Aunque venía ejerciendo el bajo perfil y haciendo buena letra, Nicolás Cabré volvió a protagonizar un fuerte escándalo, con sus propios compañeros de trabajo, en la obra de teatro que viene realizando.

Precisamente se trata de la obra "Me duele una mujer", en la que actúa junto a Mercedes Funes y Pepe Monje, y que se representa (¿representaba?) en el Teatro Cañuelas, de la localidad homónima.

Fue el propio director de la obra, Pablo Guzzetti, quien hizo un fuerte descargo, a su vez replicado en redes sociales por el periodista Leo Arias.

Según refirió Guzzetti, "la función comenzó con total normalidad, pero a los pocos minutos, el operador de sonido de la compañía recibió un mensaje de WhatsApp de Nicolás Cabré, enviado durante una salida de escena, en el cual solicitaba que se bajara el volumen del sonido".

El director denunció que Cabré, luego de indicársele que el sonido estaba en el nivel correcto, amenazó con "sacarse el micrófono y abandonar la obra" por lo que finalmente se terminó accediendo a dicha exigencia.

Guzzetti lamentó que "por este pedido del artista, muchos espectadores no pudieron la obra con claridad" y se quejaron.

Finalmente, el director pidió perdón por la situación y aseguró que no se volvería a repetir, aunque se desconoce cómo seguirá la convivencia entre el elenco y el equipo que acompaña, luego del episodio.

No es la primera vez que el actor se ve metido en cuestiones extraprofesionales. Reacio y esquivo al diálogo con la prensa, se recuerda haber amenazado con "cagar a trompadas" al movilero de un envío vespertino que quiso bromear con él. El movilero en cuestión era Felipe Pettinato, hijo de Roberto, el conductor del programa. Anteriormente, atropelló (en rigor, pisó un pie) con su automóvil, a un reportero gráfico que quiso tomarlo. Entre las peleas con compañeros de elenco, la más citada es cuando dejó de hablarle a Mariano Martínez durante las grabaciones de la tira "Son Amores", de Polka, que se emitía por Canal 13. En rigor, luego de año, ambos se amigaron.