismo del niño monetarista-.

Nuestra conclusión es que el dogmatismo monetarista cotiza muy por debajo del anti peronismo visceral. “Odio mata manual”.

La importación de bienes, las compras por Internet, el turismo “deme dos”, y los cofres de los bancos repletos de verdes iban “in crescendo”.

“El mundo nos felicita” (dijo Macri). Lo agasajaban porque estábamos estimulando la demanda de sus productos. Destruíamos empleo argentino y pagábamos sueldos chinos. Continuábamos generándole empleo a todos los países que exportaban sus productos a la Argentina. País generoso para los ciudadanos de otras latitudes.

Es el cobro exagerado, en el tipo de interés del préstamo. Tal cosa esta prohibida por el derecho natural (Punto central en la teología católica clásica) y en la Biblia. En el sentido bíblico, se menciona la usura en el libro de Éxodos como una actitud inmoral de logreros.

Pagábamos más del doble de tasas de interés que las que pagaba México, el triple que Chile y, más del doble del promedio de Latinoamérica exceptuando Argentina.

Claro que, en ese escenario, el empleo argentino no progresaba y las probabilidades que se intensificaran los despidos maduraba a trancazos.

El dólar barato afectaba de manera importante las exportaciones industriales. El sector manufacturero tampoco estaba favorecido por un aumento del consumo interno, en contraste sufría una significativa reducción.

Los únicos “brotes verdes” eran los de la deuda externa que crecía como el “palán palán”. Según el portal infoagro (21/10/2021) el palán-palán es una planta que pertenece al mismo género del tabaco común, responsable de al menos una decena de tipos de cáncer y de más de 8 millones de muertes anuales en el mundo… En España, su potencial colonizador constituye una amenaza para las especies autóctonas y ha sido catalogada como una especie exótica invasora… en Argentina pasa desapercibida, pero según fue documentado, este pequeño árbol que crece en patios, tapiales y medianeras es extremadamente tóxico, provocando muertes por ingesta en Argentina…

Ya sabíamos que habría que pedir más, y el BCRA tendría que darle 24 por 7 a la maquinita para comprarle dólares al Gobierno. A su vez el BCRA tendría que tomar más deuda en LEBACS y pases, porque que no se reactivaba la demanda de pesos. La gente no demandaba pesos en la era Macri.

La demanda de LEBACS aumentaba-ya superaba en 16 puntos porcentuales a toda la base monetaria-, porque su rendimiento resultaba mucho más atractivo que un plazo fijo, y cien veces más conveniente que instalar una fábrica contratando obreros en blanco.

Así las cosas, podíamos presumir que pronto comenzaría una caída de depósitos en pesos y se derrumbaría del crédito. No se vendía al contado y tampoco se vendería a crédito. El Gobierno provocaría la reducción del crédito al sector privado, afectando negativamente la demanda y la producción.

Mientras tanto veíamos comunicadores por televisión, desbordando el disparate, seguían su vida como si nada. No parecía interesarles el hecho que se descubriera que habían mentido.

Asumíamos la ceguera ciudadana de una “clase media televidente” con el promedio de comprensión de un niño de 9 años, que explicaba Artemio López, citando a un prócer del PRO (Duran Barba).

Los medios y los portales nacionales habían invisibilizado, y aun lo hacen, a todos los profesionales y académicos que podíamos decir algo, lucia y luce más que evidente. No se sonrojan. Tienen la cara de piedra.

Resguardaron con ocultamientos y desinformación a Cambiemos que había venido a endeudar el país, aumentar el déficit fiscal y empeorar la seguridad. De todo eso ya no se hablaba.

Pero si aún existe algo que no resiste análisis, es la falta de sentido común de quienes siguen comprometidos con quienes destruyeron sus activos en la Argentina.

El gobierno de Cambiemos hizo que la capitalización bursátil, múltiplos, Price earning, EBITDA, DCF, de las corporaciones y los bancos cayeran entre 30 y 50% en solo 4 años. (continuará)

(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani

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