Los callejones de la ciudadela Albatros, norte de la ciudad, se han convertido en un verdadero peligro para sus residentes, debido a la presencia de personas desconocidas que los han transformado en habitaciones al aire libre.
“Aquí los robos y asaltos son frecuentes, así como el expendio de drogas”, indica Mercedes Mendoza, quien habita desde hace 10 años en la zona.
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Ella, junto a sus vecinos, se queja de que hay bandas delictivas que atacan a los transeúntes a cualquier hora. “Caminar en horas de la noche es muy peligroso”, recalca.
Uno de los casos que más conmocionó a los residentes fue precisamente el asalto a la casa de Mendoza, cuando tres personas se hicieron pasar por fumigadores y la amedrentaron para que los deje entrar a la vivienda.
“Los delincuentes se llevaron dinero, un televisor, un celular y mercadería. Huyeron por los callejones peligrosos y nadie pudo alcanzarlos”, relata.
Carmen Sotomayor, otra residente, corrobora la inseguridad que reina en este sector, especialmente en los callejones.
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“La falta de una buena iluminación hace que los callejones se tornen oscuros una vez que inicia la noche. A estos lugares llegan chamberos y personas desconocidas que se dedican a sembrar el terror a los vecinos. A los policías se los ve pocas veces”, menciona.
Mercy Muñoz, quien habita 16 años en el sector, añade que individuos de otras zonas acuden a los callejones y áreas verdes a consumir droga y alcohol, sobre todo los fines de semana. “Este sector y las calles aledañas son una chimenea de marihuana. El olor es tan fuerte que debemos cerrar puertas y ventanas”, agrega.
Los vecinos han implementado estrategias contra la inseguridad. Una de ellas es colocar cámaras y alarmas en sus viviendas.