En medio de la investigación de la muerte de Emmily Rodrigues Santos Gomes, modelo brasileña que falleció al caer del sexto piso de un edificio en Retiro, este miércoles surgió una nueva hipótesis en base al hallazgo de tres jeringas y a la aparente mención que la joven hace a un pinchazo en sus llamadas al 911.
Según se pudo encontrar en los allanamientos, una de las jeringas tenía restos de una sustancia que por el momento se desconoce qué es. "Esto puede dar un giro radical en la causa", dijo hoy a Télam el abogado Ignacio Trimarco, representante de los padres de la víctima.
Este hallazgo incluso fue mencionado en la apelación que ayer presentaron los fiscales de la causa para revertir la falta de mérito que se le dictó la semana pasada al empresario minero y del agro Francisco Sáenz Valiente (52).
"En el lugar se encontraron preservativos usados, tres jeringas -una, con un líquido a determinar- así como elementos y objetos sexuales y ropa de varón y mujer distribuida en los distintos ambientes del departamento", escribieron los fiscales Santiago Vismara y Mariela Labozzetta en su dictamen.
El otro elemento es el segundo llamado al 911 que hizo el empresario a las 9.14 del 30 de marzo -minutos antes de que Emmily cayera del sexto piso al patio del hueco del aire y luz del edificio-, donde según la desgrabación citada también por la fiscalía, se oye a Sáenz Valiente decir "viene la Policía" y "sí, perdón llamé hace un ratito", mientras que de fondo, según los fiscales, se escucha a Emmily gritar desesperadamente: "¡Por favor (?) me pincharon! ¡Por favor!".
Según la fiscalía, mientras la operadora le pide que reitere la dirección, se escuchan golpes de fondo y más gritos de la mujer y que dice "¡no puedo más, no puedo más!", "¡aaaah!", "¡ay no!", y "¡me estás matando hijo de puta!", en el segundo 24 de la comunicación.
Por su lado, Trimarco consideró que "estos nuevos elementos agravan la situación de Sáenz Valiente, y a su vez acreditan la falta de cumplimiento de protocolo que hubo por parte de los policías que intervinieron".
"Estamos analizando la presentación de una denuncia contra todo el personal policial que intervino en el expediente dado que recién en el tercer allanamiento se logró dar con esta jeringa que tiene un líquido blanco en su interior y del que estamos esperando la pericia para saber qué es lo que tiene y si efectivamente aplicaron algo en el cuerpo de Emmily", contó el penalista.
"Por algún motivo el imputado y la testigo Juliana Magalhaes Mourao no dijeron nada al respecto de este pinchazo y de la jeringa con contenido", concluyó.
Entre las 29 lesiones que enumeró el forense en la autopsia, no se describió ninguna como un pinchazo, pero Trimarco adelantó que pedirán "un nuevo examen al cuerpo de Emmily".
A su vez, los resultados de los estudios toxicológicos a las muestras de sangre y orina extraídas al cuerpo Emmily, serán clave para probar o descartar esta nueva hipótesis y para confirmar qué sustancias había ingerido la víctima durante las horas previas a su muerte.
El 30 de marzo último y luego de haber ido a cenar a un restaurante de Costanera Norte y a un bar de Palermo, Emmily llegó a las 3.21 de la madrugada al departamento del empresario Francisco Sáenz Valiente, en el sexto piso de Libertad 1542, en el barrio de Retiro.
De acuerdo con los investigadores, tras una madrugada de excesos con ingesta de alcohol, marihuana, cocaína y "tuci" -potente droga de diseño que combina los efectos alucinógenos del LSD con los eufóricos del MDMA-, Rodrigues sufrió un aparente brote psicótico y a las 9.18 terminó cayendo por una ventana desnuda al patio interno del pulmón de manzana del edificio, cuando en el departamento solo estaban Sáenz Valiente y Magalhaes Murao, en una muerte que la Justicia intenta dilucidar si se trató de un femicidio o de un suicidio en el marco de algún tipo de ingesta de estupefacientes.
Si bien se aguardan pericias complementarias, la autopsia concluyó que la muerte fue producto de "politraumatismos" y "hemorragias internas y externas" compatibles con la caída del sexto piso y descartó lesiones defensivas previas a la caída o signos de un ataque sexual.