“Zambas y chacareras sobreviven a tanta moda que se desvanece”

 “Zambas y chacareras sobreviven a tanta moda que se desvanece”

“La zamba o la chacarera tienen hoy más vida de lo que se cree, más que otros géneros actuales y efímeros, que relumbran fuerte en un momento y después se desvanecen”, dice Franco Luciani, multipremiado armonicista, cantante y compositor que presenta su uncédimo disco, “Frutos del país”, con un show en vivo el sábado 15 de julio en el Xirgu Espacio Untref, para luego iniciar una gira por el país.

Su nueva producción fue grabada en formato de cuarteto junto a Pablo Motta en contrabajo, Leonardo Andersen en guitarra y Bruno Resino en percusión; Luciani eligió ese título en alusión a una de las denominaciones que usaban a comienzos del siglo XIX los viajeros extranjeros (ingleses y franceses en su mayoría) que atravesaban la Patagonia y litoral, para referirse tanto a los productos artesanales y particulares de nuestro país como a los productos que las mismas tribus originarias generaban

Luego de la pandemia retomó el año pasado sus giras por Francia e Italia mientras este año regresó de allí y volverá en julio y octubre a Francia, Italia y España, entre otros países. Dialogamos con Luciani.

Periodista: ¿Qué tiene de peculiar esta formación de cuarteto en la que conviven con su armónica el contrabajo, la guitarra y la percusión

Franco Luciani: Con el contrabajo y la guitarra venimos trabajando en formato de trío, de hecho el disco “Anda en el aire” está hecho así, y “Tango improvisado” también contaba con ellos. Este es el tercer disco que grabo con Leandro Andersen y Pablo Motta pero en este caso se suma la percusión de Bruno Resino. Hemos tocado con este formato en vivo, en Cosquín, me gusta mucho la combinación con la guitarra y el contrabajo, cuerda y madera, y la percusión desde el universo del bombo, a todo un set más amplio con el lenguaje del folklore. Quienes me acompañan son además grandes improvisadores y armonizadores, desde arreglos hasta lo que se crea en el momento. Es un formato que necesito también para desarrollar mi libertad en la armónica, además de ser una formación adecuada para este repertorio bien criollo. El contrabajo se ha perdido un poco en la música folklórica por el bajo eléctrico, pero en el chamamé más tradicional siempre estuvo.

P.: ¿Cómo imprime la influencia del presente a ritmos clásicos como el folkore?

F.L.: Es fundamental y lo hago desde un lugar natural. Siempre disfruté de la amplia gama de géneros, soy un músico camaleónico, también dentro de un mismo género la historia es muy rica y siempre me gustó mirar los clásicos para nutrirme y aportar una nueva mirada. Lo interesante es que esa nueva mirada sea propia o también de algún otro compositor contemporáneo. Podrá sonar cursi pero tradición no es mirar atrás, es ir hacia adelante teniendo en cuenta los elementos que han conformado ese camino. El disco lo refleja, hay clásicos de hoy y de siempre, hay temas que tienen 60 años y otros más contemporáneos pero convertidos en clásicos del folklore. Siempre jugué con esos elementos. Este es un disco más puntual, netamente de folklore y busqué que hubiera un poco de todo para que la historia estuviera representada. “Brasitas” y “Gatónica” conviven con una zamba como “Juntito al fogón” de los hermanos Avalos, o “Canta Zamba” de Guarani o “En sombras tu”, y obras nuevas no sólo propias como “Por seguir”, un gato hermoso de Carnota.

P.: ¿Cómo sobreviven la zamba, el gato, el escondido, el bailecito o la chacarera a géneros nuevos y actuales?

F.L.: La vida que tiene el folklore argentino es increíble, uno se plantea qué lugar de la vidriera ocupa o cuánto le da la luz. Pero se ve mucho en Buenos Aires como centro neurálgico y sabemos lo que es en las provincias. Es un género que no tiene edad y lo digo sin exagerar, siempre se renueva esa juventud. Tal vez la gran mayoría de esos jóvenes no sea quizá del flolcore pero si uno va a festivales, reductos, peñas, comprueba cómo esa generación se renueva constantemente. Son géneros activos aunque las leyes del mercado no acompañen, esa ya es otra discusión. Parece chiché pero son músicas de ayer, hoy y siempre. Todos los géneros han tenido un boom y una época de oro, ninguna dura 100 años, ni el rock. Hoy basta verlo en festivales, el público va a escuchar y bailar zamba y chacarera. Y están presentes en el mercado, la radio y la TV, hay que ver dónde y cómo.

P.: ¿Se interesan las nuevas generaciones por estos sonidos? ¿Cuál es su público?

F.L.: Se interesan constantemente, porque se renuevan creaciones, intérpretes, no es estático. El folklore se está estudiando más a nivel académico, algo que antes no pasaba, hace 20 o 30 años no era fácil encontrar en grandes ciudades el estudio de la música folklórica, y ahora se ve cada vez más. Es un paso adelante. Mi público es muy variado, no solo desde el rango de edad con juventud y gente grande sino construido por mi variedad musical. Ahora hago folklore criollo pero el año pasado grabé un tema con Trueno, no quiere decir que el público de Trueno me venga a ver pero también pasé por el jazz, el pop, eso hace que mi público sea variado aunque mi primer público fue el del folklore. Entre mis espectadores hay también músicos intelectuales o académicos hastas aquellos que me escuchan desde el entretenimiento y el alimento espiritual.

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