La música es un lenguaje universal y directo. Sin importar si el oyente es educado o no, a qué cultura pertenece, de que país proviene, qué edad tiene, su sexo o entorno, posee la capacidad de trascender todas estas fronteras y hacer que se desvanezcan, revelando lo que es originalmente real en uno, es decir, todo aquello que es anterior a lo adquirido a través de la experiencia y lo vivido.
¿Qué es lo que distingue a un tipo de arte o música más profundo?
El verdadero arte tiene el poder de disolver la distancia que existe entre el observador y lo observado, entre el oyente y lo oído, fundiéndose ambas partes en una. Es decir, el concepto de dualidad y separación desaparece por completo, o se hace más débil. Tiene la capacidad de absorbernos completamente en la obra, dándonos una prueba de aquello que es eterno al sacar el elemento del tiempo de nuestras vidas, aunque sea por un momento, y ese es un valor tremendo.
En el caso de la música, durante la obra, el oyente no se encuentra en el tiempo psicológico, atado a sus problemas, pasando a ser la obra en sí y fundiéndose con ella. Es exactamente lo mismo que sucede cuando nos encontramos frente a la belleza de un paisaje, el cual aunque sea por unos pocos segundos tiene la capacidad de absorbernos con su grandeza, liberándonos de nuestra historia personal, de nuestras preocupaciones, de nuestros problemas, de nuestros miedos y proyecciones. El arte y la naturaleza son expresiones de lo mismo.
Cuando uno se encuentra en sintonía con la obra, uno es uno con eso, no hay diferencia entre la persona y la obra, porque la imagen que tenemos de nosotros mismos, la cual es creada por nuestra mente en base a la experiencia vivida, el pasado y la memoria, se desvanece. Esto es verdadera meditación. Es por esta razón que el arte y la música también lleva consigo un gran poder de sanación.
Hay arte y música que no logra transmitir este entendimiento, sino que es mero entretenimiento, y esto no es algo para juzgar, pero no tiene la profundidad y trascendencia de otros tipos de arte. Veo la función del arte como un medio directo para liberarnos de las ataduras de la mente.
Si uno ve un cuadro de Rembrandt, la obra nos transporta directamente a la forma en la que el artista veía o percibía su entorno.
Hoy en día hay gran música pero también una inmensa cantidad de llamada “música” que no es en síntesis más que ruido, el cual estimula la excitación, y tiene su función, pero en últimas no tiene trascendencia. Mucha de la música y el arte de hoy es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, un reflejo del estado de consciencia de una sociedad confundida, abrumada, ruidosa, atrapada en la forma.
El verdadero arte que es el cual cumple esta función de disolución de dualidad es un portal a lo sagrado. Paradójicamente, uno ve reflejado lo que no tiene forma brillando a través de la forma. No es sólo lo que uno ve o escucha, sino que hay mucho más que eso. Y eso brilla a través de la forma, de la expresión artística.
¿Este tipo de música le afecta a todo oyente por igual?
Todo depende de la capacidad de entrega, disposición a recibir el mensaje, y el grado de sensibilidad del oyente. Cuanto más ruido mental, juicios e interpretaciones haya en la persona que recibirá el mensaje, más difícil será conectarse con la obra, aunque hay música que tiene una belleza tal que es incluso capaz de quebrar este caparazón.
Yo creo que todos nacemos con sensibilidad y una apertura a todo tipo de música. Es la experiencia, la cultura, la sociedad en la que vivimos y el entorno el que hace que cada vez nos auto-limitemos y condicionemos más, cubriendo nuestra sensibilidad con un velo.
Hoy vivimos en una sociedad aturdida por el ruido y los estímulos externos. Cada vez hay mas gadgets, redes, estímulos que alimentan la comparación entre nosotros, el fortalecimiento del ego, destruyendo la creatividad que hay en cada uno de nosotros, la inocencia de cuando somos niños, y hay una tendencia con cierto grado de incentivo hacia esto.
Hay mayor interés en la cantidad de cosas que en la calidad y cualidad de lo que se produce.
Uno tiene mayor capacidad de apreciar una obra cuando su sensibilidad no se ve oscurecida por juicios, interpretaciones, todo esto les previene de poder reconocerla.
