El efecto negativo de sentirse dejado de lado en el aula

 El efecto negativo de sentirse dejado de lado en el aula

En muchos entornos educativos, es común encontrar a alumnos que se sienten fuera de lugar o no integrados en el aula. Estos alumnos pueden sentirse aislados, solos y con poca o sin conexión con sus compañeros o el ambiente escolar. Este sentimiento de no pertenecer puede tener un impacto significativo en el desempeño académico y el bienestar emocional de los estudiantes.

Lamentablemente, consciente o inconscientemente, los chicos pueden ser muy crueles en su forma de interactuar con sus compañeros. Uno de los problemas más comunes es la exclusión social, que puede manifestarse de varias maneras, como dejar a algunos compañeros fuera de los juegos, grupos de estudio, fiestas y otros eventos sociales. La exclusión social puede tener efectos muy negativos en la autoestima, el bienestar emocional y el desempeño académico de los chicos afectados.

Los chicos pueden ser muy sensibles a la forma en que son percibidos por sus compañeros. Cuando son excluidos, ignorados o invisibilizados, pueden sentir que no son valorados o que no tienen nada que ofrecer al grupo. Esto puede llevar a una baja autoestima, sentimientos de soledad y aislamiento social. Además, los chicos que no se sienten parte del grupo podrían desarrollar actitudes negativas hacia la escuela, lo que puede llevar a una disminución del interés por los estudios y un menor rendimiento académico.

Es importante que tanto la escuela como la familia trabajen juntos para prevenir estas situaciones. Los docentes deben fomentar un aula inclusiva al establecer reglas claras y justas que promuevan la participación y el respeto mutuo. Los padres también pueden enseñarles a sus hijos sobre la importancia de la amistad y la inclusión social y supervisar las actividades sociales de sus hijos para asegurarse de que no estén excluyendo a otros chicos. No se trata de ser amigos de todos, sino de ser un poco más empáticos. En última instancia, todos tenemos la responsabilidad de crear un ambiente escolar seguro, inclusivo y respetuoso para todos los chicos. La exclusión social es un problema real, grave, y muchas veces silencioso, que afecta a muchos chicos.

Muchas veces, los docentes están tan ocupados tratando de enseñar a toda la clase que se les dificulta brindar una atención individualizada a cada alumno y pueden no percatarse de la realidad emocional de sus alumnos. Y claramente, el aspecto socioemocional tiene un impacto en el desempeño escolar. Pensar es complicado. No podemos pensar si creemos que alguien nos va a poner en ridículo o simplemente no le interesa escuchar lo que decimos. Tampoco podemos pensar si creemos que tal vez otros son más inteligentes y podrían contestar algo mejor o cuestionarnos porque no están de acuerdo con nosotros. Hay una relación directa entre estrés, nervios, angustia y rendimiento. Los alumnos que sienten ansiedad y nervios ven reducida su capacidad de razonar y pensar con claridad. Por lo tanto, a mayor estrés o angustia, menor desempeño.

Tanto el vínculo como su seguridad emocional son claves para que los alumnos puedan aprender. Como docentes debemos generar contextos educativos que brinden seguridad y tranquilidad a los alumnos y, a la vez, las herramientas para que puedan manejar y mejorar su actitud frente al estrés, los desafíos o los obstáculos. Para aprender, el alumno debe sentirse seguro física y emocionalmente. Cuando los alumnos se sienten seguros, apreciados y apoyados es muy probable que, sumado a un sentimiento de esperanza y a una clase interesante, mejore significativamente su rendimiento académico.

Lo contrario también es cierto: sin seguridad emocional no hay aprendizaje. Nadie que tenga miedo o se sienta dejado de lado puede desplegar todo su potencial creativo. Aprender requiere de un entorno sano que permita abrirse a lo nuevo. Para que un docente pueda proveer a sus alumnos de este espacio seguro, en el que sus alumnos puedan alcanzar su potencial, deberá, sin duda, revisar su propio sistema de creencias y comprender que los alumnos aprenden no solo con el cerebro, sino también con el corazón.

Debemos activar cognitiva y emocionalmente a nuestros alumnos proporcionándoles la seguridad emocional que necesitan. Una vez más, un espacio de aprendizaje inseguro emocionalmente genera barreras que afectan el aprendizaje. Cuando el aula no es un lugar sano, se rompe el compromiso de los alumnos con el proceso de aprendizaje. Debemos hermanar a nuestros estudiantes y generar entornos sanos.

1. Dinámicas de presentación: Iniciar el año escolar con actividades para que los alumnos se presenten entre ellos puede ayudar a fomentar la confianza y el diálogo entre ellos.

2. Proyectos en equipo: Organizar proyectos en equipo puede ser una gran oportunidad para que los alumnos trabajen juntos, compartan ideas y aprendan a colaborar.

3. Juegos cooperativos: Juegos que requieran que los alumnos trabajen juntos para lograr un objetivo común pueden ayudar a fomentar el trabajo en equipo, la cohesión y la cooperación.

4. Celebraciones: Organizar celebraciones para ocasiones especiales, como cumpleaños o festividades, puede ayudar a crear un ambiente de camaradería en el aula.

5. Charlas y debates: Organizar charlas y debates sobre temas relevantes puede ayudar a fomentar la discusión y el diálogo entre los alumnos.

6. Salidas educativas: Planificar salidas educativas puede ser una forma divertida de fomentar la unión entre los alumnos, permitiéndoles compartir nuevas experiencias juntos. Desde una salida fuera de la escuela a un picnic en el patio, todo es positivo.

7. Trabajos voluntarios: Participar en trabajos voluntarios como grupo puede ayudar a los alumnos a aprender a trabajar juntos hacia una meta común y fomentar la solidaridad.

Es importante que las instituciones educativas presten atención a los alumnos que se sienten desconectados y fuera de lugar en el aula. Fomentar un ambiente escolar inclusivo y agradable puede mejorar la autoestima y la confianza de los estudiantes, lo que puede llevar a un mejor desempeño académico y a una mayor satisfacción en la escuela.

Todos los estudiantes merecen sentirse valorados y parte de la comunidad escolar, y es nuestra responsabilidad como educadores asegurarnos de que esto suceda. La inclusión y el sentido de pertenencia son fundamentales para el éxito académico y personal de los estudiantes, y al hacer de la inclusión social una prioridad, estamos ayudando a crear un mejor futuro para todos los chicos.

Autora, capacitadora y formadora docente @lauralewinonline

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