Con sus hojas de palma elevadas en el aire para recibir el agua bendita, muchos fieles católicos asistieron a las iglesias de todo el país para participar del Domingo de Ramos, que marca el comienzo de la Semana Santa.

Este domingo 2 de abril, los católicos participaron en pequeñas procesiones que recordaron a Jesús entrando triunfalmente a Jerusalén montado en un asno, mientras los fieles lo recibían con ramos de olivo y de palma.

Uno de los templos a los que más acuden los devotos es La Catedral, en el centro de Guayaquil.

Allí llegó Danilo Mendoza, de 42 años, quien mencionó que este tipo de celebraciones católicas lo acercan más a Dios. “Es importante que todos brindemos media hora de nuestras vidas para orar”, señaló.

Como él acudieron cientos de personas que lo único que pretendían era alcanzar un lugar para escuchar la santa misa y orar por la salud y bienestar de sus familiares y por mejores día para el país.

Todos ellos estuvieron atentos a lo que pronunciaba el arzobispo de Guayaquil, Luis Cabrera, quien durante la homilía invitó a los fieles a renovar la fe en Jesús, el hijo de Dios; a dejar el miedo y a orar por los fallecidos en las inundaciones y terremoto; y en la paz en general.

“Jesús está vivo y nos llena de esperanza cada día. Pongamos en las manos de Dios todos nuestros dolores, con la esperanza de que serán sanados”, manifestó.

Rosaura Cantos, de 65 años, quien llegó al templo, explicó la importancia de vivir con devoción la Semana Mayor.

“Debe ser un tiempo para reflexionar acerca de las actitudes hacia las demás personas. Hay que orar para que todos estemos bien”, indicó.

Una veintena de vendedores se ubicaron en la entrada de la iglesia para expender sus ramilletes elaborados con hojas de palma. Los precios variaban de acuerdo al tamaño del ramo: hasta dos dólares costaba el que estaba hecho de una manera especial, según manifestaron los vendedores.

En otras iglesias de la ciudad el panorama es similar. Las misas se celebrarán hasta las 19:00 de este domingo.