Cinco muertos y once heridos deja el ataque dentro de un billar en La Unión

“Me arrepiento mil veces haber ido a ese lugar”, fue la frase con la que Renato Campuzano recriminó su presencia en el billar donde vio morir a su hermano. El hombre fue uno de los sobrevivientes de la matanza que se ejecutó a las 20:30 del viernes 30 de junio, en las calles 10 de Agosto y Asaad Bucaram de la parroquia La Unión del cantón Babahoyo, Los Ríos.

Según Renato, al interior del establecimiento se desarrollaba un campeonato de billar al que quiso ir su hermano Ronald Campuzano Ramírez, de 31 años, y él se ofreció a acomodarlo junto a otros amigos. “Mi ñaño no participó de la jornada de campeonato, pero estaba apostando la partida a cerveza. De pronto llegaron esas personas y sin decir nada empezaron a disparar”, narró el testigo.

Producto de la agresión, con armas de corto y largo alcance, fallecieron: Ronald Campuzano Ramírez (31), Carlos Parreño González (34), Víctor Zumba Crespo (43), Andrés Arámbulo Goyes (48) y Edwin Chanalata Belaña (38). Adicionalmente, el atentado dejó 11 personas heridas, entre ellas dos menores de 17 años, quienes también se encontraban en el sitio, según reportó la Policía Nacional.

Quien sí estaba dentro del torneo era Carlos Parreño, el docente parvulario, que viajó desde el cantón Montalvo hasta La Unión para demostrar sus habilidades en la billa. Esa tarde, antes del suceso, el profesor compartió varias historias en su estado de WhatsApp, culminando la jornada pedagógica con sus estudiantes y agradeciendo a Dios por un día más de labores cumplidas.

Esas fueron sus últimas actividades con los estudiantes antes de morir abatido, mismas que se viralizaron en los grupos con mensajes de nostalgia. Nadie lo podía creer.

Parreño era bastante conocido en la calle 27 de Mayo de Babahoyo, donde vivió con su progenitora Patricia González.

Otra víctima colateral fue Víctor Zumba, a quien todos en La Unión conocían como Zumbita. Él era panificador y todas las tardes recorría la parroquia con el producto que elaboraba en su domicilio.

Según testigos, en el suceso participaron alrededor de diez sospechosos, quienes llegaron en dos motocicletas y un vehículo. Una vez perpetrado el hecho se sustrajeron una camioneta del lugar y balearon otra que estaba a unos 30 metros de donde ocurrió la matanza. Los habitantes quedaron aterrados, porque empezaron a compartirse videos y audios de WhatsApp, en el que anunciaban un nuevo ataque. La Policía Nacional reforzó el personal en el sitio y aún se investiga el origen del suceso.

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