No es casualidad que en la última edición del PreViaje, Salta haya sido el destino más elegido por los argentinos. Es bien sabido que la provincia es pionera en temas de promoción y desarrollo turístico, con un impulso y una estrategia creada hace ya muchos años.
A pesar de los vaivenes y las coyunturas, hubo un momento en que se pensó y se creó el producto Salta. En aquel momento si bien las otras provincias que conforman el noroeste tenían industria turística, Salta se transformó en la perla. Las promotoras con sus típicos ponchos daban marco a todas las ferias nacionales e internacionales. La provincia era ejemplo para toda la industria del turismo nacional. Se impulsó la industria hotelera de calidad, hasta una línea aérea propia, todo gracias a un estado provincial activo. En aquellos años la provincia estaba a la vanguardia de las herramientas y formas de promocionar el destino. Todo lo que se debía hacer, se hizo. Y ese impulso devino en un negocio estable, con cierta concentración, pero muy sólido.
La cultura del turismo y la trayectoria de años trabajando la calidad, hacen de Salta un destino muy consolidado y con mucho conocimiento sobre el sector. En términos de producto, los Valles se llevan gran parte de ese atractivo, con una clara consolidación del enoturismo e inversiones muy importantes a nivel internacional. La hotelería sigue creciendo con nuevos jugadores y los prestadores están en continua mejora e intentando potenciar las experiencias.
Consolidar lo construido parece la visión general, no así la innovación. Los actuales lineamientos están muy relacionados a traccionar flujo para mantener la estructura en plena ocupación, lo que es muy importante, pero no hay que olvidarse de crear e innovar. Lo mismo sucede con el mensaje usado en la promoción, es sólido, tradicional, al cual le falta toques de frescura e imaginación.
Un caso interesante aunque muy poco representativo en términos de plaza hotelera, y facturación pero sí con una idea clara, es el de San Lorenzo, ubicado a unos 15 minutos de la Capital. Una villa de vacaciones que fue destino exclusivo de los salteños, y que en su afán por sobrevivir, abrirse al turismo y de no ser absorbido por la gran ciudad, aplicó creatividad y promoción de calidad con un mensaje muy claro. Un destino que hace 15 años ni siquiera estaba en los folletos, hoy se destaca. Esta localidad además de sus atractivos naturales apela al márketing, la imagen y el diseño como nadie más lo hace.
El otro jugador fuerte dentro del NOA es Jujuy un componente esencial para consolidar el destino Norte, que tiene un recorrido de años y que, con una industria sólida y más pequeña, pasó de los mochileros a ser un boom. Hoy ya es una provincia vanguardista en muchos servicios que pone en alerta a la propia Salta en términos de innovación turística. Esto, sin dudas, permite un extraordinario momento para la inversión, para el crecimiento regional, para la competencia entre los miembros del NOA, potenciando así las mejoras, la experiencia, incentivando que otros vecinos, se animen a crecer y a mejorar; sobre todo si se piensa en competir con las demás regiones turísticas del país.
Con una capacidad hotelera de unas 12.000 plazas concentrada mayormente en los destinos de la Quebrada, Jujuy ha decidido poner foco en la industria del turismo con una política fuerte en innovación de productos, consolidando los destinos y utilizando todas las herramientas de comunicación y marketing disponibles.
Eso le ha dado resultados muy positivos para la provincia, para el Noa y para la calidad del destino Argentina. Lo que hace 20 años supo hacer Salta cuando apostó a la innovación y creatividad en turismo, en la actualidad lo está haciendo Jujuy. Logró en poco tiempo, identificar a sus clientes potenciales con divertidas y modernas campañas de comunicación. Un claro ejemplo se ve en lograr la percepción de que un Carnaval tan especial, se viva todo el año. Lo que transmite es que está en su esencia, en que quien la visite va a pasarla bien.
Por otra parte, lograron presentar productos de la tierra con un estilo moderno. Tejidos, colores, texturas, materiales de la construcción como el adobe, en todo encontraron una armonía entre los natural y los gustos actuales de consumo y eso se ve expresado en su hotelería. Lo mismo han hecho con su cocina: los papines andinos utilizados no sólo en platos tradicionales sino en alta gastronomía. Lograron que los productos de Jujuy se vean expresados en mil formas innovadoras, sin perder autenticidad. Algo similar pasa con la industria del vino que, aunque incipiente, ya tiene claros referentes de terroir.
Y en lo que hace a hotelería han logrado un altísimo impacto con el Glamping de las Salinas, con 4 domos y capacidad para un máximo de 12 plazas, se puso en lo más alto y actualizado en términos de experiencias de hospitalidad. Pero nuevamente, lo que prima es la innovación, sumar un producto que representa la nueva forma de viajar y usarlo como caballito de batalla en su comunicación. Todo esto crea un ambiente que atrae inversiones, que tal vez no sean millonarias en un principio, pero seguro serán muchísimas.
Contagiar, impulsar y traccionar a las demás provincias del NOA es lo que finalmente hará que estos ejemplos, positivos ambos y de perfiles diferentes, dejen de ser intentos aislados y pasen a transformarse en uno de los nuevos motores que la Argentina tanto necesita: un NOA fuerte, unido e innovador, atrayendo inversiones y apostando al nuevo turismo.
(*) Consultor en Hospitalidad y Management Hotelero.