En los últimos días se habló y escribió mucho sobre la colecta de fondos que efectuó el influencer Santiago Maratea para sanear las finanzas del Club Atlético Independiente. Sin entrar en el análisis de las repercusiones, apoyos y fondos que se recaudaron, creo necesario remarcar ciertos aspectos de los cuales se habla poco, y que hacen a la consistencia de una buena administración y utilización de la figura del Fideicomiso. En este sentido es pertinente remarcar ciertas irregularidades y ausencias en lo que hasta ahora se conoce.
La Inspección General de Justicia mediante la Resolución N° 33/2020 obliga a la inscripción de los Fideicomisos cuando al menos uno o más de los fiduciarios designados posea domicilio real o especial en jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Según lo trascendido, Maratea tendría la figura de Fiduciario, quien presenta domicilio en la Ciudad de Buenos Aires. Es llamativa su inscripción en la Provincia de Neuquén, eludiendo de esta manera los controles para su inscripción que realiza la IGJ y el Registro Público de Fideicomisos de la Ciudad de Buenos Aires, con su consecuente tributación.
Si bien no están regulados los honorarios fiduciarios por ninguna disposición, en nuestra experiencia como principal Fiduciario a nivel nacional y habiendo administrado Fideicomisos similares como “Tierra de Campeones”, utilizado para financiar la construcción del estadio de Estudiantes de la Plata, los honorarios fiduciarios estipulados rondan entre 0,5% y el 1% del activo administrado. En este caso, el Fiduciario estaría cobrando entre 5 y 10 veces más, traducido en pesos, diríamos que al momento de escribir la nota alrededor de $25 millones de que podrían destinarse a pagar deudas del club y no a engrosar el patrimonio de Maratea.
El Fiduciario es responsable solidario con su patrimonio ante un mal desempeño. En este caso, al administrar un volumen patrimonial tan elevado, es recomendable que su Fiduciario cuente un consecuente respaldo patrimonial. No estaríamos conociendo si ese respaldo existe.
El Fideicomiso es un instrumento complejo y su administración requiere del manejo de diversas normas legales y tributarias particulares. Considerando el volumen administrado, lo recomendable es contar con un fiduciario con experiencia en la materia a fin de dar cumplimiento a la totalidad de la normativa legal, tributaria y de prevención de lavado de activos.
Cabe destacar, solo a los efectos de comprender qué significa hablar desde la experiencia, que Bice Fideicomisos administra 80 Fideicomisos en la actualidad con una calificación AA+ de Fitch Ratings, con mas de 20 años del mercado. Tampoco conocemos la calificación de Maratea.
La normativa obliga al conocimiento de los aportantes debiendo por aquellos aportes superiores a $280.000 recabar, en el caso de personas humanas que efectúen operaciones, ya sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos vinculados entre sí, su nombre y apellido; fecha y lugar de nacimiento; nacionalidad; sexo; estado civil; número y tipo de documento de identidad que deberá exhibir en original.
También se requerirán los números de CUIL, CUIT o CDI; domicilio real; número de teléfono y dirección de correo electrónico; y profesión, oficio, industria, comercio que constituya su actividad principal, indicando expresamente si reviste la calidad de persona expuesta políticamente. Cuando las transacciones superen los $2,4 millones (antes era $1,12 millones) se requerirá declaración jurada sobre licitud y origen de los fondos o bienes involucrados en la operación.
No sabemos si toda esa documentación está registrada, se desconoce totalmente la información. En síntesis, todos estos aspectos hacen a la transparencia; la figura de un particular, mas allá de su vida pública, no es condición suficiente para respetar y hacer cumplir las normas sobre las cuales se administran Fideicomisos. Por el bien de todas las personas que depositaron recursos y confianza, es hora de empezar a cumplir con las normas y preservar al Club Atlético Independiente.