Es como la naturaleza que nos invita a ser uno con ella, no a sentirse separado de ella, por eso a muchos les gusta caminar en la naturaleza.
Esa apertura puede hacer que algo en nosotros resuene con eso que ya está en nosotros como un auto-reconocimiento, o también puede despertar algo en nosotros que ha estado abierto pero pasado por alto . Por eso muchas personas inconscientemente quieren estar cerca de un artista, un músico o la música, porque libera a uno de sus tensiones, y se produce un cambio.
El rol del artista
La música es una manifestación, y tiene una potencia que corresponde al grado de sensibilidad del artista.
Hay obras de piano por ejemplo que requieren cierta madurez para ser interpretadas, haber pasado por diferentes experiencias, por cierto grado de sufrimiento y dolor, el cual después de todo nos trae madurez, como es el caso de las últimas sonatas de Beethoven, Schubert o el arte de la fuga de Bach.
El oyente ve a través de la interpretación del músico la forma en la que él ve y percibe, por eso es una conexión directa.
La experiencia del músico y su función
Cuando toco el piano “yo”dejo de existir. Con esto quiero decir que la imagen que tengo de mi mismo, mi historia, mi nombre, cultura, religión, edad, profesión, cosas con las cuales me identifico desaparecen por completo. Esto sucede porque la música como medio tiene una energía y poder tal que hace que el oyente entre en contacto con lo real y destruya lo que no es original en uno. (con no original me refiero a todo lo que surge a través del pensamiento, el cual está en el tiempo).
Es cierto que cuando toco por momentos surge algún pensamiento en mi y vuelvo a identificarme con la personalidad, y eso hace que quizás no toque con la misma profundidad, aunque cada vez que me percato de esto, la identificación con el pensamiento o imagen vuelve a romperse. Esto sucede cuando uno tiene plena atención de lo que esta sucediendo en el momento presente, empieza a actuar una inteligencia que no es la inteligencia para resolver problemas matemáticos por ejemplo, es una inteligencia creativa que está en todos nosotros.
¿Que diferencia hay entre la música y otras expresiones de arte como la pintura? ¿Qué retos tiene un artista?
La pintura es un medio de comunicación sólido, tangible, es un objeto, la música es un medio de comunicación no tangible, no puede “atraparse”, es el tipo de arte más transparente de todos.
Con respecto al proceso a través del cual esto sucede, la experiencia sucede a través del objeto, pero en vez de llevar la atención al objeto en sí, (en el caso de un cuadro los colores, sombras, en el caso de la música el instrumento y sus elementos, como los matices, dinámica, tiempo), no llevan la atención hacia el objeto sino hacia la luz de la conciencia, hasta el interior de uno mismo, es decir, el silencio, que es desde donde surgió la creación, y desde donde en últimas surge todo el mundo de la forma.
Es un viaje que nos lleva al interior de nosotros mismos. Lleva primero del instrumento al escuchar, y del escuchar a uno mismo. Cuando empezamos a escuchar una obra uno comienza como el observador, luego la atención de uno se dirige hacia lo observado, pero en este acercamiento lo que escuchamos se desvanece en el momento presente, no podes encontrarlo, y te lleva al auto-reconomiento. Es aquí cuando la separación entre observador y observado desaparece, transformándose en sólo observación, pasamos a ser uno con eso.
Esa es la verdadera función de un concierto o una exposición de arte es en últimas.
El medio de comunicación del músico es el sonido, que tiene contacto con el oyente a través de la percepción auditiva. No podes agarrarlo, por eso un medio mas fácil para transmitir esto que el arte. En el arte visual es un poco más difícil lograr este objetivo porque es denso, sólido. Aunque lo que quiere comunicar el artista no es lo sólido, sino su percepción del entorno, es por esto que también es un reto para el. Cada expresión de arte tiene sus retos en relación a sus limitaciones, como pueden ser el proceso, el material, el instrumento.
