Diversos factores se han conjugado para frenar al oro y bajarlo de los 2.000 dólares la onza, como ser el impacto en el mercado de bonos del Tesoro de EE.UU. de la negociación del límite de la deuda estadounidense, en Europa la recesión alemana y la suba de tasas del BCE, y en China una menor demanda mayorista. Sin embargo, lo más notorio fue la caída de las reservas oficiales mundiales de oro, de 71 toneladas en abril. Se trata de la primera disminución neta en las tenencias de oro reportadas en más de un año, la última data de marzo de 2022 y que fue de solo una tonelada.
A primera vista, esto podría interpretarse como un giro notable de los bancos centrales, que fueron una fuente de demanda de oro muy fuerte en el primer trimestre del año. Pero los datos a nivel de país revelan que, lejos de una repentina ola de ventas de la banca central, la caída de las reservas se debió principalmente a la Turquía de Recep Erdogan, de cara a las elecciones presidenciales y al derrumbe de la lira turca. El Banco Central de Turquía informó una disminución en sus reservas oficiales de oro de 81 toneladas, reduciendo sus reservas totales de oro a 491 toneladas. Uno de los expertos en el mercado mundial del metal precioso, Krishan Gopaul, señaló días atrás que, en base a datos publicados y conversaciones en el mercado, esto fue una respuesta específica a la dinámica local en lugar de un cambio en la política de oro a largo plazo; y explicó que el oro se vendió en el mercado interno de Turquía para satisfacer la fuerte demanda de monedas y barras y joyas tras una prohibición parcial temporal de las importaciones de lingotes de oro. Ahora, queda por ver si esta venta continuará y, de ser así, a qué ritmo.
Pero además de Turquía hubo otros vendedores, aunque más pequeños. Fueron tres bancos que compran regularmente oro de producción nacional. Se trata del Banco Nacional de Kazajstán que redujo sus reservas oficiales de oro en 13 toneladas a 319 toneladas (fue la tercera venta mensual consecutiva por encima de las 10 toneladas). No obstante, el oro todavía representa el 54% de las reservas totales de Kazajstán. Otro fue el Banco Central de Uzbekistán que vendió por segundo mes consecutivo, aunque sustancialmente mucho menos que en marzo. Sus reservas oficiales de oro cayeron 2 toneladas a 380 toneladas (69% de las reservas totales). Y el tercero, el Banco Nacional de la República Kirguisa que vendió 0,6 toneladas.
Pero en la vereda de enfrente también hubo compradores y cuatro bancos centrales informaron un aumento en sus reservas de oro. La mayor compra provino de Polonia, las tenencias de oro del Narodowy Bank Polski aumentaron en 15 toneladas a 243 toneladas, lo que representa el 9% de las reservas totales. El Banco Popular de China continuó con su reciente racha de compras, ahora por seis meses consecutivos, elevando sus reservas de oro en 8 toneladas a 2.076 toneladas (4% de las reservas totales). Mientras que el Banco Nacional Checo y el Banco Central de Mongolia fueron los otros compradores con 2 y 1 tonelada respectivamente.
“A pesar de las ventas netas considerables de los bancos centrales en abril, mantenemos la expectativa de que los bancos centrales sigan siendo compradores netos de oro en 2023”, señaló Gopaul. Esta visión está respaldada también por última encuesta del WGC de reservas de oro de la banca central, que muestra que los administradores de reservas siguen siendo ampliamente positivos hacia el oro. ¿Qué dice la encuesta? Reveló que el 24% de los bancos centrales tienen la intención de aumentar sus reservas en cartera en los próximos 12 meses. Las opiniones de los bancos centrales sobre el papel futuro del dólar estadounidense fueron más pesimistas que en encuestas anteriores.
Por el contrario, sus puntos de vista sobre el papel futuro del oro se volvieron más optimistas, con un 62% diciendo que el oro tendrá una mayor participación en las reservas totales en comparación con el 46% del año pasado. Además, la mitad de los bancos centrales encuestados cree que el porcentaje de reservas en dólares en 5 años estará entre el 40-50%, mientras que poco más de una cuarta parte cree que se mantendrá sin cambios. La mayoría de los bancos centrales esperan un ligero aumento en la proporción de las reservas totales denominadas en oro durante los próximos cinco años, y las economías en desarrollo impulsan principalmente esta opinión.
La posición histórica sigue siendo el factor más relevante en las decisiones organizacionales para mantener el oro. Siete de cada diez bancos centrales encuestados creen que las reservas de oro aumentarán en los próximos 12 meses, esto es un aumento de 10 puntos con respecto al 2022. Al igual que el año pasado, una gran mayoría de los encuestados no espera que el nivel de reservas de oro en su institución cambie durante el próximo año. Alrededor de una cuarta parte prevé un aumento.