Charlas de quincho

 Charlas de quincho

A último momento cambió todo. La fórmula oficialista Massa-Rossi obligó a forzar estrategias en todos los frentes. Fuerte reacción interna y en el exterior. También la oposición, y hasta la CGT, debió cambiar sobre la marcha. Fin de semana “negro” para Macri. Resultado “cantado” en Formosa y elección para guardar en la memoria en Córdoba. El caso Chaco sigue en cartel. Los que se comieron el amague. La oposición desacomodada ahora intenta “erosionar” a Milei. La economía continúa complicada y la seca no ayuda. Muchos quinchos politizados, pero no fueron los únicos temas. Veamos.

Sin duda, el oficialismo recobró fuertemente la centralidad en los últimos días, a partir de las idas y vueltas de último momento, el viernes, para definir las fórmulas (y a partir de ahí las listas) de los principales participantes en las próximas elecciones, con o sin PASO. El caso es que la “fumata” final que consagró a la dupla Massa-Rossi por el oficialista Unidos por la Patria (ex Frente de Todos)fue explosiva dentro y fuera del país, aunque en este último caso se había adelantado ya la reacción positiva de los mercados por la consagración del actual ministro de Economía, Sergio Tomás Massa. En el plano local, sin embargo, lo que primó fue el desconcierto, tanto en la oposición como en las filas del propio oficialismo, ya que más de uno se había “comido” el amague de la dupla De Pedro-Manzur, fuertemente resistida por gobernadores e intendentes justicialistas, quienes todavía tienen mucho para perder, si el candidato presidencial no es competitivo, lo que ahora se habría neutralizado en buena medida con el cambio de pareja. Por supuesto que no fueron los únicos. También la CGT tuvo que modificar rápidamente su plan de protestas que se había iniciado con la falta de adhesión a una protesta nacional por el caso Jujuy que el viernes pasó a 5º o 6º lugar; el dirigente social Juan Grabois, que ya había bajado su candidatura (porque iba el Ministro De Pedro), y que más que rápido la tuvo que volver a subir, mientras que el gobernador Daniel Scioli, finalmente, y tras larga resistencia, aceptaba declinar su propia fórmula.

El caso de Grabois fue uno de los más comentados durante el fin de semana. Las consideraciones generales sobre las decisiones que tomó Cristina de Kirchner durante la última semana pasarán a la historia como uno de los capítulos con más incógnitas que certezas de la historia política reciente. El cambio de fórmula fue una jugada audaz y que descolocó a toda la oposición. Buena parte del kirchnerismo salió, en privado o en público, a alertar (con toda lógica) sobre los problemas de competitividad del binomio De Pedro-Manzur. Cristina de Kirchner, en silencio, definió un cambio que dependía claramente de una decisión suya. Hubo presión de los gobernadores y hasta la vuelta a la mesa de negociaciones de Alberto Fernández aportando el nombre del nuevo vice. Apareció, inclusive, Grabois danto marcha atrás y quedando ahora como sparring estratégico de Massa en la PASO que puede cosechar votos impensados del kirchnerismo duro. En el mercado muchos consideran que todo el movimiento de cambio fue demasiado audaz como para no haber tenido una estrategia oculta detrás.

Para la oposición no fue mejor, incluso, uno de los operadores fuertes del PRO reconoció que “si hubiéramos sabido que iban a consagrar a Sergio (Massa) como candidato, seguramente hubiéramos puesto a alguien mucho más fuerte como coequiper de Patricia (Bullrich)”, en referencia al radical mendocino Luis Petri que había sido consagrado el día anterior. “Demasiado tarde para lágrimas”, le contestaron desde el oficialismo. Poco le había durado al negociador de Bullrich, Federico Pinedo, haber podido incorporar al radical a la fórmula, lo que tampoco era fácil “ya que la propia Patricia no quería a alguien que le compita desde adentro y le pusiera presión desde la vicepresidencia”, reconoció una fuente del riñón del PRO, que prefirió el anonimato.

Mientras las disputas intestinas por fórmulas, listas y avales se cortaban y cambiaban de orientación abruptamente ante el nuevo escenario, la economía seguía su curso con avances interesantes en bonos y acciones en el exterior el viernes, aunque la industria había caído 3,4% en mayo según Fiel; el dólar local recuperaba su avance (el informal cerró a $ 495), los aumentos e inflación seguían “saludables” y, lo peor, la sequía volvía a ensañarse con algunas de las pocas regiones que se habían beneficiado con alguna lluvia a fines de mayo, lo que hace temer ahora ya por la salud de la nueva campaña. Esta situación comienza a monitorearse de cerca pues si se acentúa el déficit hídrico, las posibilidades de recuperar algo de la producción perdida en el ciclo 22/23 (que superó los u$s20.000 millones directos, solo en exportaciones) pueden ir disminuyendo otra vez, en forma exponencial. La carambola, por otra parte, tiene una arista complicada con la situación económico-social en el interior, por la fuerte disminución de recursos directos (y propios) en muchos de los distritos. Tanto es así que parece que comienzan los disensos en distintas organizaciones y entidades donde se están tensando las relaciones y, mientras en algunas de ellas hay elecciones (y pueden producirse cambios fuertes ), otras entrarnen “revisión” de lo actuado con los recursos. Tal sería el caso de una cámara exportadora relacionada con la industria frigorífica, en la que se habrían hecho voluminosas asignaciones directas (sin licitación), y que puede terminar en un escándalo de magnitud (Continuará…).

Casi premonitorio parece haber sido el programa elegido por el expresidente Mauricio Macri para este fin de semana, en el que prefirió recluirse aparentemente en un alejado establecimiento agropecuario, con poca comunicación, para ir enterándose con “sordina”, tanto de su propia interna boquense como de los resultados políticos en Formosa, y en la estratégica Córdoba. Sucede que, apelando a las mismas artes de Macri, el exjugador y ahora vicepresidente del Club, Román Riquelme, aprovechó la interna de renovación de autoridades (que se hará en diciembre), en la que busca convertirse en el nuevo presidente, para disputarle a Macri ese lugar que, el ahora político, parece considerar propio. Así, y después de 10 años de haberse retirado, Riquelme, igual que su Topo Gigio de hace 22 años, cuando también desafió a Macri, armó un megashow, que incluyó hasta a Lionel Messi y otras glorias futboleras, para concretar su postergado partido de despedida (después de 8 años), que lo posicionó en el centro de la escena. Del lado político las cosas no fueron mejor, ya que en Formosa se descartaba un nuevo triunfo del justicialista Gildo Insfrán, que lleva 28 años consecutivos al frente de la provincia, sin que la oposición logre removerlo (el último fracaso fue hace semanas, cuando pretendieron que fuera la Corte Suprema la que lo acotara, a pesar de que la Constitución provincial lo admite). El caso de Córdoba fue mucho más trabado y tenso, especialmente por el peso específico de Córdoba en el balance político global del país, y por los hechos recientes en los que la línea Macri-Bullrich se involucra en forma directa para resistir el acercamiento del gobernador Juan Schiaretti a la dupla Horacio Rodríguez Larreta- Gerardo Morales con la que deberán competir en las PASO de agosto.

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