Juan Carlos De Pablo: "El Gobierno tiene que conseguir dólares frescos del FMI"

 Juan Carlos De Pablo:

La Argentina actual es un escenario preelectoral y la economía es un tema central en las primeras declaraciones que van haciendo quienes se perfilan como precandidatos. Sucede que la inflación sostenida puso el tema entre las prioridades de los argentinos y resolver ese problema será un desafío ineludible para el próximo Gobierno, pero según plantea en esta entrevista el economista Juan Carlos de Pablo en diálogo con Ámbito “lo primero que hay que abordar es la corrección de las distorsiones existentes en la economía” y asegura que la credibilidad es la clave para el éxito de un nuevo programa de Gobierno.

Así lo plantea este economista con más de 50 años de trayectoria en su reciente libro Argentina 2024-2027, El desafío económico del próximo gobierno, que se lanzó a comienzos de marzo y en el que analiza la necesidad de crecimiento, la realidad del bimonetarismo y aborda el debate que existe entre shock o gradualismo con el fin de dar algunas claves que la próxima gestión podría tomar “para no volver a fallar en la economía argentina”.

El economista formado en la Universidad Católica Argentina (UCA) y en Harvard plantea en esta entrevista los principales problemas de la economía en este momento y señala la importancia de tener en cuenta que éste es un año que “no tiene nada de normal” y explica por qué. Además, analiza el rol de Fondo Monetario Internacional (FMI) en el actual contexto local y respalda la acción del Gobierno de solicitar dólares al organismo.

Periodista: ¿Cómo ve la actualidad económica local y qué opina sobre la actual gestión de Sergio Massa al frente del ministerio?

Juan Carlos De Pablo: Cuando se tiene un gobierno inexistente, como el actual, tomar cualquier medida económica y lograr que sea exitosa es muy difícil, por lo que seguimos teniendo los problemas que aparecen de manera recurrente en nuestro país: inflación, estancamiento y desocupación. No hay nada normal en la realidad local este año, por lo que no le podemos aplicar a Massa ni a Rubinstein un patrón de normalidad a la hora de ver su gestión porque el oficialismo tiene una debilidad política muy fuerte.

P.: Y el problema del bimonetarismo, ¿cómo se debería abordar?

J.C.D.P.: Para mí, el bimonetarismo no es ningún problema. Hace muchísimos años que vivimos de esta manera en Argentina. Ya desde la década de 1970, los argentinos venimos acumulando dólares. Usamos los pesos sólo para transaccionar y fijar los precios y los dólares como reserva de valor. Sin embargo, si uno va a un bar a tomar un café y quiere pagarlo en dólares, seguramente, no tendría ningún problema. Se los van a aceptar.

P.: ¿Por qué los argentinos podemos acumular dólares y el Estado no?

J.C.D.P.: Los argentinos podemos acumular dólares y el Estado no porque los gobiernos gastan todo lo que tienen en lugar de ahorrar, sin importar el signo político al que pertenezcan. Todo lo que los ciudadanos saben y aprenden, que es guardar todo ingreso extraordinario que logran captar para alguna eventualidad y no gastarlo, el Estado no lo hace. Es sabido que siempre hay que guardar en las buenas etapas dinero para las malas. Lo dicen las políticas más elementales. Pero, en el sector público, no pasa, se gasta todo.

P: ¿Considera que fue acertada la elección de Massa para ocupar el cargo?

J.C.D.P.: Un ministro cuando tiene que trabajar en una crisis política como la actual, hace lo que puede. Las historias contra fácticas no sirven para nada, por lo que no es positivo saber qué hubiese pasado si no hubiera asumido él. Pero lo cierto es que logró controlar al dólar blue, que estaba en $298 cuando asumió Massa y, en estos meses, podría haber subido mucho más de lo que lo hizo. El gran tema es bajar la inflación y no se puede avanzar en ese sentido sin corregir las distorsiones en los precios que existen hoy en la economía. Hasta que no se logre eso, ninguna medida antiinflacionaria puede tener éxito.

P.: ¿Y qué rol ocupa el FMI en la gestión económica actual?

J.C.D.P.: Yo creo que el FMI no está jugando ningún rol en este contexto político y económico porque ya nos dieron todos los fondos y saben que no les vamos a pagar. Lo mismo sucede con los bonistas. Saben que se les van a canjear los instrumentos por otros. Sin embargo, sí sería esencial que Sergio Massa y Miguel Pesce, los dos funcionarios que están naturalmente ligados al Fondo, consigan dinero fresco del organismo. Nada de aplicar contabilidad creativa. En el marco de la fuerte sequía, que genera una caída de las exportaciones, hay que apelar a una flexibilización concreta del acuerdo.

Lo que no se puede mezclar en esa negociación es la crisis financiera en Estados Unidos porque lo que tenemos es un problema local, lo global no es relevante, y algo que hay que saber es que, cuando se mezclan en una negociación variables externas, es la mejor manera de no conseguir nada. Y, por otro lado, creo que la política no debería hacer nada, quedarse quieta porque, de lo contrario, hasta le podría poner un techo a un equipo económico al que nadie le presta, no tiene reservas, no tiene dólares y la única salida que tiene es ir al Fondo a pedirle dinero fresco. En definitiva, es para lo que se inventó el FMI.

P.: ¿Qué debería hacer una próxima gestión de gobierno? Usted aborda eso en su nuevo libro, que salió a principios de marzo.

J.C.D.P.: Para un próximo gobierno falta mucho, una eternidad en la Argentina actual, ya que no sabemos cómo va a ser la semana que viene en la economía de hoy. Ni los funcionarios públicos saben cómo va a ser el recorrido de acá a las elecciones. Mi libro no propone ningún plan. Lo que hace es abordar cómo se complementa la cuestión de la credibilidad con un programa de Gobierno. Pone el foco en la necesidad de construir confianza, para lo cual se necesitan anuncios claros y cumplir con los compromisos. Así se va armando la confiabilidad, por más que exista, quizás, una duda inicial. Una persona va demostrando que es confiable con claridad y cumplimiento de sus anuncios y lo mismo pasa con los gobiernos.

P.: Para salir adelante como país, parece esencial lograr crecimiento económico y controlar la inflación. ¿Cómo se podrían alcanzar esos objetivos?

J.C.D.P.: La Argentina está poblada por millones de personas que se levantan todas las mañanas para encontrarle la vuelta. Lo que hay que hacer para crecer es simplificarles la vida a los empresarios. Yo puedo testimoniar, como consultor, que invierten mucha energía todos los días en conseguir los insumos, luchar contra la AFIP, etcétera. Hay que cambiar eso. El próximo Gobierno tiene que proponerse avanzar en este sentido, si lo que quieren es gobernar y no dedicarse a flotar. En la política argentina hay capacidad para hacerlo, pero no es automático. Requiere de un proceso y la formación de un equipo.

Por otro lado, hay que entender que el campo es un sector laburador. Además, es uno de los sectores que más dinamismos están demostrando. Claro que nada es la salvación, pero es un sector que aporta, que está de capa caída ahora por la sequía, pero, sigue invirtiendo en maquinaria porque sabe que algún día va a cambiar la cosa, que va a terminar la sequía y eso lo hace seguir hacia adelante. Y, por supuesto, es clave para la mesa de los argentinos. Entonces, se debe superar el tema “personal” del kirchnerismo con el campo, que surgió a raíz de la Ley 125, para resolver la problemática que surge cuando un país produce bienes exportables que tienen fuerte incidencia en la mesa de los argentinos.

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