Cannes - Hoy será el último día en que se presenten películas en el Festival, pero los títulos faltantes no deberían alterar los pronósticos, aunque aquí, a diferencia de los Oscar, siempre se registran sorpresas. En el caso de la Competencia Oficial, la casi única certeza es que las mayores distinciones recaerán en las películas que se empezaron a ver durante la segunda semana. Curiosamente, las tres películas italianas en competición aparecieron simultáneamente esta segunda semana y de hecho una de ellas, “La chimera”, de Alice Rohrwacher, tendrá funciones de prensa recién hoy. Consultados varios distribuidores sobre el film, se concluye que podría llevarse algún premio, pero difícilmente el mayor.
En cambio, los restantes títulos italianos parecen tener mayores chances y, de ellos, el de Marco Bellocchio, cuyo título en italiano es “Rapito” (“Raptado”), es cine que no decae en absoluto. El veterano realizador de “I pugni in tasca” nunca recibió la Palma de Oro, pese a reiteradas oportunidades en que ha competido por ella, y hasta ahora lo más importante que se le otorgó es una Palma Honorífica a su carrera. “Rapito” está ambientada a mediados del siglo XIX, cuando era Papa Pío IX, y cuenta la dramática situación que sobrellevó la familia Mortara en Bolonia, cuando una orden del Santo Oficio decidió llevarse a Edgardo, un niño judío de siete años, dado que habría sido bautizado secretamente por la niñera que se ocupó de él. De allí el nombre del film que virtualmente es raptado de su hogar y sometido a una educación católica. La trama gira alrededor de la disputa de los padres de Edgardo, que intentan recuperar al hijo de una familia numerosa (nueve hermanos) y la obstinación del Papa. Las protestas fueron mundiales en momentos en que, hacia 1870, ya con un Edgardo adolescente y la Italia convulsionada por la lucha entre el poder eclesiástico y la comunidad judía, que alcanzaría un alto voltaje. Bellísimas imágenes, excelente reconstrucción de época, una música a tono con el drama mostrado, hacen de este film uno de los mejores del Festival.
Otro gran referente del cine italiano, Nanni Moretti, muestra una destacable reaparición con “Il sol dell‘avvenire” (“El sol del futuro”) que a diferencia del film de Bellocchio tiene tono de comedia. El propio Moretti encarna a Giovanni, un director italiano consagrado, que está por filmar una nueva película, ambientada en 1956, en momentos en que la relación con su esposa Paola (Margherita Buy) atraviesa una grave crisis y su productor francés (Mathieu Amalric) está al borde de la quiebra. El tema del film es la revuelta en Hungría contra la entonces Unión Soviética y los cuestionamientos que dicho hecho histórico generó, dentro del Partido Comunista Italiano, contra el entonces gobierno de Stalin. Lo que predomina es un tono de comedia, donde además tienen papeles importantes Silvio Orlando y Barbara Bolulova, ya vistos en films anteriores de Moretti.
Un regreso triunfal a Cannes ha sido el de Aki Kaurismaki con “Les feuilles mortes” (“Las hojas muertas”). Con su clásico tono intimista, el director finlandés muestra a dos seres solitarios, que se conocen una noche en Helsinki, y él pierde el contacto (un papel con su teléfono) con ella. Pero el destino los vuelve a unir en una relación que se muestra difícil ante el alcoholismo del hombre y cierto recato de ella (la excelente Jussi Vatanen). Podría ser la Palma de Oro si se tiene en cuenta la ovación con la que fue recibida en sus múltiples presentaciones. Este año se percibió una gran ausencia de España en las competencias mayores. Un hecho que tuvo bastante repercusión fue la ausencia de Víctor Erice como rechazo a que “Cerrar los ojos”, su nuevo film después de 30 años, no fuera incluida en la Selección Oficial. Se pasó fuera de competencia y el propio Erice difundió una carta abierta al Festival expresando su repudio al ser marginada su nueva obra.