Enviado especial a San Luis.- “Es una típica mañana del otoño puntano: fresca pero con sol”. Claudio Poggi caminaba con tres colaboradores por una avenida céntrica media hora después de votar, ya lejos de las cámaras, casi desapercibido. A apenas tres cuadras, Alberto Rodríguez Saá dejaba el colegio Bernardino Rivadavia, donde sufragó, en una pick up rumbo a la Casa de Gobierno, en Terrazas del Portezuelo, donde esperará los resultados. San Luis es una ciudad chica y estos cruces parecen habituales. Como en la política provincial.
Tanto el gobernador, que ungió al Jorge “Gato" Fernández como su candidato, como Poggi saben que el escrutinio demorará esta noche más de lo previsto. La ley de lemas obligará a un engorroso conteo de votos categoría por categoría, con una oferta infernal de boletas, con sublemas que lleva a combinaciones casi a medida de cada votante. No habrá resultados hasta después de las 21, y recién puede surgir una tendencia hacia la medianoche, cuando haya un volumen considerable de mesas de la capital y de Villa Mercedes, que concentran más del 70% del padrón.
Además, será una elección cerrada. “Nosotros estamos bien, creemos que vamos a ganar, pero Alberto te pone a vos, a mí o el señor que está en la fila y tiene un piso de 40 puntos”, explicaba un estrecho colaborador de Poggi mientras este votaba en la céntrica Escuela Normal. Por eso, la ley de lemas pensada para blindar al PJ, terminó siendo conveniente para las aspiraciones de Poggi, con su sello Avanzar, protagonista del lema Cambia San Luis. Es que el salto de Adolfo le permitió armar un megabloque opositor, con el adolfismo, la UCR, el PRO, socialistas, Libres del Sur. Un heterogéneo armado provincial que, al fin y al cabo, es la única forma de superar el 45% que le podría permitir llegar a la gobernación y propinarle al PJ la primera derrota en el desdoblado calendario electoral 2023.
Antes, Poggi había acusado al oficialismo por lanzar fake news a horas de abrir la votación, y agregó que se hicieron circular desde despachos del Gobierno, denuncia que, dijo, hará luego de los comicios. En rigor, se distribuyó una entrevista falsa entre beneficiarios de planes sociales en la que Poggi anunciaba recortes. Los beneficiarios hoy representan un 10% del padrón, y hay cierto consenso de que son votos que se volcarán al “Gato” Fernández.
“Construimos un gran lema; participan activamente, socialistas, libertarios, UCR, libres del sur, se unió toda la oposición en una campaña intensa”, decía Poggi tras votar, si bien cuestionó la ley de lemas y anunció que intentará borrarla en caso de ganar. Y supo echar leña a la quebrada relación entre los hermanos: “Adolfo trajo trabajo e industria a San Luis; Alberto lo reemplazó por planes sociales para un sometimiento electoral”, dijo también.
Más tarde, Alberto se refirió a Adolfo. Reconoció que hoy el vínculo es “distante” y contraatacó: “Duele verlo enfrente, es un enorme dirigente, su historia no se merece estar en el lugar que está”. En la provincia creen que, de ganar Poggi, Adolfo buscará reconquistar el PJ, hoy dominado por el gobernador. Y desde allí lanzarse hacia la renovación de la senaduría nacional.
En el oficialismo, la estrategia de comunicación fue de hermetismo. Al menos hacia los medios nacionales. El “Gato” Fernández, exintendente de Tilisarao, un pequeño poblado de unos 12 mil habitantes y también exministro de la Corte local, necesitó de un gran trabajo de instalación hacia adentro que lo hizo subir en las encuestas y en conocimiento entre el electorado. Pero luego en el Gobierno buscaron que la elección se nacionalizara lo menos posible, y ese eje fue retomado hoy por Alberto, al decir que tenía sus reservas sobre los dirigentes nacionales.
“Los conozco a todos”, arrancó. “En todos lados veo mediocridad, todos los dirigentes son porteños, no escuchan las provincias. La agenda es distinta a la de los ciudadanos. Se olvidan de los emprendedores y hay una deuda eterna. Y el peronismo está mal, porque entra en la grieta. El kirchnerismo se maneja como hegemónico, sin planes. El resto del peronismo está avasallado. Las provincias miran a Buenos Aires sin dar respuesta”, un eje de su discurso de esta mañana que en la práctica ya había sucedido al bajarse de la liga de gobernadores, al alejarse de la Casa Rosada y mantener la cerrazón puntana que siempre le ha dado buenos réditos.
Sirvió a los planes de clausura que el “Gato Fernández” votara en Tilisarao, a 135 km de la capital. Recién irá a la sede del PJ por la noche. Con lo cual, favoreció a la táctica de distancia del prime time.
El otro punto es la fiscalización. En filas de Poggi dicen que la alianza tiene fuerza en el interior. No obstante, anoche el candidato envío un audio de whatsapp en el que les avisó a los suyos: “Este domingo ustedes tienen que defender cada voto, son los más importantes de esta tarea, que va a implicar un esfuerzo adicional, quizás tengan que quedarse hasta las 3 de la mañana”, les dijo.
Otra especulación pasa por las visitas nacionales. Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Gerardo Morales podrían volar a San Luis si triunfa Poggi. Alberto Fernández podría recalar, autoinvitado quizás para inaugurar alguna obra tras pasar por Tucumán, si es que vence el oficialismo.