Más de 1.300 personas fueron detenidas en Francia durante una cuarta noche de disturbios mientras familiares y amigos de Nahel M, cuya muerte a disparos por la policía desató los disturbios, se reunieron el sábado para el funeral del adolescente en el suburbio de París donde falleció. En el marco de numerosas protestas, los sindicatos de la policía francesa se declararon en "guerra" contra los manifestantes.

Se trata de la peor crisis sobre el liderazgo del presidente Emmanuel Macron después de las protestas de los "chalecos amarillos" que paralizaron gran parte del país a finales de 2018.

Desde este viernes, el Gobierno apela al despliegue de blindados y policías para contener a los manifestantes que protestan tras la muerte del joven baleado. Además, en el marco de las marchas, ya falleció un joven que cayó del techo de un edificio en Petit-Quevilly (Sena Marítimo, en Normandía).

Los sindicatos que representan a la mitad del personal policial francés se declararon en "guerra" contra las "hordas salvajes" por las protestas que ya llevan miles de arrestos y cientos de autos quemados.

Las organizaciones Alliance Police Nationale y UNSA Police difundieron un comunicado oficial y dieron a conocer su postura: “Hoy los agentes de policía están en la línea del frente porque estamos en guerra. Frente a estas hordas salvajes, ya no basta llamar a la calma, hay que imponerla".

“Nuestros colegas, como la mayoría de los ciudadanos, ya no pueden soportar los dictados de estas minorías violentas. Ahora no es el momento de la acción sindical sino de la lucha contra estos ‘parásitos’”, agrega el texto.

Lejos de calmar las aguas, los policías parecen redoblar la apuesta frente a la población: “Someterse, rendirse y complacerlos deponiendo las armas no son las soluciones dada la gravedad de la situación. Deben ponerse en marcha todos los medios para restablecer el estado de derecho lo antes posible”.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, brindó su apoyo público a las fuerzas policiales y denunció "una noche de violencia insoportable contra símbolos" del país, como escuelas, comisarías y edificios gubernamentales. Se estima que la policía detuvo durante la noche del miércoles a 180 personas, mientras que decenas resultaron heridas.

"Apoyo a los policías, gendarmes y bomberos que dan la cara con valentía. Vergüenza para los que no llamaron a la calma", señaló el funcionario francés.

En la misma línea, el presidente Francés Emmanuel Macron condenó los ataques a la policía y a las fuerzas de seguridad: "La violencia contra las comisarías, las escuelas, los ayuntamientos, contra la República, es injustificable. Gracias a los policías, gendarmes, bomberos y funcionarios electos movilizados. La meditación, la justicia y la calma deben guiar las próximas horas".