La compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft y su compañía de videojuegos Xbox está en uno de sus momentos más importantes, con la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos buscando bloquear la adquisición. En ese contexto, Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, y Bobby Kotick, director ejecutivo de Activision Blizzard, están entre los testigos previstos para una audiencia probatoria de cinco días que comenzará esta semana.
La FTC solicitó una medida cautelar para impedir que Microsoft complete la adquisición de Activision Blizzard por u$s69.000 millones. Microsoft argumenta que si el tribunal concede una medida cautelar anularía el acuerdo, cuya fecha de finalización es el 18 de julio y una tasa de rescisión de 3.000 millones de dólares que Microsoft tendría que pagar. La audiencia comenzará el 22 de junio y se prolongará hasta el 29 del mismo mes.
Estados Unidos convocó a Nadella para que testifique sobre el sector de los videojuegos, la estrategia, el negocio de Microsoft Gaming y la adquisición prevista de Activision. Kotick por su parte testificará sobre el negocio de los videojuegos de Activision, sus planes a futuro y sus estrategias. Otros testigos de la lista son el director ejecutivo de Sony Interactive Entertainment, James Ryan, y Dov Zimring, antiguo director de gestión de productos del ahora desaparecido servicio de juegos Stadia de Google LLC.
La Comisión Europea aprobó a principio de mayo la adquisición de Activision Blizzard por Microsoft, tres semanas después de un veto británico que pone en entredicho la fusión. La Comisión, órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), indicó en un comunicado que Microsoft se había comprometido a respetar medidas que garantizan la competencia en el mercado de los juegos en línea. Estos compromisos "solucionan plenamente los problemas de competencia detectados por la Comisión", dijo en un comunicado el ejecutivo comunitario.
La Autoridad sobre Competencias y Mercados del Reino Unido (CMA) bloqueó la compra por u$s68,7 mil millones, sentando un duro precedente para las decisiones de otras agencias reguladoras. Microsoft busca apelar esta decisión para conseguir la aprobación.
Desde el anuncio de la compra en enero de 2022, Microsoft se concentró en responder a las preocupaciones de estas agencias, en especial las que fueron entregadas por su competidor, PlayStation de Sony, sobre la posibilidad de que Xbox vuelva a la franquicia Call of Duty un exclusivo de sus consolas. En ese sentido, la compañía con base en Estados Unidos cerró tratos con Nintendo y Nvidia para que Call of Duty esté a sus servicios y consolas por al menos 10 años.
PlayStation no aceptó este trato y dijo que "Microsoft no ha demostrado un compromiso real para llegar a un acuerdo negociado".
