La UCR bonaerense enfrenta por estas horas una interna propia que, a la vez, también se espeja en la crisis que vive el PRO hacia adentro. La confirmación de Gustavo Posse como precandidato a vicegobernador de Diego Santilli por la línea de Horacio Rodríguez Larreta; y su contracara con la postulación de Miguel Fernández como número dos de Néstor Grindetti en el sector que lidera Patricia Bullrich dejó expuesta una cruda verdad: en la Provincia hoy hay dos radicalismos.
La contienda entre Posse y el presidente del comité provincial, Maximiliano Abad, quien será candidato a senador nacional de Bullrich, no se detiene. Y, con el correr del tiempo, genera diferentes tramas internas que tienen sus correlatos a nivel territorial en los diferentes distritos de bonaerenses.
Fernández es, justamente, el aspirante de Abad. Y, desde su rol como presidente del Foro de Intendentes Radicales, sumó consigo el apoyo de una gran cantidad de jefes comunales del interior. De hecho, en los días previos al cierre de listas, el jefe comunal de Trenque Lauquen contaba con la venia de 26 de los 30 de los alcaldes (sin contarlo a él ni Posse) que tiene la UCR en la Provincia.
Pero algo pasó o, mejor dicho, algo se rompió. Pese a que, al igual que desde el PRO, los jefes comunales pedían ir con una lista local que pueda llevar las dos boletas, Bullrich no cedió. Y, de a poco, comenzó un plan de convencimiento de la línea que lleva a Gerardo Morales, titular del comité nacional y precandidato a vicepresidente, para sumar adhesiones.
De esta manera, el sector opositor de la Provincia, comandado por Posse, contaba en su favor con Mario Gargaglione (San Cayetano), Matías Rapallini (Maipú), Facundo Castelli (Puan) y Franco Flexas (General Viamonte). Sin embargo, el acuerdo con el histórico Miguel Ángel Lunghi, quien lleva 20 años al frente de Tandil, destrabó otras discusiones y al final del día, la línea larretista de la UCR pasó a contar con alcaldes en su favor.
A saber: Víctor Aiola (Chacabuco), Salvador Serenal (Lincoln), Martín Randazzo (General Lamadrid) y Javier Olaeta (Arrecifes), quienes se sumaron a los seis antes mencionados.
Tanto Flexas como Esteban Santoro (General Madariaga), Emilio Cordonnier (Ayacucho) y Nahuel Mitterlbach (Florentino Ameghino) buscaban llevar ambos boletas. Pero ante la negativa, los últimos tres quedaron en el armado de Bullrich.
La exministra de Seguridad tendrá mayor cantidad de partidos gobernador por el radicalismo a favor (22 a 10). Sin embargo, todo cambió a la hora del peso del padrón electoral de cada distrito donde, la línea de Larreta cuenta con San Isidro y Tandil, los dos distritos más grandes en población con los que cuentan los boinas roja.
Lo cierto es que el cierre no dejó satisfechos a muchos. Y más allá de cómo se hayan acomodado. “No se están mirando los municipios. Hay enojo y mucho desconcierto por cómo se manejaron muchas cosas. Nos sigue marcando la cancha la mirada de CABA o del Conurbano cuando vivimos otras realidades y encima nos tenemos que bancar que nos pongan candidatos seccionales de otros lados”, le dijo a Ámbito un intendente radical.
Así las cosas, el radicalismo saldrá a votar una vez más sin contar con candidato propio para las nacionales ni para las provinciales, pero con la confianza de mantener los distritos propios.