Así llega al FMI la economía de Sergio Massa

 Así llega al FMI la economía de Sergio Massa

La bancarrota procedente de la administración Macri le impone formidables problemas y limitaciones a la política económica de Sergio Massa. Con un oficialismo que les puso el pecho a las balas, y no se la paso haciendo campañas electorales, una oposición que da miedo por sus consignas feroces, la incertidumbre sigue siendo eminente, ya que nadie se imagina un eventual regreso de quienes destruyeron el país, hace solo 4 años. En nuestra opinión, lo que pone cierta tranquilidad, es que ambos negacionistas piromaníacos estan perdiendo peso en las encuestas, en cambio si ganará la interna de Juntos por el Cambio Rodríguez Larreta, no podrá retener los votos de Bullrich ni atraer los de Milei. En el hipotético caso que ganara la interna Patricia Bullrich, es muy probable que una buena parte de los votos de Rodríguez Larreta emigren hacia Sergio Massa.

Argentina lleva a remolque los 4 años de Macri con estanflación, duplicación de la tasa de inflación, recesión, incremento de los déficits fiscal y cuasi fiscal hasta batir récords de 35 años, endeudamiento extravagante con voluminosos términos y plazos de deuda pública -tanto en pesos como en dólares-, bajísimas reservas en el BCRA, caídas en: la inversión, el consumo, saldo comercial cero, salarios y, aumento de 50% en desempleo. Todo ese caos sin pandemia, sin guerra en Europa y sin sequía.

La incertidumbre económica se mantiene elevada porque los candidatos de la oposición generan más dudas que certezas acerca de la gobernabilidad que tendrían si eventualmente les tocara ser elegidos. Los discursos expresan ajustes brutales y represión. Uno de sus candidatos aplicando tremenda coerción, lleva un mes sin poder detener la protesta en una pequeña provincia del norte. Ahora el oficialismo cuenta con un candidato competitivo, diestro y hábil que sabe de campañas, la oposición se enfrenta en una perturbada interna donde pasarán votantes de Rodríguez Larreta para Massa o, de Bullrich para Milei.

En ese contexto, en un año las reservas brutas cayeron en u$s 8.500 millones y las reservas netas u$s 6.000 millones. Si no hubiera habido dólar Rubinstein y no se hubiera administrado el pago de las importaciones (restando los robados por los delincuentes que cayeron ayer por la tarde), las reservas se hubieran agotado. El Gobierno intenta eludir un salto abrupto del tipo de cambio oficial, lo cual se trasladaría a los ya desproporcionados precios.

Una devaluación en las actuales circunstancias, podría convertirse en el percutor del desastre postergado que dejo Mauricio Macri.

El FMI pasó de cómplice de la pandilla que asoló la Argentina por 4 años, haciéndose el distraído en las revisiones frente a repetidos cosméticos e inobservancias, a un exigente gendarme de su propio interés, que quiere cobrar y evitar quedar como el irresponsable que apañó a Macri para sacar el dinero de los bancos e inversores estadounidenses que habían quedado colgados en la Argentina y, evitar otra crisis brutal como la de 2001.

El FMI terminará haciéndose cargo en parte, porque si no lo hace, arriesga al menos el 50% de su exposición y, ninguna entidad puede previsionar el 50% de su cartera de crédito. Autorizaran el desembolso del 10 de junio de u$s 4.000 millones y quizás unos u$s 2.000 millones más en estas semanas. Será un acuerdo con desembolsos muy inferiores a los placenteros dispendios concedidos a Macri, a instancias de Donald Trump.

Las reservas brutas en el BCRA, alrededor de u$s 28.000 millones. Las reservas netas son negativas. Prevalece un déficit comercial insólito, a causa de la trágica sequía, históricamente inédita. En este contexto angustioso, pese a todas las restricciones para sujetar la demanda de dólares, el BCRA está dedicando reservas para aguantar el ascenso de los tipos de cambio alternativos, que están caros en cualquier tanteo de paralelismo, aunque siguen por debajo de los picos de crisis cambiarias de las grandes crisis.

Existe una emisión directa para financiar al Tesoro mediante el procedimiento de adelantos transitorios, también la compra bonos del Tesoro en el mercado secundario para mantener la paridad de los títulos a fin de mantener la tasa interna de retorno de con rendimientos prudentes.

El designio para que el Tesoro pueda obtener financiamiento neto positivo en el mercado de capitales tiene que ver con que el BCRA genere pesos al adquirir a los organismos públicos bonos en dólares para que posean los capitales necesarios para entrar a las licitaciones primarias del Tesoro y adquirir títulos en pesos.

El BCRA, con el propósito de sujetar los dólares financieros, comercializa títulos públicos otorgando una oferta elástica de esos bonos en dólares, para que sus importes y la brecha no crezcan, absorbiendo pesos. Este ejercicio que realiza BCRA para el Tesoro es contractivo y, el más funcional en los últimos dos meses.

El BCRA, además, se ha visto compelido a comprar títulos con dólares. Así se generó una intervención para proteger los bonos, en medio de una situación verdaderamente difícil. No obstante, la base monetaria crece moderadamente porque el BCRA absorbe pesos vendiendo reservas, también títulos dolarizados para incidir en la brecha y absorber pesos por este medio. La venta de títulos dolarizados para luego recomprarlos con reservas también es una mediación temporal.

Para fin de año el stock de pasivos remunerados podría ascender a 25 billones de pesos, equivalente a 10% del PBI, en dólares alternativos, todavía muy por debajo de la calamidad equivalente en 2017, cuando la paridad de $1.300.000 a $15, daba alrededor de u$s 86.700 millones. Un acuerdo con el FMI y el giro del desembolso mejorará la situación. Obviamente se mantendrá la intervención para sujetar la subida de la brecha a través de compra y venta de bonos dolarizados.

El déficit fiscal total que tomará el próximo Gobierno será de poco menos de 4.5% del PBI y el déficit cuasi fiscal un poco más de 6.5%. Muy preferente a lo que recibió Alberto Fernández, con mejorado perfil de vencimientos. Sin embargo, tendrá que afrontar voluminosos vencimientos de deuda tanto en pesos como en dólares.

Habrá que renegociar vencimientos de la deuda pública y privada por alrededor de u$s 50.000 millones en 2024. La pesada herencia Macrista dejo un campo minado y luego la pandemia, la guerra en Europa y la sequía, completaron un cuadro desesperante.

Director de Fundación Esperanza. https://fundacionesperanza.com.ar/ Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros

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