Broadway admite que aún no logró recuperarse de la pandemia a nivel espectadores, a diferencia de la Argentina que no sólo igualó sino que superó la marca respecto de 2019. Tras la entrega de los premios Tony el domingo a la noche, que distinguió a las obras “Leopoldstadt”, sobre una familia judía durante el Holocausto, de Tom Stoppard, y “Kimberly Akimbo”, una comedia musical sobre un adolescente que envejece rápido, este diario accedió a datos aportados por la productora argentina en Nueva York, Valentina Berger, que justifican la preocupación de la industria estadounidense ya no sólo por la huelga de guionistas sino por el intento fallido hasta ahora de recuperar audiencias.
Esos datos marcan que no se llegó al nivel de ocupación que había antes de la pandemia: en el segmento 2022-2023 contra el de 2018-2019, la asistencia fue de 12.28 millones de espectadores comparados con los 14.77 millones de hace cuatro años, el porcentaje de butacas ocupadas en estos últimos años fue de 88.4% contra 89.7%, mientras en dólares la recaudación fue superior en esta edición por la inflación en Estados Unidos.
A diferencia de Broadway, en la Argentina se registra una recuperación de público y dinero con valores superiores a la prepandemia, aunque lo referente a recaudación aquí siempre está atravesado por la escalada inflacionaria (en EE.UU. es incipiente). Aún no cerró el semestre pero los datos del verano indican que fue una temporada récord en Buenos Aires, con 411 mil espectadores, cuando antes de la pandemia el promedio era 200 mil. En Broadway, “Leopoldstadt” obtuvo cuatro premios en la entrega de los Tony, entre ellos el de mejor pieza teatral, una nueva consagración en la prolífica carrera del dramaturgo británico de 85 años, Tom Stoppard, cuya obra más conocida es “Rosencrantz y Guildenstern han muerto”, sobre dos personajes secundarios de “Hamlet”. Su quinto Tony se corresponde con el quinto del argentino Ricardo Hornos uno los productores asociados.
“Leopoldstadt”, involucra a Stoppard de manera personal dado que sus cuatro abuelos murieron en campos de concentración. En cinco actos, la obra recorre de 1899 a 1955 la vida de una familia judía acomodada instalada en Viena cuyo destino será transformado por el nazismo y el Holocausto.
En diálogo con este diario, Hornos expresó: “Stoppard dijo que iba a ser su última obra, escrita con elementos autobiográficos ya que descubrió tarde que su familia era de origen judío, a los 60. Y si bien la temática la abordó de manera indirecta en otras obras, como vivir detrás de la cortina de hierro, aquí está basada en lo que es ser sobreviviente de una familia exterminada por el nazismo. Me reconforta que se lo reconozca a él y al tema. En cuanto a la otra gran ganadora, Kimberly Akimbo, es inusual porque trata sobre una afección genética rara. Eso habla de lo ecléctico de Broadway”. Ese musical se llevó cinco estatuillas y cuenta la vida de un adolescente que sufre una enfermedad que lo hace envejecer de forma prematura y que le da una expectativa de vida de 16 años mientras navega en una familia disfuncional y un romance de escuela secundaria.
Hornos se refirió a la huelga de guionistas: “Afecta profundamente al cine y la TV , donde también me muevo ya que estrené mi primera película como director, pero se va a sentir más en uno o dos años porque todavía hay mucho inventario de películas y series. La fábrica por ahora está parada y no se puede avanzar con nuevos proyectos hasta que no termine esta disputa. Es posible que continúe con los actores y directores pero Broadway por ahora está al margen”.
Debido a la huelga de guionistas, el teatro se solidarizó y optó por no usar guión en los Tony, de modo que lo poco se dijo fue espontáneo. No hubo un ganador apabullante como los años de “Hamilton” o “Book of mormon”, en tanto por primera vez se dieron dos premios de interpretación masculina a personas no binarias.
El hecho de que la ceremonia se haya realizado por primera vez fuera de Broadway y haya pasado a Washington Heights, una zona hispana donde se reabrió un teatro construido en los años 20, confirma la vocación de diversidad. Berger concluyó: “Ganaron obras de contenido noble. Son apuestas de 38 actores en escenas y muy logradas, de esas cosas que cada vez se ven menos. Leopoldstadt no tenía competencia, pero me sorprendió que Kimberly Akimbo, siendo la obra más chiquita de las que estaban nominadas, fuera la ganadora. Es ideal para salir de gira por Estados Unidos”.