Positiva, creativa, trabajadora y, sobre todo muy natural. Así se podría describir a María Camila Espinoza.
A sus 21 años de edad, es hoy una experta al hablar de estrategias digitales. Vive constantemente creando.
Elabora campañas para clientes y recarga baterías con los nuevos desafíos. Y aunque pareciera que su ritmo es 24/7, no se deja consumir por las redes sociales ni por la “perfección” que algunos quieren mostrar desde el otro lado de la pantalla.
Así es la influencer quiteña que además de ayudar a posicionar marcas, va ganando espacio en Instagram por su estilo personal.
Su crecimiento en Instagram es reciente. “Empecé hace un año y medio en redes sociales porque quería ser la carta de presentación de los servicios de marketing que vendo. Poco a poco las marcas fueron acercándose y empezamos a hacer colaboraciones”, precisa.
Actualmente trabaja como influencer de alrededor de 10 marcas, de ahí que sus reels tienen contenidos que van desde tendencia en ropa, accesorios, calzados hasta cosmética.
Detrás de estos posts, María Camila no deja de ser estratega y está pendiente de que la comunicación llegue como quieren los clientes, pero también le agrega su toque personal.
“Me di cuenta que, luego de la pandemia, las marcas buscan naturalidad. Pues no hay nada mejor para la espectadora que sentirse identificada con la mujer que ve en pantalla. ¿De qué serviría que yo muestre una imagen perfecta?, ¿quién se va a sentir reflejada?”, cuestiona.
Y es algo que ella también aplica al elegir influencers para sus clientes. “Mujeres que se muestren siendo ellas mismas”, agrega, ya que al final, eso es lo que influencia.
Entre tanto contenido de instagrammers, a María Camila se la distingue por sus originales combinaciones al vestir.
“Me encanta todo lo minimalista, pero con un toque chic”, dice. Al ahondar un poco más sobre sus looks, dice que su gusto por la moda nació desde que era niña. “Mi mamá, Ana María Trujillo es diseñadora textil y siempre he estado vinculada con el mundo de telas, pasarelas y tendencias”, recuerda.
De ahí su facilidad al momento de componer sus estilismos. La mayoría de veces se rinde a los looks monocolor y prendas estructuradas como trajes de blazer y pantalón, pero a estos les da un plus, ya sea con calzado que llame la atención o algún accesorio protagónico.
“En lugar de buscar inspiración en Pinterest o alguna celebrity, prefiero mostrar mi estilo. A mí me gusta experimentar”, añade.
Así se impone en esa esfera quiteña. “Siento que la moda local se está posicionando más en Quito; cada vez surgen más emprendimientos y diseñadores. Y en el afán de apoyarlos, la gente va encontrando su estilo”.
No solo su indumentaria resalta en ella sino también cómo luce sus rizos al natural y el maquillaje ligero, resaltando su autenticidad que tanto gusta a las marcas.
“El camino en redes sociales no tiene por qué ser un sufrimiento. Tiene que ser muy auténtico. Mientras más genuinos nos mostremos, mucho mejor”, concluye.