El adiós a Tina Turner: los éxitos y claroscuros de la reina del rock

 El adiós a Tina Turner: los éxitos y claroscuros de la reina del rock

En 1991 el Rock and Roll Hall on Fame incorporó a Ike & Tina Tuner. Cuando se realizó la ceremonia para honrarlos junto a otros artistas, Ike, su esposo, no pudo ir por estar preso, mientras que Tina triunfaba como solista en una gira europea y explicó no estar “preparada emocionalmente” para asistir. Momentos como éste fueron la quintaesencia de la tumultuosa vida de Tina Turner, que perfectamente podría ser considerada la mejor cantante de la historia del rock por una sola canción, “River Deep, Mountain High” la superproducción de Phil Spector donde el “Mozart de la música adolescente” irónicamente solo le pagaba a Ike para que no hiciera nada.

Pero Tina Turner, que murió este miércoles en Suiza a los 83 años, quizá sea recordada como la reina del rock, la primera cantante negra que pudo saltar del más oscuro soul al más crudo rock and roll, volviendo al gospel y al rythym & blues todo en el transcurso de una misma canción. Y esto está perfectamente registrado en discos de fines de los ’60 y comienzos de los ’70 como “Live: The Ike & Tina Turner Show” de 1965, “The Ike & Tina Turner Vol. 2” y muy especialmente en el asombroso “What You Hear Is What You Get” en vivo en el Carnegie Hall de 1971 donde el matrimonio hace bromas sexuales entre tema y tema y el climax es una furibunda “Proud Mary” de Creedence Clearwater Revival junto al blues que definía a la pareja de “I Smell Trouble”.

Hay que destacar que el flamante hit de la joven banda californiana que hacía el más blanco rock pantanoso le había dado el gran hit a una pareja que venía apareciendo en los charts de música negra. Justamente su primer LP, que aparecía en un puesto importante de ventas, era “Working Together”, donde grababan en estudio por primera vez “Proud Mary”. A veces el público desprevenido creía que la versión original era la que cantaba Tina y que eran los Creedence los que hacían un cover. Esta capacidad para moverse artísticamente dentro y fuera del mundo de las culturas negra y blanca, tanto junto al terrible Ike como en una carrera solista que la hizo más popular que nunca en los ’80, cuando secundó a Mel Gibson en la tercera parte de Mad Max entonando la famosa “We Don’t Need Another Hero”, es lo que hace de Tina Turner una artista excepcional cuyo talento e influencia superan absolutamente la popularidad o el nivel de ventas de tal o cual disco, o cualquiera de las dos grandes etapas de su carrera, la más salvaje y vanguardista del Ike and Tina Turner Revue, o la más pop, producida y masiva hasta lo mainstream de éxitos como “Private Dancer”.

Lo cierto es que la historia de Anna Mae Bullock, nacida en Nutbush, Tenneesee en 1939, estuvo íntimamente unida durante buena parte de su vida a la de Izear Luster Turner Jr, más famoso como Ike, el marido golpeador de Tina, aunque algunos musicólogos aseguran que se lo puede ver también como el auténtico creador del rock and roll, junto a sus Kings of Rythmns un par de años antes que Bill Haley y los Cometas. Turner tenía su banda pero en un punto la compartía con los Delta Cats del cantante y saxofonista Jackie Brenston. En 1956 se les apareció una adolescente atrevida que decía que quería cantar y le dijeron que tal vez podía ser corista, pero nunca la probaban. Un día ella tomó el micrófono sin pedir permiso y quedó claro que sí sabía cantar. Embarazada del saxofonista, Anna Mae empezó a quedarse en la casa de Ike con los músicos de las bandas y pronto el guitarrista le quitó la novia al saxofonista y también tuvo un hijo con ella.

Esta historia habla un poco del carácter turbulento que tendría siempre esta relación cuyos detalles más sórdidos –como una boda en un burdel, esclavitud a y por las drogas y palizas a granel- fueron contadas con lujo de detalle en sus libros de memorias, el primero de los cuales dio lugar a la biopic de 1993 “Tina: What’s Love Go to Do With It” protagonizada por Angela Bassett y Laurence Fishburne, nominados al Oscar por su composición del matrimonio. En los ’90, Ike también quiso hacer escuchar su lado de la historia con la autobiografía “Devuélvanme mi apellido” asegurando que ambos eran violentos, adictos y tóxicos y que ella había exagerado las cosas para promover su lanzamiento como solista. Poca gente le creyó y Ike pasó a la historia como el máximo maltratador de la historia del rock.

