La actividad acumuló en marzo un crecimiento de 1,5% en el primer trimestre del año frente al mismo período del año anterior, de acuerdo al último EMAE. Y, si bien las consultoras privadas pronostican un retroceso en la economía para este año, hay una serie de factores -como la industria y el consumo- que pueden ayudar a amortiguar la caída.
Más allá del impacto de la sequía y la falta de divisas, un estudio privado destacó que el consumo privado y la “inercia productiva” pueden mitigar el freno. En ese sentido, mientras que las consultoras encuestadas en el REM pronosticaron una caída del 3% del PBI para este año, estos factores pueden ayudar a que la retracción sea menor.
Así lo analizó un informe de la consultora Sarandí, en el que se consideró “precipitado” suponer un desplome mayor al 4% en el nivel de actividad para este año, tal como proyectan algunas firmas privadas. “No solo los números de los primeros cinco meses del año se dan de bruces contra esta posibilidad, sino también la misma ‘inercia productiva’ que arrastra la economía”, explicaron.
“Ocurre que, a pesar de todos los obstáculos y restricciones para acceder a reservas para traer insumos, la mayor parte de las empresas encuentra alguna salida del laberinto. Ya sea usando dólares propios, comprando en el mercado financiero, obteniendo financiamiento o esperando los tiempos burocráticos, el sector privado tiene incentivos muy fuertes a no frenar la producción dado el vigor de la demanda”, señalaron desde la consultora.
Es que, según remarcó, los bienes y servicios “como ‘refugio’ ante la erosión inflacionaria permiten sostener los niveles de consumo privado”. “Además, toda persona jurídica que puede acceder a importaciones lo hace, anticipando un eventual encarecimiento en el marco de la futura normalización del mercado de cambios”, detallaron.
Entre los datos que repasó el estudio, se destacó el crecimiento que acumuló la producción industrial en los primeros cuatro meses del año (4%): “La actividad manufacturera en abril tocó niveles máximos en 65 meses, con un aceptable nivel de utilización de la capacidad instalada (67,5% en marzo)”. “En la misma línea, acompaña el rubro de la construcción con tres de los últimos cuatro meses para arriba (+3,4% mensual en abril)”, remarcaron desde la consultora Sarandí, aunque detallaron que, por el contrario, el sector primario atraviesa las consecuencias de la sequía.
De acuerdo al último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) difundido por el Banco Central, las consultoras estiman una caída del PBI de 3% interanual para este año. Se redujo así el pronóstico de caída respecto al REM previo en 0,1 p.p.
“De hecho, el promedio de la encuesta revisó al alza las expectativas, pasando de una caída del 3% al 2,7% para 2023. Dado la última publicación del EMAE y que los resultados vienen mejor de lo esperado, se pudo evidenciar una mejora en las expectativas del PBI”, explicaron desde la consultora ACM.
Por su parte, según analizaron desde la firma Orlando Ferreres, para los próximos meses se espera que continúe la caída en las actividades vinculadas al agro, “con el resto de los sectores más fríos”. “Mirando la segunda mitad del año la incertidumbre es muy alta y el devenir de la actividad dependerá de la evolución de la macroeconomía y de las definiciones que se den en materia política”, detallaron.
Por su parte, desde LCG proyectaron para este año una caída de la actividad “cercana al 3,7% promedio en el año, con un marcado deterioro hacia el último trimestre”.
