La zona metropolitana de Uruguay tiene las horas contadas de suministro de agua potable mientras llega el momento más crítico de la crisis del agua que ya se convirtió en una emergencia hídrica. Mientras tanto, las reservas en Paso Severino siguen cayendo y las lluvias no se aproximan en el corto plazo.
El panorama para Montevideo, Canelones y San José es desolador: mañana se cumple el plazo límite de reservas de agua potable que quedan para la zona metropolitana y, sin haber habido grandes cambios a nivel de acumulación de agua en la cuenca Santa Lucía, con un poco de suerte aquel momento tan temido pueda extenderse unas horas más.
En paralelo, el embalse de la represa de Paso Severino, la principal reserva de agua dulce para el abastecimiento de los departamentos afectados por lo peor del déficit hídrico, sigue cayendo a nuevos mínimos históricos. Lejos de mejorar, la situación se sigue agravando: al 21 de junio, el embalse contaba con 2.753.795 metros cúbicos de un total de 67 millones de capacidad. Esto significa apenas un 4,11% de reservas actuales.
Esta caída viene dándose desde hace semanas, cada vez de forma más acelerada. Basta con recordar que el 14 de junio el embalse contaba con un 5,6% de su capacidad, mientras que el 9 de junio, las reservas eran del 6,5%. Las escasas lluvias lejos estuvieron de recuperar las reservas a niveles más habituales, al punto de que, hace ya casi 9 días, comenzó la cuenta regresiva para un nuevo punto crítico: el agotamiento de las reservas de agua potable para la zona metropolitana del país.
Mañana, horas más, horas menos, se terminaría el agua para Montevideo y sus alrededores. Mientras tanto, el director de Meteorología del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), Néstor Santayana, compartió un pronóstico poco alentador: "no se proyectan acumulados significativos de lluvias para las cuencas del suroeste y sur del país durante el resto de junio y los primeros días de julio".
En pocas palabras, la situación de déficit hídrico de esas zonas no solo no mejorará sino que aumentará su gravedad en un momento en el que ya se está al borde de la crisis extrema.
Por su parte, Inumet también publicó su pronóstico para las cuencas del Río de la Plata y Santa Lucía. Para los próximos 14 días, el instituto indicó que "algunos miembros de los modelos numéricos utilizados, mantienen una confianza media en relación al pasaje de una perturbación atmosférica (sobre la Cuenca de Santa Lucía) entre el 26 y 27 de junio, pero los valores de precipitación serán menores a los 5 mm".
En relación a la Cuenca del Río de la Plata se mantiene el mismo pronóstico, solo que se espera que las precipitaciones sean menores a los 5 mm en el oeste de la cuenca y entre 5 y 10 mm en el este.
Es decir, las lluvias que se presenten no alcanzarán un acumulado significativo que logre inclinar la balanza hacia un escenario de mayor tranquilidad en términos hídricos para la zona metropolitana. Y dentro de las previsiones que abarcan hasta el 4 de julio, Inumet tampoco prevé hasta el momento "un nuevo evento de precipitaciones significativo".
En tanto, el Parlamento aprobó la exoneración del IVA al agua embotellada en los departamentos afectados por la emergencia hídrica mientras dure ésta, para así mantener los precios del recurso que se ha vuelto indispensable ante el aumento de salinidad en el agua distribuida por OSE. A su vez, la empresa estatal logró la aprobación para volver a incrementar los niveles de sodio y cloruros en el suministro para la zona metropolitana.