Pero volviendo a la carrera de Anna Mae Bullock, sólo se convirtió en Tina, la cantante del grupo, cuando ya estaba arreglada una sesión de grabación y faltó Brenston. Tina cantó “A fool in love”, la canción fue directo a los charts de R&B y se convirtió en la estrella. Todo ese principio de la década del ’60 vio al dúo lanzar un hit tras otro, “It’s Gonna Work Out Fine”, “I idolize You”, “Poor Fool”, y mientras Tina adoptaba un estilo cada vez más audaz y crudo en sus movimientos en escena, Ike le fabricaba sus “Ikettes” generando un gran show visual que se despegaba de otros números negros más moderados en su imagen, como las elegantes chicas de Motown. Muchos expertos aseguran que es difícil entender lo importante que eran Ike y Tina por sus singles, dado que nunca tuvieron buena producción y los acuerdos con Ike sólo eran aceptados por pequeños sellos indies o locales, lejos del nivel de Atlantic, Motown o Stax Records. Tal vez esa sensación de que no se lo reconoció durante su mejor momento haya influido en el progresivamente más violento pasado de drogas. Ike, que además era todo un egocéntrico que nunca soltaría por las buenas a la mina de oro de su mujer, pero que también cuidaba cada detalle artístico de su acto.

De ahí el duelo con el gran productor Phil Spector, que gastó la suma inusitada de 20 mil dólares en grabar una sola canción, “River Deep Mountain High” (en ese momento era un monto alto incluso para un LP entero) que teóricamente sería el tema con el que pensaba volver a los hits masivos de su época de oro a principios de la década. De esa confrontación surgió lo absurdo de que aunque Ike tenía prohibido entrar al estudio, el tema figure con crédito de Ike y Tina Turner. Su mezcla de pop blanco provista con el non plus ultra de la mítica “wall of sound” de Spector, con la voz profundamente soul de Tina, fueron un fracaso en los Estados Unidos pero curiosamente fue un hit en Inglaterra donde el público estaba mejor preparado para esta joya.

Este interés británico no es menor, ya que cuando Ike y Tina estaban semi-inactivos y ella grababa prácticamente sola, pero sin divorciarse, una época confusa y angustiante donde incluso quiso suicidarse, fue desde Londres donde los Who, el productor Robert Stigwood y el director Ken Russell, la convocaron para encarnar a la “Acid Queen” en la ópera rock “Tommy” en la escena más psicodélica pero además furiosamente erótica de aquel film de culto. Aun en esos años indefinidos personal y artísticamente, Tina cantó temas memorables como el autobiográfico “Nutbush City Limits” y “I Can’t Find My Mind” con un estilo de funky bastante frenético.

Separada de Ike en 1976 (el guitarrista murió en 2007) Tina se encontró un poco artísticamente a la deriva durante demasiado tiempo hasta que la banda de pop suave ingles Heaven 17 la llamó para un cover de “Ball of Confusion” de The Temptations. El tema se hizo notar rápidamente y pronto Tina tenía un contrato con Capitol para discos llenos de hits como “Private Dancer” y ”Foreign Affair”; muchos astros pop hacían fila para hacer dúos con ella ahora que no estaba Ike, incluyendo a Mick Jagger, Bowie y Rod Stewart (luego siguieron Barry White y hasta Eros Ramazotti). También vino el tema del film de Bond “Goldeneye” y docenas de videoclips.

Buenos Aires tuvo el privilegio de conocer la era “Private Dancer” de Tina, el 3 de enero de 1988 en el estadio de River, donde la Turner cantó el tema de Mad Max y “Better Be Good To Me” pero también se acordó de su era más rockera con “The Acid Queen”. Entre los muchos que lamentaron su muerte se destacó Mick Jagger que confesó por primera vez su gran secreto: el día que quedó sobrepasado por tener que tocar con un joven Brown en 1966, la que luego le enseñó sus pasos de baile que lo inmortalizaron había sido la gran Tina. Ike y Tina habían sido soporte junto con Jefferson Airplane en el desastroso festival de Altamont organizado por los Rolling Stones, donde en 1969 terminó violentamente el sueño hippie con los hell angels matando a un miembro del público, tal como se ve en el clásico documental “Gimme Shelter” de los hermanos Maysles, donde entre otras cosas aparece Jagger preocupado al escuchar el Ike and Tina Revue y entender lo duro que sería superarlo musicalmente.

Retirada desde hace una década, la cantante sólo se dedicó a aprobar el estreno en Londres en el 2018 de “Tina: The Tina Turner Musical” protagonizado por Adrienne Warren y ese mismo año recibió un premio Grammy especial a toda su trayectoria.

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