Un equipo de científicos de la Universidad de Australia Occidental trabaja en un descubrimiento que podría cambiar la concepción que se tiene de cierto tipo de drogas. El MDMA, siglas con las que se conoce a la metilendioximetanfetamina o "éxtasis", podría ser un tratamiento útil para las personas que sufran de trastorno de estrés postraumático (TEPT).

En este marco, la Administración de Productos Terapéuticos, el regulador de medicamentos en Australia, anunció que se convertirán en el primer país en permitir que los psiquiatras receten ampliamente MDMA para tratar este tipo de trastornos, y determinó que pasará de ser una sustancia prohibida a una controlada. También permitirá que la psilocibina, el ingrediente activo de los "hongos mágicos", se use en la terapia para la depresión resistente al tratamiento.

“Tendremos mucha atención sobre nosotros a medida que esto se desarrolle”, dijo Michael Winlo, director ejecutivo de la empresa australiana de biotecnología Emyria, que financia en parte el trabajo del laboratorio.

Por supuesto, esta decisión trajo polémicas. Por un lado, existen personas que consideran que es un error, ya que el consumo puede poner en riego a los pacientes o generarles algún tipo de adicción. Por otro lado, los defensores del uso de estas drogas señalan que la medida podría acelerar la recuperación a las personas con enfermedades mentales debilitantes.

La MDMA llena el cerebro con sustancias químicas positivas: serotonina, norepinefrina, oxitocina y dopamina. Con esto, el miedo se reduce y la amígdala, el sistema de respuesta a amenazas del cerebro, se calma.

Un ensayo clínico de 2021, publicado en la revista científica Nature, descubrió que el 88% de las personas mostró una mejora significativa después de tres sesiones de terapia asistida por MDMA, y más de dos tercios ya no cumplían los criterios de TEPT dos meses después.

También hay investigaciones en curso sobre el potencial de la MDMA en el tratamiento de la adicción, la ansiedad social y la enfermedad de Parkinson. En total, se proyecta que el mercado global de psicodélicos alcance más de u$s 10 mil millones para 2027.

El método que se realiza para poder utilizar este tipo de droga es acortar el tiempo que hace efecto, y eliminar la propiedad adictiva. De esta forma, su consumo no resulta peligroso bajo ningún término.