Un piano es un instrumento de cuerda percutida, no puede sostener una nota durante el mismo tiempo que lo hace un violín cambiando de matiz. Para crear el mismo efecto tiene que repetir la misma nota. Un violín no puede tocar tantas notas al mismo tiempo como lo hace un piano. En la época de Bach, Handel o Scarlatti (barroco) no existía el piano como se conoce hoy en día, se usaba el Clavicordio que tenía aun más limitaciones que el pianoforte y el piano, no había pedal de sustain ni sordina, no se podían hacer matices ni cambios de volumen como hoy en día, sin embargo estos compositores lograron trascender todas estas limitaciones gracias a su genialidad. Es un gran mensaje después de todo, la trascendencia de las limitaciones a través de la creatividad. Y también las limitaciones en lo humano. Justamente es la lucha de uno con estas limitaciones lo que hace que surja algo más profundo y se exprese a través de la música. Beethoven fue una persona que sufrió mucho, terminó quedándose completamente sordo, justamente perdió el sentido mas importante para él, y sin embargo en es aquel momento de su vida cuando escribió la música más profunda y trascendente, como sus últimos cuartetos de cuerda, su famosa novena sinfonía o su majestuosa Misa Solemnis.
El sufrimiento tiene su lugar en el mundo, es una alquimia que transforma a uno y hace que uno lo trascienda, adquirimos madurez gracias a esto, y eso se refléja en la interpretación. Es como si fuese una especie de espejo del estado de conciencia de uno mismo.
Entonces estos retos terminan cooperando con el proceso del artista, revelando algo más profundo en nuestro trabajo. Aunque es muy frustrante para el artista, es exactamente lo que necesita.
La música como meditación
La música es algo externo a nosotros que nos hace liberarnos de nuestras ataduras y conducirnos “a nuestro interior”. Es más, en aquel estado ni siquiera existe el concepto de adentro y fuera, porque esto también es medida, y toda medida es creada por la mente. Por eso es tan importante el arte en nuestras vidas, porque nos libera de nuestra mente y condicionamiento, y eso es pura meditación, nos conecta con el silencio interno, que es paradójicamente de donde surge la creación y aquella manifestación. El oyente se está auto-reconociendo en la obra, porque ambos surgen del silencio. Es un entendimiento sin palabras que trasciende el lenguaje verbal.
Para muchas personas la música puede ser un punto de entrada a la meditación. Y no hablo de meditación como aquella de sentarse en posición de loto, repetir mantras o practicar posturas, sino a la disolución de la imagen que tenemos de nosotros mismos, la identificación con el cuerpo y nuestra historia.
Hay música que es más superficial que otra y no logra cumplir este propósito. La verdaderamente buena música tiene el poder de sanación. Por eso el músico y el artista están más cerca del silencio.
El medio lo hace a uno presente, y cuando termina la obra uno sigue en ese estado por un tiempo determinado, conectado al silencio. Nos pone en un determinado estado de consciencia, ayuda a uno a liberar emociones, muchas veces reduciendo el estrés y la ansiedad.
Después uno vuelve a su vida normal y algo de aquello permanece aun en nosotros, todo es más vibrante, tiene otra cualidad, y ya no hay diferencia entre lo que es arte y lo que no es, uno aprecia de otra forma todo lo que nos rodea.
La música trasciende el lenguaje tradicional
La música cuenta una historia, o alude a una sensación o emoción. La combinación de notas musicales o incluso acordes tocados en forma individual pueden generan tensión, alivio, placer, alegría, distintas sensaciones.
Muchas veces la música nos genera algo que no podemos describir con palabras, ya que no tiene nombre. Por mas que muchas veces nos produzca emociones reconocibles como pueden ser nostalgia, melancolía, excitación, alegría, alivio, paz, tristeza, hay sensaciones que no son nombrables ni etiquetables. Hay un lugar donde el lenguaje tradicional con el que nos comunicamos entre nosotros dia a dia no puede llegar. Después de todo el lenguaje de las palabras es limitado, por eso en mi opinión la música que no tiene letras expresa todo eso de forma aun más directa, en especial la música “clásica” o académica.
Cuando escuchamos una sinfonía de Beethoven, la obra nos lleva a sentimos del mismo modo que el se sintió cuando la escribió. Nos lleva directamente al lugar desde donde esa música nació.