Cuáles fueron las inversiones más valientes y rentables de los últimos 10 años

 Cuáles fueron las inversiones más valientes y rentables de los últimos 10 años

Si bien subirse a un Tesla no es una posibilidad en Argentina (aún), hacerlo a través del mercado bursátil sí lo es. Con pesos y desde apenas $5.000, es posible ingresar a su CEDEAR, cuyo símbolo es $TSLA.

Tesla salió a cotizar en bolsa en la Bolsa de Nueva York (NYSE) el 29 de junio de 2010. En ese momento, la oferta pública inicial (OPI) consistió en la venta de 13.3 millones de acciones a un precio de u$s17 dólares por acción. En el primer día de cotización, el precio de sus acciones se elevó un 40%, cerrando en 23.89 dólares. Desde los 226 millones de dólares recaudados en la OPI, a un valor de mercado aproximado de 1700 millones de dólares y en un camino para nada regular, llegó a su máximo histórico en noviembre de 2021, cuando alcanzó los 1.2 billones de dólares.

La compañía consagró el mayor crecimiento en la fortuna personal de Elon Musk hasta 2021 y en 2022 representó la pérdida más importante de patrimonio personal a nivel global (unos 125 mil millones de dólares), en un contexto muy negativo para los magnates de las grandes empresas tecnológicas.

Considerando su precio inicial de u$s17 ajustado por sus splits 5 a 1 en 2020 y 3 a 1 en 2022, una inversión de u$s1000 en 2010, asumiendo un precio actual aproximado de u$s160, equivaldría a unos u$s141.592 hoy para quienes mantuvieron la inversión. Significa que la inversión habría crecido a una tasa anual compuesta superior al 50%, que es casi cinco veces más alta que el rendimiento generado por el índice bursátil de referencia S&P 500 durante el mismo período.

Aun habiendo caído su cotización cerca de un 60% desde sus máximos históricos, con una capitalización de 511 mil millones de dólares, Tesla sigue siendo en la actualidad el fabricante de automóviles más valioso del mundo. Los competidores de Tesla incluyen compañías como Ford, Mercedes-Benz, Porsche, Lamborghini, Audi, Rivian, Toyota, entre otros. Su rival más cercano en capitalización, Toyota, posee un valor de aproximadamente 188 mil millones.

Al comparar el rendimiento de Tesla durante los últimos cinco años con respecto a tres de sus competidores en el mercado de vehículos eléctricos (Nio, Rivian y Nikola), así como con el índice tecnológico Nasdaq, se puede apreciar claramente su excepcional desempeño por encima del resto.

En cuanto al volumen de ventas de vehículos eléctricos, Tesla es actualmente el líder del mercado. Sin embargo, en términos del número total de unidades de automóviles vendidas a nivel mundial (alrededor de 70 millones), no se encuentra ni siquiera entre los diez primeros lugares.

Desde 2020, Tesla ha dejado atrás el debate entre sus detractores y promotores sobre su capacidad para ser rentable. A pesar de las dificultades iniciales que tuvo la compañía para satisfacer la demanda, la apertura de las Gigafactories en Shanghai, Berlín y Texas le permitió aumentar significativamente su capacidad de producción y entrega de vehículos eléctricos, logrando así demostrar su capacidad para producir a gran escala con márgenes amplios.

En resumen, la compañía ha demostrado que no solo puede producir sus vehículos eléctricos con éxito, sino que también puede hacerlo a gran escala y con rentabilidad: en 2012, Tesla generaba $413 millones en ingresos y producía 20.000 vehículos eléctricos. Tan solo 10 años después, en 2022, reportó ingresos por $81,46 mil millones y entregó cerca de 1.3 millones de automóviles.

Tesla es una empresa integrada verticalmente. La empresa administra y opera las plantas donde se fabrican automóviles y la Giga Factory, que produce los packs de baterías y sistemas de almacenamiento estacionarios para sus vehículos eléctricos. Los vehículos se venden a través de canales directos con tiendas en línea y físicas propias (sin distribuidores ni intermediarios).

La compañía no tiene un presupuesto de publicidad oficial dentro del presupuesto, ya que ha sido casi nulo a lo largo de los años. En efecto, Tesla aprovechó una combinación de la capacidad de Elon Musk para generar una cobertura mediática significativa y crear un producto que se vendió de boca en boca y directamente a los consumidores.

