Las exportaciones de servicios basados en conocimiento (SBC) cerraron 2022 con un récord histórico de u$s7.834 millones, según el Indec. Con la aprobación del monotech en el Congreso, en 2023 podrían sumarse otros u$s1.000 millones de exportaciones de profesionales que entran por el mercado paralelo debido a la brecha cambiaria. Para el 2030, el Gobierno proyecta que podrían trepar a u$s18.000 millones, según el plan Argentina Productiva 2030.
Del último informe de “Balanza de pagos, posición de inversión internacional y deuda externa” que publicó el martes el Indec se puede observar qué sucedió con el comercio exterior de servicios en todo el 2022. Las exportaciones de los SBC fueron de u$s7.834 millones (+19,4%), lo que implica su máximo histórico. Lo mismo con las importaciones de SBC: cerraron en u$s6.994 millones, una suba del 19,3%. De este modo, la balanza comercial fue positiva en u$s840 millones. Los datos fueron procesados por Romina Gaya, experta en comercio internacional.
A diferencia de lo que ocurre con bienes, en SBC el principal socio comercial sigue siendo Estados Unidos. Dentro de los SBC, el mayor aumento se dio en el rubro “servicios empresariales, profesionales y técnicos”, donde las exportaciones fueron de u$s4.585 millones en 2022, una suba del 22,5%. En segundo lugar, encabezaron los servicios de informática, con ventas al exterior por u$s2.609 millones, un 17,9% más.
Sin embargo, Gaya marcó que los SBC pasaron de ser el tercer complejo exportador al quinto, después del sector agropecuario (oleaginosas y cerealero), el energético y el automotriz, según publicó en Twitter. Además, agregó que una parte del aumento de las exportaciones se explica por el aumento del precio en dólares de los servicios, debido al atraso del tipo de cambio, al tiempo que la brecha cambiaria “desalienta” las exportaciones y “motiva” la sobrefacturación de las importaciones.
Por este motivo, ante una brecha cambiaria de casi 100% que ya lleva 3 años, el Ministerio de Economía lanzó el proyecto de ley de “monotech”, que este martes tuvo media sanción en Diputados. Permite que los freelancers puedan trabajar para el exterior y cobrar hasta u$s30.000 anuales, sin que tengan que liquidarlo al tipo de cambio oficial, de $215. Con el dólar paralelo cercano a los $400, lo que ocurre en la práctica es que esas divisas se cobran en cuentas internacionales como Wise, Payoneer o Uttopia e ingresan al país por el mercado informal.
Durante el debate, legisladores del Frente de Todos que salieron en defensa del proyecto estimaron que si se convierte en ley, podrían ingresar formalmente entre u$s1.000 millones y u$s1.800 millones durante 2023. Ámbito consultó a la Secretaría de Economía del Conocimiento, que encabeza Ariel Sujarchuk, pero prefirieron no hacer estimaciones oficiales. Al proyecto todavía lo tiene que aprobar el Senado, luego se tiene que reglamentar, y finalmente lograr la confianza de quienes trabajan para el exterior y ya tienen desarrollada toda la ingeniería para traer esas divisas informalmente, sin pagar ningún impuesto. Además, cámaras empresarias como Argencom ya anticipan que pedirán que no avance, debido a las dificultades con las que ya cuentan las empresas para retener talento y competir con sueldos en dólares.
Existe consenso tanto en el oficialismo como en la oposición sobre la importancia de este sector, ya que la ley de software aprobada en 2003 derivó luego en la ley de economía del conocimiento, aprobada por unanimidad en el Congreso en 2020. De hecho, el sector tiene un rol fundamental en el plan Argentina Productiva 2030 que presentó este martes el Ministerio de Economía. En la misión 1, donde se busca duplicar las exportaciones, se proyecta que para 2030 las ventas al exterior de SBC podrían trepar a u$s18.000 millones, es decir, más de u$s10.000 millones que en la actualidad. El trabajo liderado por Daniel Schteingart espera que servicios profesionales y empresariales trepe a u$s9.305 millones y software a u$s7.000 millones.
Por un lado, el informe menciona que Argentina es junto con Brasil líder en la región, y tiene “margen para seguir creciendo”, debido a los altos niveles de educación e inglés, junto con los incentivos de la ley, y una demanda global pujante en el marco de la digitalización. Sin embargo, también menciona que las exportaciones estuvieron estancadas entre 2011 y 2021, debido a una “sostenida apreciación cambiaria real y la existencia de una brecha cambiaria considerable”.
