Córdoba (enviada especial) - El día después de la infartante elección en Córdoba dibujó una primera mañana de lunes marcada por el fin del escrutinio provisorio a las 6.20, por la activación de una investigación ordenada por el Superior Tribunal de Justicia ante la exasperante demora en el tramo final de ese conteo, y por un Martín Llaryora que, de oficializarse probablemente la autoproclamada victoria por ajustados tres puntos sobre Luis Juez, enfrentará un poder provincial recortado respecto del que dejará en diciembre el peronista no kirchnerista Juan Schiaretti, lo que lo obligará a profundizar el diálogo con la oposición en busca de consensos.

Cuando la madrugada de este primer día hábil de la semana despuntaba, los dos protagonistas centrales de la pulseada dejaron trazadas sus posiciones: el actual intendente capitalino se calzó ya el traje de mandatario electo, mientras que el senador nacional anunció que Juntos por el Cambio esperará el resultado del conteo definitivo para confirmar si se ratifica la fotografía de votos que hoy muestra el escrutinio provisorio.

Según confirmaron a Ámbito desde despachos oficiales, esa instancia clave arrancaría entre el miércoles y el jueves próximos, ya que previamente se abre un plazo para que los distintos partidos presenten sus observaciones. Todo el proceso insumiría entre 7 y 10 días.

En ambas veredas del oficialismo y la oposición coincidieron sobre la noche del domingo en reclamar celeridad a la Justicia Electoral en el tramo final del conteo, que se dilató por -se informó- problemas de conectividad en las escuelas, en el marco del debut en la provincia del sistema Turing para la carga y transmisión de los datos de las actas desde los colegios.

Dada la exigua diferencia entre Llaryora y Juez, esa dilación demoró las definiciones públicas oficiales en ambos bunkers, mientras que también penden conclusiones sobre la letra chica final del nuevo reparto del poder en Córdoba desde diciembre.

A las 6.20 de este lunes y con 94,90% de las mesas escrutadas, la Justicia Electoral dio por terminado el escrutinio provisorio, que arrojó un 42,76% para la fórmula oficialista de Llaryora y la radical díscola Miryan Prunotto (Hacemos Unidos por Córdoba) por sobre el 39,76% del tándem de Juez y el ucerreísta Marcos Carasso.

El voto en blanco, en tanto, se volvió a hacer sentir en una elección provincial: en este turno electoral de Córdoba fue del 4,91% en el rubro gobernador, lo que lo convierte en los hechos en la tercera fuerza de la provincia.

Tras las tensiones del domingo, el Superior Tribunal de Justicia de Córdoba ordenó el inicio de una investigación para “establecer responsabilidades administrativas”, frente a “distintos problemas en el proceso de transmisión de datos electorales”.

"Nos queda la tranquilidad de que la certidumbre, la seguridad y la transparencia están aseguradas; que es un problema nada más que de transmisión de datos", sostuvo el titular del máximo tribunal provincial, Domingo Sesin, en diálogo con Radio Nacional Córdoba.

"Se buscará delimitar en qué fase del procedimiento de estas empresas incurrieron en error, ya sea porque no hicieron las pruebas que debieron hacer o por alguna cuestión del establecimiento de votación que no estaba en condiciones a la hora que debía estar", señaló por su parte el vocal del Tribunal Electoral, Leonardo González Zamar, ante Cadena 3.

En medio del frenesí del domingo, la empresa Ocasa, contratada para la logística y transmisión del resultado de las actas de escrutinio, atribuyó las demoras a “principalmente los problemas de conectividad en diversas escuelas de la provincia”. “No está en tela de juicio la seguridad, la certeza, trazabilidad y verificabilidad de los datos que se están transmitiendo”, remarcaron.

A la espera del conteo definitivo que será el que termine de oficializar, si se mantiene este escenario, la victoria de Llaryora, asoma un nuevo terreno político para el sucesor de Schiaretti, ya sin la mayoría absoluta parlamentaria que ostentó el líder cordobesista y con un Tribunal de Cuentas controlado por la oposición.

El intendente capitalino se impuso ajustadamente en la pulseada por la gobernación. Pero, zancadilla en la boleta única mediante, el oficialismo provincial trastabilló en la discusión por la Unicameral y se impuso JxC, en el marco de la renovación de la totalidad de las 70 bancas.

Este lunes, el reparto mostraba 34 escaños para JxC (primera minoría) y 32 para HUxC, además de 1 para Encuentro Vecinal, 1 para el FIT, 1 para La Libertad Avanza y 1 para Creo en Córdoba de Todos (exFdT).

Llaryora no tendrá ya la mayoría con la que contó Schiaretti, y, sin quórum propio, estará obligado a profundizar la senda del diálogo y los consensos para avanzar en el dictado de leyes desde diciembre.

La precisión de esos números dependerá del resultado del escrutinio final.

Por de pronto, y relevado el 94,9% de las mesas con el que se dio por terminado el conteo provisorio, la dupla del intendente capitalino Llaryora y la radical díscola Miryan Prunotto obtiene el 42,76% de los votos, sobre el 39,76% de la fórmula de JxC, integrada por Juez (Frente Cívico) y por el diputado nacional y titular de la UCR provincial, Marcos Carasso (del riñón de Mario Negri).

Muy lejos, en tercer lugar se ubica Encuentro Vecinal Córdoba, con Aurelio García Elorrio, con el 3,01%.

La Libertad Avanza, que postula Agustin Spaccessi, aunque sin el apoyo abierto de Javier Milei, aparece cuarto, con el 2,49%. Quinto marcha el FIT-U, con Liliana Olivero, con el 2,37%.

Y recién en el sexto escalón marcha la fórmula del exFdT, que a diferencia de 2019 esta vez sí tuvo candidato a gobernador. Con el sello de Creo en Córdoba de Todos, el tándem del intendente de Embalse, Federico Alesandri (del sector del vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio) y la diputada nacional camporista Gabriela Estévez, auspiciada por Cristina de Kirchner, obtiene a esta altura del escrutinio el 2,16%, en la peor elección a gobernador del kirchnerismo en Córdoba en una provincia con largo historial electoral adverso.