El gobierno francés criticó hoy al tenista serbio Novak Djokovic por su mensaje relacionado con la crítica situación en el norte de Kosovo, tras derrotar al estadounidense Aleksandar Kovacevic en su debut en Roland Garros.
"Kosovo es el corazón de Serbia. Detengan la violencia", escribió el número tres del ranking ATP sobre el foco de una de las cámaras de televisión al final del partido que ganó por 6-3, 6-2 y 7-6 (7/1).
Djokovic apeló a su popularidad para poner sobre el tapete la tensión interétnica que vuelve a azotar a los "Balcanes", más precisamente a Kosovo, que declaró su independencia de Serbia a comienzos de 2008.
"No es apropiado", afirmó hoy la ministra de Deportes francesa, Amélie Oudéa-Castéra, al cuestionar a Djokovic. El suyo es un gesto "militante y político que no debería repetirse", agregó Castéra, quien en el pasado fue directora de la Federación Francesa de Tenis.
La declaración de Djokovic apuntó a los violentos enfrentamientos entre manifestantes serbios contra la policía kosovar y las tropas de la KFOR, la misión de la OTAN en Kosovo.
"Duele mucho como serbio ser testigo de lo que está sucediendo", afirmó el tenista, cuyo padre es de origen kosovar.
En diálogo con los medios de su país, "Nole" destacó que "existen varias razones para escribir lo que escribí en la cámara".
Djokovic aludió así a las protestas de manifestantes serbios que reclaman el reemplazo de los alcaldes de etnia albanesa y que dejaron un saldo de unos 80 heridos, 30 de los cuales son soldados pertenecientes a la Fuerza de la OTAN.
La Federación Internacional de Tenis (ITF) terció en la polémica al recordar que "ninguna disposición prohíbe a los jugadores efectuar declaraciones políticas". Fue tras recibir una carta de protesta enviada por la federación kosovar que reenvió a los organizadores del segundo Grand Slam de la temporada.
"Las reglas de conducta para los jugadores que participan en un torneo de Grand Slam son definidas por los reglamentos emitidos por los organizadores y la autoridad correspondiente", destacó la ITF.
"No tengo intenciones de meterme en un debate político porque este es un tema sensible, pero como hombre público e hijo de un kosovar siento la responsabilidad de expresar mi apoyo a Serbia en su conjunto", agregó a su descargo Djokovic.
"Estoy en contra de la violencia, de los conflictos y de la guerra", finalizó Djokovic, sumando un nuevo capítulo a una edición de Roland Garros que también generó debate en relación con la guerra entre Rusia y Ucrania.
Fue tras el gesto de la ucraniana Marta Kostyuk al negarse a saludar a su rival bielorrusa Aryna Sabalenka, lo que le valió el repudio del público en la cancha Philippe Chatrier.
Una escena que con distintas protagonistas también se había repetido en el torneo femenino del reciente Masters 1000 de Roma que consagró a la kazaja de origen ruso Elena Rybákina y, en el cuadro masculino, al ruso Daniil Medvedev, eliminado en su estreno en Roland Garros.
Miles de serbios de Kosovo volvieron a protestar hoy contra la elección de alcaldes albaneses en ciudades de ese territorio de gobierno autónomo reclamado por Serbia, en medio de creciente tensión que ha causado alarma en Europa y más allá.
En esta ocasión, muchos de los manifestantes serbios llevaban consigo símbolos judíos para trazar un paralelismo entre su situación y los guetos de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, que consideran comparables.
La nueva protesta llegó luego de que más 30 soldados de la fuerza de mantenimiento de paz de la OTAN en Kosovo resultaran heridos esta semana en enfrentamientos con manifestantes serbios en el municipio de Zvecan, en el norte del territorio.
En Rusia, un país también de origen eslavo y aliado de Serbia, el vocero del presidente Vladimir Putin llamó hoy a "respetar" los "derechos" de los serbios de Kosovo.
Por tercer día seguido, hoy hubo protestas en Zvecan y en las localidades de Zubin, Potok y Leposavic, bajo la misma consigna de exigir la renuncia de alcaldes de etnia albanesa electos en recientes comicios boicoteadas por la comunidad serbia de Kosovo.
Kosovo es un territorio ubicado al sur de Serbia poblado principalmente de personas de etnia albanesa, así como por una numerosa minoría de serbios.
La mayoría de los albaneses son musulmanes, mientras que el grueso de los serbios son cristianos ortodoxos, como los rusos.
El territorio fue una provincia del sur de Serbia hasta que en 2008 declaró su independencia de manera unilateral.
Serbia se ha negado a reconocer la condición de Estado de Kosovo y todavía lo considera parte suya, aunque no tiene control formal allí.
La independencia de Kosovo ha sido reconocida por unos 100 de los más de 190 países, incluido Estados Unidos y la mayoría de los de la Unión Europea (UE).