Aun con la luz roja de los semáforos, los peatones no tienen espacios para cruzar. Los vehículos motorizados se toman más allá de los espacios destinados a su movilidad, invadiendo los pasos cebra u obstaculizando las calles, problemática que se evidencia mucho más en las principales avenidas de Guayaquil, como la Francisco de Orellana, Luis Plaza Dañín, Víctor Emilio Estrada y otras.

“Los de la ATM están en muchas de esas calles, pero nunca hacen nada, no les dicen nada a los conductores, solo ven y ahí se quedan”, reclama Guido Hernández, quien a diario recorre a pie la Luis Plaza Dañín.

Los ciudadanos buscan cruzar la calle por las que se supone son las áreas determinadas para su movilización, pero rara vez lo logran, pues en varias ocasiones se llevan la nada grata sorpresa de que un vehículo ha invadido el espacio para los peatones. 

Advierten que muchas veces se ven obligados a caminar junto a los buses y motos, con el peligro que esto implica, a tal punto que deben pegarse a la pared o treparse incluso a las jardineras para intentar llegar a sus destinos.