En 2022, de los $81.46 mil millones en ingresos que generó, $71.46 millones (casi el 88% de los ingresos totales) provino de la venta de automóviles, $6 mil millones, por servicios/otros y 3 mil millones, de la generación y el almacenamiento de energía.

Tesla no es solo una compañía que hace autos, es una empresa de producción y almacenamiento de energía eléctrica (Solar City) y una empresa de tecnología, principalmente en el campo de la conducción autónoma e inteligencia artificial.

Energía solar y almacenamiento: Por separado, sus productos residenciales de almacenamiento de baterías y energía solar están experimentando una demanda creciente. Tesla se ha convertido en un actor clave en la producción de baterías para vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía. La Gigafactory de Tesla en Nevada es actualmente la mayor fábrica de baterías del mundo, con una capacidad de producción anual de más de 35 gigavatios-hora.

Conducción autónoma: El potencial de la empresa se extiende más allá de su actividad principal. Su tecnología de conducción autónoma podría transformar la industria de la movilidad. Tesla tiene la intención de lanzar un robo-taxi capaz de conducir en forma totalmente autónoma en 2024, lo que podría interrumpir tanto la industria de los taxis tradicionales como la de los viajes compartidos. Compañías como Hertz, uno de los principales jugadores en alquiler de coches a nivel mundial, fueron incrementando la participación de Tesla en sus flotas.

Robótica e inteligencia artificial: Tesla presentó recientemente su nuevo robot de inteligencia artificial. Su nombre es Optimus y puede sustituir algunos puestos de trabajo en las instalaciones de producción de la empresa. El nuevo robot está diseñado para facilitar el transporte de piezas y mejorar el proceso de producción. La empresa viene invirtiendo fuerte en Inteligencia Artificial (IA) y pretende que sus robots sean accesibles al público desde los USD 20 mil dólares, a partir de 2027.

Los desafíos internos y externos de Tesla van en aumento. Musk ha sido una parte fundamental de su éxito y la gigantesca adquisición de Twitter por u$s44.000 millones hace temer a muchas partes interesadas que podrían cambiar el foco del líder en la compañía.

Aunque el sector tecnológico en general ha sido diezmado en los últimos meses, la caída del 60% en las acciones de Tesla es mucho más pronunciada que la reflejada en el índice Nasdaq en el mismo período (aproximadamente 30%).

En tanto, la creciente competencia en el espacio de los vehículos eléctricos, combinada con la disminución del poder adquisitivo de los consumidores en medio del entorno económico débil y alta inflación, podría crear un problema de demanda.

El fabricante de automóviles se enfrenta a importantes dificultades de rentabilidad. Los márgenes de beneficio son mucho más importantes que el crecimiento de la producción. Si Tesla continúa en este camino de compresión de márgenes, sus ganancias serán mucho más bajas en 2023 que en 2022.

Con la inflación afectando sus costos de insumos y la empresa obligada a reducir los precios de venta para deshacerse del inventario (tres veces en un período muy corto), 2023 se perfila como un año difícil para la empresa. En el último earnings call, ante la pregunta respecto a cuál es el proceso para definir los ajustes de precio, Musk contestó: “Creo que esto no es algo de lo que realmente podamos hablar. Es solo que hacemos todo lo posible para evaluar la producción, las condiciones macroeconómicas y tomamos una decisión”.

En relación a los costos, resaltan el de logística, que últimamente se mueve a favor de la empresa con importantes bajas y el de los commodities, que sigue siendo un dolor de cabeza para la estructura.

El problema con la valoración de Tesla, al menos cuando se cotiza a una capitalización de mercado de más de u$s500.000 millones, es que está considerando un enorme crecimiento de la producción y márgenes de beneficio muy por encima de la industria. El ratio de Price Earnings (P/E, muestra cuánto están dispuestos a pagar los inversores por una acción dadas las ganancias generadas actualmente) de Tesla se sitúa por encima de 42 mientras que el promedio de la industria lo hace en torno a 10. Por ello es que ante cada presentación, los inversores esperan comprobar este gran desafío materializarse. Lo ha logrado en el pasado, ¿lo podrá replicar en el futuro?

Director Comercial de ppi

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