Más de la mitad de los trabajadores en el país se encuentran en la informalidad. En el último año, este sector ha ido en aumento. Así lo demuestran las cifras laborales de febrero, presentadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El indicador de informalidad tuvo un crecimiento de 2,9 puntos porcentuales entre febrero de 2022 y el mismo mes de 2023. De esa forma pasó del 51,4 % al 54,3 % (ver gráfico).
El INEC califica el trabajo en la informalidad como aquel que no cuenta con el Registro Único de Contribuyentes (RUC) ni lleva contabilidad completa. De esa forma, este sector no aporta a la recaudación de impuestos ni a la Seguridad Social.
Es por eso que su aumento genera un deterioro a la economía, recalca el analista Jorge Calderón. De todas formas, el experto reconoce que el sector informal es una “vía de escape, para que las personas generen ingresos ante la falta de un empleo formal”.
En el último año, muchas personas han logrado salir de la desocupación y emplearse. Eso se evidencia en la caída del indicador de desempleo, que se redujo de 4,3 % en febrero de 2022 a 3,9 % en igual mes de este año. Pero son pocas las personas que han pasado al empleo adecuado, donde se trabaja al menos ocho horas diarias y se gana como mínimo el salario básico. Gran parte se dirige al subempleo u otro empleo no pleno, donde las condiciones laborales y económicas suelen estar por debajo de lo establecido. El 70 % de los trabajadores de estos tipos de empleo están en el sector informal, según el INEC.
Para Gabriel Recalde, director del Observatorio de la Política Laboral, el proceso de reactivación económica no va de la mano con la generación de empleo adecuado y, por eso, las cifras aún no llegan a los niveles prepandemia. El experto sostiene que se necesitan políticas públicas que incentiven la contratación formal, pero eso no va por el camino esperado, asegura.
Por ejemplo, el indicador de empleo adecuado tiene una mejora en febrero de 2023 frente al año pasado, pero refleja una leve caída mensual desde este año. En febrero del año en curso la cifra llegó al 32,9 %, lo que quiere decir que casi 33 de cada 100 trabajadores en Ecuador tienen un empleo adecuado.
Según Calderón, esto es consecuencia de factores de temporalidad, políticos y económicos. Por un lado, el inicio de año tiene un movimiento más lento en la contratación laboral, frente al mejor desempeño que se evidencia en diciembre por las fiestas, explica el experto.
Por otro lado, el proceso electoral generó incertidumbre en el sector empleador, ante los cambios que implican los resultados de la consulta popular y la elección de nuevas autoridades. A esto se ha sumado el ambiente de confrontación política entre el? ? Ejecutivo, el Legislativo y los movimientos sociales, enfatiza Calderón.
En esto coincide Recalde, quien asegura que la coyuntura seguirá influenciando en el desempeño de los indicadores laborales en los próximos meses. A mediano plazo, el experto prevé que no haya grandes mejoras, debido a que el impulso para la generación de empleo debe estar apalancado por una reforma laboral integral. Esta es parte de los compromisos del Ejecutivo, pero sin el respaldo de la Asamblea no se ve la posibilidad de concretarse, augura Recalde.