Entrando en época de declaraciones juradas anuales del año calendario 2022 se sabe que tanto para empresas como para personas, es momento de comenzar una carrera contra reloj, pues hay que ponernos a pensar las distintas alternativas que ofrecen los impuestos para optimizar la carga fiscal.
Durante los últimos meses el Gobierno intentó hacer importantes anuncios sobre deducciones y alivios fiscales para dos universos muy definidos de votantes: 1) los monotributistas y 2) los empleados en relación de dependencia; aun así, la población en general y los empresarios perciben que la carga tributaria es asfixiante.
En este contexto, los desamparados contribuyentes se preguntan:
A estas alturas, es importante poner de relieve, para aquel lector no especialista, que existen procesos desde un punto de vista técnico para adecuar la carga fiscal a los beneficios que las normas otorgan. Así pues, la planificación fiscal debe entenderse como una herramienta esencial para analizar y anticipar el efecto de los impuestos en las empresas, el directorio y sus empleados. Es más, cuando se tiene en cuenta la letra chica y se optimiza el saldo a pagar, pueden trasladarse ciertos atributos fiscales a otros impuestos y así producir beneficios financieros -en primer término- y económicos luego.
Para ello es importante el tratamiento que de la información fiscal ya sea de las empresas o de las personas anticipadamente, previendo la carga tributaria en la estructura de costos anuales. Es decir, si se conocen ciertas variables de las operaciones comerciales, financieras, la renta producida, las escalas impositivas y sus exenciones, es posible mejorar el rendimiento de nuestra actividad; más aún cuando los impuestos tienen un impacto importante en los resultados de las compañías.
En efecto, hay ciertas cuestiones para tener en cuenta desde un punto de vista práctico:
• Comprender que para el titular de una empresa no es lo mismo cobrar dividendos que honorarios directores es fundamental, pues mientras los primeros pagan una tasa efectiva del casi 39%, los segundos pagan hasta el 35%. Es decir, 4% de diferencia.
• Lo mismo sucede si una empresa cuenta con una flota de autos, en este caso no tiene posibilidad de deducir casi suma alguna, mientras que si tiene una flota de pick-ups está habilitada la deducción.
• No siempre es mandatorio seguir a la contabilidad cuando las normas impositivas tienen un tratamiento diferencial. Es decir, que mientras un activo en la contabilidad tal vez se amortice un solo mes, las normas fiscales admiten doce.
• También hay resultados que mejoran los resultados contables como la venta de bienes de uso y la norma fiscal permite su diferimiento a la luz de un principio tributario de “neutralidad fiscal”.
• Las diferencias de cambios tributan en las empresas, pero no así en las personas; ante estas situaciones conviene que la conversión de la moneda extranjera la efectivicen sus titulares y no quienes necesitan los fondos.
Por todo esto, al confeccionar las declaraciones juradas hay que tener en cuenta tres ejes: la estructura societaria utilizada, el aspecto comercial (el hacia afuera), y el aspecto operacional. Primero, la relación con los titulares y la compañía; segundo, la interacción con los clientes y por último cómo es el desarrollo de la actividad puertas adentro.
Seamos claros en este punto, planificar la manera de optimizar la carga tributaria no es evadir las responsabilidades impositivas. Este proceso analiza el efecto de los impuestos para lograr una carga fiscal en su justa medida. Por último, revisar la estructura societaria, operacional y comercial de la firma dará como resultado una declaración jurada real de la empresa y sus integrantes.
Recapitulemos, cumplir con las obligaciones fiscales, a pesar de que el marco normativo cambie constantemente, que se lleven un gran porcentaje de las ganancias y que la inflación licúe la renta, es el punto de partida. Sin embargo, buscar alternativas que maximicen la utilidad es una carrera para llegar -de algún modo- a la meta y decir “la pucha que valió la pena hacer el esfuerzo”.
Tributarista. Docente universitario.