Debate por la deuda pública: crónica de un default anunciado (Parte LXXIV)

Gambito de dama es mucho más que una película y ajedrez. La protagonista junto al ajedrez, es Beth Harmon. Una joven con una inteligencia que desafía todos los estándares conocidos en el mundo del ajedrez. La intérprete del ajedrez político en la Argentina, es Bet Kirchner. Dos veces presidenta, con una comprensión de la realidad que resistió todos los esquemas acreditados para destruir al peronismo.

Como en estos días, hace justo 4 años, faltaba muy poco para el cierre de listas y oficialización de candidaturas. En las elecciones provinciales, Cambiemos había perdido 6 gobernadores y 4 en PASO, había ganado en Corrientes. Si bien las elecciones provinciales no anticipan el resultado nacional, crean un clima político de euforia o pesimismo, y el ambiente era hostil al Macrismo. En 2 de 3 distritos la segunda Alianza ya no aludía a la marca “Cambiemos”. Faltaban pocos meses para las PASO y estas si, poseerían un impacto nacional pre elección. La sorpresa de mayo 2019 vino de la mano del anuncio de Cristina Elizabet: la fórmula Fernández-Fernández, desencajó a sus adversarios e indujo una modificación de parte de los partidos políticos. Era obvio que le estaba yendo mal a la coalición oficialista.

Massa integrando el Frente de Cristina Kirchner, anunciaba prematuramente que la formula Fernández-Fernández podría ganar en primera vuelta. Pero, en el oficialismo preferían seguir deseando más que pensando, que si en las PASO se ubicaban a menos de 5 puntos de diferencia de Fernández-Fernández, le podían dar vuelta en un eventual ballotage. En el análisis político los deseos suelen jugar malas pasadas aun a los mejores observadores.

Lo que estaba claro, es que la política entraba en tiempo de definiciones, a una semana para conocer las alianzas y menos de dos semanas para saber quiénes competirían en las PASO.

Sin duda alguna, el sacrificio de una pieza es la mejor jugada de ajedrez para continuar abriendo el tablero y llegar a la resolución de una eventual victoria. Se llama “Gambito de Dama o Gambito de Reina”, curiosamente simboliza la apertura del juego de otra Elizabeth, Cristina Elizabet Fernández de Kirchner.

Lo cierto es que Elizabet, además de tomar la iniciativa política en mayo y junio, atrajo la atención de propios y ajenos. Desplegó una cuidadosa recorrida con su libro y, después lanzó, primero la representación Fernández-Fernández, más luego Kicillof-Magario en la provincia de Buenos Aires, mientras negociaba con Sergio Massa.

De los gobernadores del PJ, la apoyaron 9, negociaba con 6 y sólo 2 se mantenían al margen los primeros días de junio 2019. Los intendentes del conurbano del Partido Justicialista, aunque no preferían a Kicillof, tampoco lo discutieron abiertamente. Los sindicatos peronistas dialoguistas viraban nuevamente hacia la presidenta. El Peronismo se estaba unificando y lo hacía alrededor de Elizabet. Pero el interrogante que se hacían los mejores analistas políticos era: ¿Cómo ejecutarían la partitura Alberto y Cristina si ganaban la elección? – Estaban bien orientada, era la pregunta del millón.

Macri que había logrado detener las ambiciones y presiones del círculo rojo para instalar María Eugenia Vidal y para extender la coalición, solo tenía independencia para elegir al vicepresidente. Los focos de la campaña eran los mismos de siempre: “la corrupción K” y “el dólar quieto”. Cambiemos le había dejado la iniciativa a Elizabet y, el acuerdo que habían propuesto con la oposición, quedaba trunco. Sin embargo, Cambiemos tenía el poder y la extraordinaria ventaja de ser oficialismo para ganar elecciones. Aparecía la derecha de la derecha con José Luis Espert y el frente de Gómez Centurión. La izquierda trataba de unificarse en el pacto FIP-PST.

La vida seguía transcurriendo y se producía el sexto paro general del sindicalismo, el quinto de la CGT y del sindicalismo luchador, iban confluyendo muchos hacia la unidad en paralelo con el Partido Justicialista. El último paro había sido decisivo por su alto nivel de acatamiento, se aproximaron la CGT, las agrupaciones del transporte, el sector liderado por Hugo Moyano, las tres CTA, los movimientos sociales, los partidos de izquierda y, las Pymes.

Se venia el séptimo para general que Macri trataría de evitar negociando con el dinero para las obras sociales. El sindicalismo y los movimientos sociales eran los grandes artífices de la paz, evitando la violencia y, conteniendo a las bases, pudiendo exacerbarlas.

En materia económica, la novedad de mayo era haber logrado cierta estabilidad del dólar en torno a $ 45. La explicación tenía relación con la mayor oferta de dólares que igualó la demanda privada. Se dilapidaron dólares del Tesoro, unos 60 millones de dólares diarios y la liquidación de la cosecha gruesa.

En realidad, recién en agosto 2019 el BCRA tendría que vender dólares por razones estacionales. En ese mes disminuye la comercialización de dólares de la cosecha y, podía acrecentarse la demanda de divisas para atesoramiento, a meses del incierto final de la era Macri. A la postre, no fue el triunfo del peronismo en las PASO lo que disparo el dólar en agosto 2019, sino una operación articulada que le daba ganador a Macri, mientras los picaros organizadores compraron barato el viernes anterior. La conjura contó con medios, comunicadores, operadores, la mesa de dinero de un banco internacional experta en timba, más el presidente de la Nación, quien la noche de su derrota esparció amenaza sobresalto, en medio de la estacionalidad del dólar. Todo esto preparó otro negocio redondo, estaba viva la codicia de ganancia deshonesta que perduró todo el periodo, ahora para quienes armaron esa operación.

El BCRA contaba con suficiente “poder de fuego” para evitar otra implosión cambiaria, y en agosto no la utilizó.

Las reservas netas de pasivos en moneda extranjera en junio 2019, ascendían a u$s18.700 millones y podían utilizar todos los fondos recibidos de los swaps con China y Basilea. Por supuesto que si ganaban las PASO se hubiera repetido el “festival de la alegría”, pero el premio consuelo fue “la caída” un día hábil antes, y excitar una corrida al dólar, si las PASO descubrieran a la fórmula opositora superando a Macri en 10 puntos o más (fueron 15 puntos de diferencia).

En el episodio final de Gambito de dama, Beth le gana al campeón de ajedrez, y en las elecciones, Cristina le ganó a todo el aparato que juega en contra del peronismo.

Director ejecutivo de Fundación Esperanza. Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros.

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