Un informe de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) evidenció que las ventas minoristas han ido a la baja en los dos primeros meses del año en la Región Metropolitana.
Según los datos del gremio, las ventas presenciales minoristas cayeron un 12,6% real anual en enero, baja que se acentuaría a 13,1% en febrero, dando como resultado un descenso real del 12,9% al cerrar los dos primeros meses de 2023. Por otra parte, en cuanto a locales equivalentes, se acumuló una caída del 10,3% en el mismo período.
La gerenta de estudios de la CNC, Bernardita Silva, aseguró que las caídas se explican por “un principio de año marcado por altos niveles de stock y fuertes ofertas, se continúa viendo un mayor efecto en la desaceleración del consumo sobre los bienes durables”.
Respecto a la línea tradicional de supermercados, Silva puso énfasis en que marcaron “caídas de dos dígitos afectados sus resultados reales por la mayor inflación del rubro”.
Durante el trimestre móvil diciembre-febrero, se evidencia una caída real de 15,4% en las ventas minoristas en la Metropolitana, menor al período previo que anotó un descenso de 18,4%. La CNC recalcó que pese a “llevar ocho trimestres móviles en terreno negativo, se evidencia una leve tendencia positiva en los últimos tres períodos"
En cuanto a las categorías, solo vestuario y calzado han registrado cifras levemente positivas. Vestuario tuvo un alza real anual de 4% en enero, pero luego una baja de 7,7% en febrero, acumulando un descenso de 1,9% en el acumulado del año. Por su parte, calzado creció un 4,5% en enero y un 1,5% en febrero, significando un 2,9% real anual en los primeros dos meses del año.
Por otro lado, los artefactos eléctricos acumularon una baja del 31,5% durante enero y febrero. En cuanto a línea hogar y muebles, registraron una caída real de 22,8% y 31,1% respectivamente en mismo período.
Por último, la línea tradicional de supermercados tuvo una baja de 12% real entre enero y febrero, donde los abarrotes acumularon un descenso de 16,8% y perecibles cayó un 4,6%.
Considerando los resultados del estudio, Silva señaló que “dan cuenta de un escenario de menor consumo de los hogares, producto de una menor liquidez, un mercado laboral que se ha ido estancando y que, junto una inflación más persistente, ha afectado el crecimiento de la masa salarial y con esto, el poder adquisitivo de los hogares”.
