Chat CFK: los planteos opositores y los cariños oficialistas

 Chat CFK: los planteos opositores y los cariños oficialistas

No hay lugar a dudas: cada vez que la actual vicepresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner habla genera no solo atención en el mundillo de la política y de los medios, sino también de la economía. Títulos, copetes, frases, epígrafes, definiciones económicas varias son vertidas desde el púlpito hacia una militancia y dirigencia kirchnerista que la escucha con atención y que responde primero con admiración, luego, repite como verdades cada palabra esgrimida por ella, dándole la entidad que requiere su figura para aquel público que la define como la líder más importante de la política local después de Eva Perón.

En medio de su clase magistral de historia y una mezcla entre oficialismo, oposición y ojo Big Brother, afirmó algunos conceptos que valen la pena rescatar y analizar.

Primero, adentrarnos en el acuerdo con el FMI y su vinculación con el déficit fiscal y la inflación. "El acuerdo con el FMI es inflacionario" dijo taxativamente, cuando previamente advirtió que el Estado Nacional había cumplido la meta fiscal con el organismo. Eso es cierto, pero con un olvido que no es anecdótico: el déficit cuasifiscal, representado en Leliqs, pases y otros instrumentos del BCRA, fue del 4,1% del PBI en 2022. Y este quebranto es peor para la emisión monetaria, las expectativas inflacionarias y las subas de los dólares ya que fija una tasa de interés que, para ser positiva, tiene que expresar, al menos, una TEA mayor al IPC interanual y que sea atractiva para los inversores de todos los tamaños, o van al dólar. Hoy día, por tantas licitaciones, se alcanzaron los 12 billones de pesos en pases y la TEA alcanzó el 141%.

Segundo, en relación a la reciente corrida cambiaria, también esbozó una cadena de verdades a medias. "El Banco Central interviene en la administración del mercado de cambio. Esto no se podía hacer hasta esta semana, porque el acuerdo con el FMI prohíbe que eso sucede para evitar una corrida” esgrimió con fiereza y con cierto grado de razón. Sin embargo, desde que forma parte de la gestión de gobierno, se han vendido bonos para controlar el CCL, se han cambiado las reglas de parking para evitar la demanda de los financieros, han convocado manos amigas para intervenir el blue y a la AFIP para reventar cuevas céntricas. Además, está vinculado este apartado al anterior ya que, si la moneda local funcionara debidamente, como reserva de valor, medio de cambio y pago y unidad de cuenta –tal y como lo focalizaba el hall de ingreso del Banco Central “Preservar el valor de la moneda” – no haría falta contar cada centavo de divisa norteamericana, multiplicar los “dólar soja”, utilizar cada swap con China una y otra vez.

Tercero, la alusión al crecimiento es para destacar. "Hoy tenemos crecimiento económico real y genuino con mala distribución del ingreso. Hay por primera vez trabajadores en relación de dependencia que son pobres. Esto nunca nos había pasado y es uno de los desafíos que tenemos. La actividad económica creció y el empleo que se generó fue más precario”. Más allá de que sea exagerado, marca en parte una dirección que tomó la matriz productiva argentina y es que, a pesar de la existencia de gremios grandes, del peso de la CGT, y de un gobierno supuestamente “de los trabajadores”, hay asalariados formales pobres y cada vez son más. Los datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA indican, por ejemplo, que en el 2010, el 8,1% de los empleados plenos era pobre y, al finalizar el mandato, era de 6,2%. El pico fue en la pandemia con un 15,4% en 2020 pero entre 2019 y hoy, el número es de por lo menos, dos dígitos. Parte de ese problema tiene nombre y es el de la inflación. Y la otra parte es que hay una grandilocuencia en los políticos en general sobre los problemas de los trabajadores, pero casi ninguno aborda la problemática real sin caer en el corporativismo.

Por último, el tema de moda, la dolarización o no de la economía. “Nos dijeron que un peso era igual a un dólar, fue la dolarización de la economía", sostuvo enfáticamente. Sin entrar en un debate partidario, la cotización del dólar para sostener la medida varía tanto de acuerdo a cada economista que podría no tener el efecto deseado. ¿Cuánto sería el valor? ¿Cuantos necesitás para implementar la medida? ¿Se resolverá la inflación y la pobreza dolarizando?

Más allá de las dudas y certezas, el inicio de una medida similar sería una bomba de tiempo para la tan dañada situación económica y social argenta. Por eso es que no se resuelve “con confianza y expectativas” sino con condiciones. Un recurso facilista desde mi parecer que no viene más que a ser un máxime de indicar que los problemas de nuestra macro son profundos y requieren soluciones acordes, pero no hay evidencia empírica para sostenerla.

Cristina no es economista, sin embargo, cada discurso es una posición permanente de los temas socioeconómicos y como los abordaría, aunque esta vez, pareciera obviar que es parte de los problemas que hoy suceden, siendo parte de la gestión. Probablemente una parte importante de los temas que hoy suceden sean consecuencia de su último mandato al frente: aceleración inflacionaria, emisión monetaria acelerada, nominalidad, falsificación estadística, cierre de la economía con cepos, ocultamiento de las cifras de pobreza y un fuerte incremento del gasto público, principalmente, sin su contraparte permanente. Y eso, posiblemente, no alcance para una sola clase magistral.

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