El primero de mayo es un acontecimiento internacional, en memoria de los mártires de Chicago. En esta jornada, los distintos gobiernos, sindicatos y organizaciones sociales en todo el mundo organizan actos y homenajes para reivindicar las conquistas sociales sobre el trabajo.
El origen de la fecha es en homenaje a lo ocurrido en 1886 en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, cuando un grupo de trabajadores recordados decidió hacer una huelga en Haymarket Square exigiendo una jornada laboral de 8 horas.
Aquella revuelta terminó con la ejecución de un grupo de sindicalistas anarquistas, los mártires de ese día. Fue en París, en 1889, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, que se estableció el 1° de Mayo como Día del Trabajador para conmemorar a los Mártires de Chicago.
La repercusión mundial de estos hechos provocó una oleada de indignación y treinta y tres años después, en 1919, la primera conferencia de la OIT, que acababa de ser constituida, propuso la adopción universal de la jornada de ocho horas y la semana de 48 horas. Tras un largo debate, la moción fue finalmente aprobada.
Durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear el Gobierno decretó el día de fiesta para los trabajadores al Día de los Trabajadores. Y recién 19 años después, en 1944, con la gestión de Edelmiro Farrell y Juan Domingo Perón, la fecha alcanzó el rango de feriado oficial y pasó a denominarse "Día del Trabajo".
El gobierno nacional decretó que a partir de ese día, el salario mínimo se fija en $84.512 para todos los trabajadores mensualizados que cumplen la jornada legal completa de trabajo, y en $422,56 por hora, para los trabajadores jornalizados.