Massa, Yellen, Guidotti y Mondino: los susurros que se cruzan por el dólar, el peso y el FMI

 Massa, Yellen, Guidotti y Mondino: los susurros que se cruzan por el dólar, el peso y el FMI

Los que no escuchan la música creen que los que bailan están locos. Es un adagio. Pero también podría ser un emergente ineludible de la escena local. Aclaremos, la música no es tal, sino apenas un hilo de palabras musitadas en inglés o, en el peor de los casos, traducidas. En rigor, son argumentos, porfías, que buscan convencer de algo a alguien. En el medio están los dólares del Banco Central y sus mercados satélites, el blue, el CCL, el MEP.

Informate más - Seguí el precio del dólar blue, oficial, CCL y MEP en Argentina

Aparece en el horizonte un susurro al oído. O dos. El primero es el del ministro Sergio Massa a Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos. El segundo, es el del tándem de economistas Guidotti-Mondino (sí, doble susurro), a la titular del FMI, Kristalina Georgieva. Es casi un duelo de susurros, voces apagadas, palabras seleccionadas, cosas no dichas pero insinuadas, en un rosario de intenciones cuyo saldo dará (o no) como resultado una inyección más potente de dólares -en un plazo más corto- en las reservas en el Banco Central y, por ende, mayores o menores tensiones en los mercados.

En la primera historia aparecen dos personajes más. Los periodistas Michael Stott y Ciara Nugent. Hace apenas algunas horas, ambos colegas publicaron una nota en el Financial Times cuyo resumen podría ser éste: “El Gobierno argentino está cada vez más desesperado e intenta evitar una crisis monetaria recurriendo a China y al FMI, lo que abre para el prestamista con sede en Washington un dilema sobre cómo ayudar a su mayor deudor". En buen inglés comentan, al pasar, que se prevé una inflación del 145% para este año, que habrá recesión pronto (Winter is coming) y que las reservas netas del banco central son "insignificantes".

Pero dónde juegan su punto de vista -supongamos- es en esta frase: “El gobierno peronista se esfuerza por evitar una gran devaluación o una hiperinflación durante la temporada políticamente turbulenta que antecede a las elecciones presidenciales y legislativas de octubre". Y en esta otra: “El ministro Massa viajará a Washington a fines de junio para buscar fondos adicionales del FMI, pero su tarea se ha visto complicada por una contundente sequía que afectó la producción y las exportaciones del agro”.

La idea del FT, y de sus accionistas, es la de mostrar que Massa irá con pocas chances a Washington. Los periodistas pavimentan esa avenida con todas las advertencias y no sería descabellado presuponer que el propio Massa se encuentre por estas horas con condicionalidades difíciles de aceptar en la previa. Ahí aparece Yellen, a quien Massa susurra -metafóricamente hablando- en el oído. Es Yellen y no Georgieva el interlocutor que el ministro busca permanentemente. Sabe que el FMI es permeable a la decisión del Tesoro de los Estados Unidos.

Ahí trabaja todo su equipo, al margen de las cuestiones técnicas. En los últimos meses, Massa estuvo personalmente con Yellen al menos dos veces, en septiembre del año pasado y en abril de este año. Entiende que la propia Yellen es la persona que definirá su pedido concreto: más dólares, menor plazo y menores condicionalidades del FMI. Esa negociación asumiría en las próximas horas una intensidad mayor, en la previa de los pagos con el FMI.

Del otro lado aparece el ex viceministro de economía Pablo Guidotti, quien encabezó la negociación dolarizadora de la economía argentina en los años 90. Guidotti, que fue el segundo de Roque Fernández en el Banco Central y luego en Economía, mantiene llegada a los principales referentes del FMI. El economista piensa que el del Fondo es un programa “horrible”, que se incumplieron todas las metas y que, muy probable, no va a ser posible sostenerlo.

Lo interesante es que, en su opinión -que le susurra a Georgieva y equipo- Argentina podría recorrer el camino de Pakistán, es decir, ir a una especie de negociación permanente con el Fondo pero, a la vez, comenzar a incurrir en atrasos en los pagos. Todo ello porque en su mirada, el Gobierno no ha hecho los cambios necesarios para que el organismo apoye lo que se está pidiendo, por ejemplo, un plan de estabilización. A la vez pide crear condiciones para que se corrija el desequilibrio fiscal.

A esto se agrega Guillermo Mondino, director de investigaciones de la Fundación Mediterránea y ex Lehman Brothers, Citi y Barclays (fue secretario de Finanzas y jefe de Gabinete de Asesores Económicos en la época de Cavallo). Mondino, que vive en Estados Unidos hace 20 años, es otro de los que le susurra al equipo de Georgieva, si bien en su caso, va por otro lado. Piensa que el FMI no debería presionar tanto a la Argentina en este momento, porque hay probabilidad de entrar en una crisis fiscal y financiera. Y que el Fondo no debería darle a la Argentina “razones” para no pagarle, cayendo en atrasos, lo que decantaría en la necesidad de negociar un nuevo acuerdo.

El dato clave es que Mondino fue jefe de Luciano Laspina en la consultora que armó en 2002 y que Laspina es hoy la referencia económica de Patricia Bullrich. El economista se opone a una virtual dolarización de la economía argentina, pero también considera que hay reformas que deben hacerse de inmediato y hasta suele citar a uno de sus mentores, Adolfo Sturzenegger el padre de Federico, al señalar que “la Argentina es un capitalismo sin mercado y un socialismo sin plan”.

Al margen de las voces que se cruzan en el aire, como se dijo, el emergente ineludible de la escena local remite a una música no es tal. Apenas un hilo de palabras, digamos, una porfía donde cada uno juega como puede, donde los que no escuchan la música creen que los que bailan están locos.

Recomendar A Un Amigo
  • gplus
  • pinterest
Commentarios
No hay comentarios por el momento

Tu comentario