Periodista: Finalmente JP Morgan se queda con los activos de First Republic. Es la crónica de una muerte anunciada…
Gordon Gekko: Que se intentó evitar de mil maneras. El riesgo de que la banca gangrenase obligó a cortar por lo sano. Adiós, First Republic (FR). Los depósitos y la mayor parte de los préstamos se traspasan a JP Morgan. El fondo de seguro de los depósitos toma un quebranto de 13 mil millones de dólares (y comparte el riesgo de futuras contingencias en la cartera de hipotecas). Los bonistas y accionistas quedan a la intemperie. Es decir, con casi nulas probabilidades de recupero de su inversión.
P.: ¿Finaliza la crisis de la banca regional? No parece. Pac West cae 26%. Western Alliance, 20%. El índice sectorial, 7%.
G.G.: El daño de FR era evidente desde el momento en que once bancos le depositaron 30 mil millones de dólares para ocultar el hecho de que no pudiera acceder a las líneas de crédito de la Fed que usó todo el mundo. Cayó el último mohicano de la crisis. Pero ya era un zombie en marzo.
P.: ¿Se cierra un capítulo entonces, y se abre el próximo?
G.G.: Hay dos problemas que subsisten. La viabilidad del modelo de banca regional está en tela de juicio. Cómo fondear el negocio. No queda claro que todos puedan lograrlo de forma rentable hacia delante. Con tasas en alza, es un tema sensible. Pac West y Western Alliance perdieron 11% de sus depósitos. FR, 41%. Deben cerrar la herida antes que se les cierre la financiación. Dos, la cartera hipotecaria, aquella orientada al comercio y oficinas, hundió a FR. Y genera escozor. No solo porque subieron las tasas de interés. La pandemia cambió los usos y hoy sobra espacio vacante. No va a ser sencillo adaptar los grandes edificios de oficinas para el uso residencial. Muchos proyectos fracasarán, van a crecer los impagos de los créditos. Los hedge funds mantienen una posición corta en acciones de bancos regionales muy agresiva y se les hará cuesta arriba reunir más capital. De ahí, la idea del crunch, de la contracción crediticia. Pero si achicarse no es suficiente, si las fusiones no dan una solución, la emergencia del sector volverá a la primera plana.
P.: Qué mejor momento para que la Fed tome una decisión. Mañana (por hoy) se descuenta que subirá su tasa un cuarto de punto a 5,25%. ¿Será el último disparo? ¿Tendrá en cuenta el trance de los bancos regionales y de las hipotecas comerciales?
G.G.: No lo ignora, pero elevó las tasas igual después del cierre de SVB y Signature Bank, cuando la incertidumbre era todavía mayor.
P.: El mapa de puntos de la Fed conserva los lineamientos que trazó en diciembre, mucho antes de estas vicisitudes. En ese entonces, ya estaba marcada 5,25% como tasa terminal.
G.G.: Con más razón ahora. Enero sorprendió con la efervescencia del empleo y la inflación pero luego llegaron señales de moderación. Y los avatares bancarios van a restringir el crédito, mucho o poco, no lo sabemos; por cuánto tiempo, tampoco; pero no lo va a estimular.
P.: ¿No es un buen momento para desensillar? Es un cruce de caminos, con muchas alertas de una recesión cercana.
G.G.: Si mira el mapa de puntos, 11 de 18 opiniones aconsejan acampar acá. Otros quieren trepar más (a fin de diciembre), pero si no los corre la prisa, podrán hacer un alto transitorio. Es de esperar una pausa condicional, no una declaración de misión cumplida.
P.: Canadá abandonó la suba de tasas en enero y se mantiene en sus trece. Australia le copió los pasos a principios de abril. Pero hoy (por ayer), y por sorpresa, reanudó la cruzada. Aumentó la tasa otra vez (un cuarto de punto a 3,85%) para atacar la inflación persistente en los servicios.
G.G.: Creo que Powell y sus muchachos deben estar muy agradecidos. Qué mejor ejemplo para ensayar lo que tienen planeado. Esto es, subir las tasas, quitarle todo sesgo al próximo movimiento, pero dejar en claro que si la data lo amerita, la suba puede retomarse. Y sin pedir permiso. Más que la última suba de tasas, lo que a la Fed le interesa habilitar es un descanso, un rellano en la escalera. En marzo, antes de la turbulencia cambiaria, la idea era llevar la tasa terminal a 5,50% o 5,75%. Hoy, 5,25% está bien (con la inflación PCE en 4,2%). Mañana, ¿quién sabe? Powell hará lo que haga falta para devolver la inflación al corral del 2%. Ese es su cometido, la tasa es solamente un instrumento.