Las poblaciones vulnerables son aquellas que, por razones de edad, género, condición física o mental y circunstancias sociales, económicas, étnicas o culturales, se encuentran en desventaja o riesgo de ver vulnerados sus derechos humanos. Entre los grupos vulnerables en Argentina se encuentran: niñas, niños y adolescentes; personas con discapacidad; adultos mayores; mujeres; personas LGBTI+; migrantes; personas privadas de la libertad; personas en situación de calle; pueblos indígenas; trabajadores informales; entre otros.
Según el INDEC, en el segundo semestre de 2020, el 42% de la población argentina se encontraba bajo la línea de pobreza y el 10,5% bajo la línea de indigencia. En este contexto, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, un año antes, en el 2019, ya refería que el 59,5% de los niños y adolescentes de 0 a 17 años vivían en hogares pobres y el 14,8% en hogares indigentes.
La sociedad actual se enfrenta a múltiples desafíos y oportunidades derivados de la revolución digital y el avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), para poder acotar la brecha entre los que más posibilidades tienen y los que no.
Sin embargo, no todas las personas tienen el mismo acceso, uso y aprovechamiento de estas herramientas, lo que genera una brecha tecnológica entre los que están conectados y los que no.
Esta brecha no solo implica una diferencia en el acceso a Internet o a los dispositivos digitales, sino también una diferencia en las habilidades y competencias para entender y utilizar la información que circula por estos medios, lo que se conoce como brecha cognitiva. La brecha cognitiva puede afectar al desarrollo personal, educativo, laboral y social de las personas, limitando sus oportunidades y su participación en la sociedad del conocimiento.
Por otro lado, el consumo de cannabis es una práctica cada vez más extendida entre los jóvenes, adolescentes y púberes de todo el mundo, que puede tener efectos nocivos para la salud física y mental de los consumidores.
El cannabis contiene más de 100 compuestos químicos llamados cannabinoides, entre los que destaca el tetrahidrocanabinol (THC), que es el responsable de los efectos psicoactivos o alteradores de la mente.
Algunos de los efectos negativos del consumo para desarrollar las funciones psíquicas inherentes a la inteligencia y capacidad de aprender son la alteración de la memoria, la atención y el aprendizaje; la ansiedad, el miedo, el pánico o psicosis; disminución de la motivación por el rendimiento académico o laboral. Dificultad para pensar y resolver problemas, problemas con la memoria y el aprendizaje. Coordinación reducida, dificultad para mantener la atención y problemas con la escuela y la vida social.
Estos efectos pueden agravar la brecha cognitiva existente entre los consumidores y los no consumidores de cannabis, así como afectar a otras áreas de su vida. Por lo tanto, es importante reflexionar sobre las causas, consecuencias y posibles soluciones para reducir tanto la brecha tecnológica como la brecha cognitiva, así como para prevenir y tratar el consumo problemático de cannabis en nuestra sociedad.
En definitiva, el consumo de cannabis en poblaciones vulnerables, en púberes y adolescentes, no solo perjudica a la salud física, sino que también dificulta su integración y participación en la sociedad del conocimiento, que requiere personas con capacidades cognitivas óptimas y con actitudes proactivas y colaborativas. El consumo de cannabis puede crear una brecha cognitiva y social entre los usuarios y los no usuarios, que se traduce en desigualdad de oportunidades y en exclusión.
Para prevenir el consumo de marihuana en los adolescentes, se recomienda:
Estas medidas pueden ayudar a los adolescentes a desarrollar habilidades para afrontar las situaciones de presión social o personal que les puedan llevar a consumir marihuana. También pueden favorecer una relación de confianza y comunicación entre padres e hijos que facilite la prevención y la detección precoz del consumo.
Como dijo Albert Einstein: "La mente es como un paracaídas: solo funciona si se abre". El consumo de cannabis cierra la mente y limita el potencial humano. Por eso, es importante prevenir y reducir el consumo de esta droga, mediante políticas públicas eficaces, programas educativos e informativos, y apoyo a las personas afectadas y a sus familias.
Presidente de CIMACUP, Docente Universitario UAI.
Marco referencial:
(1) El Canabis (marihuana) – Reporte de investigación ¿Cómo afecta el consumo de marihuana la vida escolar, laboral y social?: NIDA
(2) Efectos sociales y para la salud del consumo de cannabis sin fines médicos – Organización Panamericana de la Salud 2018
(3) Consecuencias del consumo de Cannabis – Marihuana - CAT Barcelona.
(4) Efectos sociales de la Marihuana | La Marihuana.
(5) Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA)