¡Qué vergüenza!

Ya nada sorprende en nuestro país. La corrupción, por ejemplo, está elevada a la enésima potencia. Hay necesidad de hacer estudios sociológicos profundos para encontrar las raíces de este mal que cual pandemia se ha incrustado en nuestro cuerpo social.

Gabriel Tarde, francés, sociólogo, criminólogo, psicólogo social sostuvo que las interacciones entre individuos fundamentalmente son la imitación y la innovación. Y que respecto a la imitación siempre imita el de abajo al de arriba y nunca el de arriba al de abajo. Esto se puede corroborar en sociedades como la nuestra en donde los mayores actos de corrupción son ejecutados por los de “ cuello blanco” que con su poder, de la naturaleza que sea, casi siempre quedan “impunes” o se dicen ser perseguidos por la justicia indebidamente porque ellos nada malo hicieron.

Ante esta realidad que se la siente y se la vive, los de “abajo” se preguntan:?¿Si los de arriba hacen lo que hacen por qué nosotros no lo vamos a hacer? Así es como posiblemente debió haber pensado, y por eso dijo lo que dijo el recientemente elegido alcalde de Pintag, en la provincia de Loja, cuando muy suelto de huesos y de lengua declaró: “La ley permite que el alcalde lleve el 30% de comisión para su bolsillo”. Con semejante declaración debe legalmente impedirse que este sujeto llegue a la alcaldía de su cantón porque lo va a dejar “ pelado” y él va a pasar a ser un nuevo rico...

Por otra parte, hay que anotar con dolor algo que estamos cansados de decir: en el Ecuador no hay partidos ni movimientos políticos que son los llamados a formar cuadros de afiliados con capacidad, con honestidad, con formación ética, con experiencia en el manejo de la cosa pública para que lleguen a ocupar cargos de elección popular o dentro de la administración pública. Y para llenar este vacío, entregan estas dignidades a cualquier hijo de vecino que haya escuchado el consejo que les dio una asambleísta de Pachakutik a sus compañeros de aventura cuando les dijo, sin rubor, en una reunión con ellos : “si roban roben bien, justifiquen bien” … Qué lindos legisladores que tenemos. Y a esta interfecta nada le pasó y sigue tan campante como que nada… 

A esto se debe, entre otros factores, el descalabro ético con el que nos encontramos. ¿Qué hacer para salir de este albañal? Educar a las nuevas generaciones con ética, moral, civismo, darles ejemplo con acciones positivas en las que puedan mirar y observar el horizonte que tiene la vida cuando se la vive con honestidad. Hasta tanto, seguiremos oyendo barrabasadas como las del alcalde electo de Pindal y viendo surgir millonarios de cuello blanco por doquier.

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