Nuevamente un trágico accidente de tránsito, la muerte del fundador de la USFQ, impacta por la forma y condiciones en que se dio: causada por el atropellamiento por un bus del servicio interparroquial del Quito metropolitano. Este pasó la revisión vehicular en un cantón que no es donde presta y su servicio; primera situación a revisar fondo por las autoridades que no perciben el riesgo de quienes confieren estos permisos. El accidente debe investigarse y sancionar al responsable. El conductor, con un mínimo de puntos, llevó el automotor a los patios de la empresa y lo guardó como que nada había pasado. Tanto él, como el propietario y la empresa cooperativa deben responder por este hecho. ¿Hasta cuándo la Secretaria de Movilidad, la Agencia Metropolitana de Tránsito del DM de Quito permiten que de forma tan irresponsable continúe este modelo de gestión del tránsito? El atropellamiento es una de las causas de mayor incidencia de muertes en Ecuador. Las autoridades y la sociedad civil no pueden ser contemplativas ante tanto abuso de los conductores y el monopolio del transporte. Este poder deviene en impunidad, de la mano con la indiferencia ante otras problemáticas como el alto grado de contaminación, la rifa alegre de permisos y frecuencias, y el irrespeto a la vida e integridad de las personas. ¡Autoridades: pongan un pare definitivo! Que ellas y entidades creadas por ley para regular, controlar y vigilar el tránsito dejen la comodidad de sus oficinas, asuman con seriedad sus competencias y apliquen con rigurosidad la ley.
Wagner M. Mantilla Cortés